CUANDO NOS
DEJAMOS LLEVAR POR EL PESO
DE LA OPINION
DE LOS DEMAS
La fábula del
molinero y su
burro.
Un molinero y
su hijo caminaban
juntos y a legres, en compañía de su
única posesión: un burro. Al
pasar junto a un
rio, las mujeres
que lavaban en el agua
comentaron entre risas: “ Mira
que tontos. Tienen un
asno y caminan
junto a él
en vez de
usarlo “. Entonces, el molinero
decidió subir a
su hijo al
lomo del burro. Poco tiempo después pasaron
cerca de una
posada y el
posadero exclamó : “ ¡Qué barbaridad! Ese pobre
¡ Ese pobre anciano
caminando, y su
hijo tan lozano y
hermoso, descansando sobre
el burro “ .
No
tardó mucho el
muchacho en bajarse
del burro y
decirle a su
padre que subiera
el, pero al
toparse con un
caminante, este murmullo
indignado :”! Lo que hay
que ver en este
mundo ¡ El tonto del
chico camina junto al
burro, en lugar de
sentarse junto a su
padre y disfrutar de
igual descanso “. Ante
aquellas palabras, el
muchacho se subió en e l
burro con su padre
y no c aminaron por
mucho tiempo cuando pasaron
junto a un convento. Las monjas,
al verlos, no pudieron
más que decir : “ ¡ Que aprovechados ¡ Mira
que explotar a
tan noble animal
con el peso de
los dos. ¿No les
parece abusivo ¿ “ sin saber qué hacer,
el molinero y
el hijo decidieron finalmente
llevar al burro cargado
sobre sus hombros.
Moraleja: Quien se deja
llevar por las
opiniones cambiantes de
los demás, termina sin
la suya propia. Hoy
la presión de la
opinión pública tiene
una honda repercusión
sobre nuestras convicciones;
a veces sin darnos cuenta nos
dejamos influir por
“lo que piensa
o hace la
mayoría “ por las tertulias
y foros de
debate y terminamos
cambiando hasta nuestras
creencias. Cuando nos dejamos
dominar por la
mentalidad dominante,
terminamos renunciando a nuestros
ideales y podemos
caer en e l absurdo de confundir
los papeles y llevar el
propio peso del
burro sobre nuestros
débiles hombros “.
No hay comentarios:
Publicar un comentario