
El bonzo comenzó
una fuga desesperada
con la fiera
pisándole los talones. De
repente se encontró
al borde de un
precipicio.


Y pensó
el bonzo algo
parecido a lo
que dice nuestro
refrán “los duelos con
pan son menos
duelos”. Si muero que
muera con el estómago lleno y alegre. El bonzo alargó
la mano. Cogió dos fresas,
se las
metió en la
boca y exclamó
extasiado:
NADIE SE ENCUENTRA
NUNCA EN UNA
SITUACIÓN TAN DESESPERADA
QUE NO PUEDA DESCUBRIR UN
MOTIVO DE ALEGRÍA. Hay que
saberlo encontrar y esto se
logra con un poco de
buena voluntad y
de cierto sentido del
humor.
Llevaban al patíbulo a
un condenado a muerte
un lunes de madrugada. Y
este se volvió
a los que
le custodiaban y
acompañaban, diciendo con
un cierto tono
de buen humor.
Cuenta Forges, que
un día un
lector de un
periódico le llamó
para darle las
gracias, porque ya había
decidido suicidarse, escrito
sus últimas voluntades,
y cuando se
preparaba en la
salita para tirarse
por el balcón
vio dibujado en
el periódico uno
de sus famosos
chistes sobre suicidios,
y le entró
un ataque de
risa…se miró en
el espejo, decidió
salir a tomarse
un café con
una buena tostada
de sobrasada. Y… pospuso el
suicidio para mejor
ocasión.
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