Pulmón norteafricano “Pirri”
Otro de los
grandes jugadores que
recuerdo haber visto
jugar en mi
infancia tanto en Sania Ramel
como en el
viejo estadio ceutí de
Alfonso Murube fue
Pirri. Le vi
debutar posiblemente en Tetuán, cuando todavía
era juvenil, hacia mayo
de 1963. Marcó un
inolvidable gol de
tacón desde medio campo
de Sania Ramel, con
la complicidad del sol que
deslumbró al guardameta
marroquí del Mogreb
Atlético Tetuán. No
desentonó aquel desgarbado jugador
juvenil entonces de
la selección norteafricana y que
luego triunfaría como
uno de los
mejores jugadores del
Real Madrid de la
década de los
70 y de la
Selección Española.
José Martínez “Pirri”, hijo
de militar, alumno
del colegio de los
Agustinos en Ceuta, comenzó sin
embargo jugando al
baloncesto, aunque todos los
deportes se le
daban muy bien.
Pero el entrenador
de fútbol del
colegio le vio
un día jugar al fútbol y lo
llamó para rellenar
número un partidillo
de fútbol en
el patio del
colegio y ya
siempre lo convocaba. Comenzó a
jugar con el
Imperio Riffien, en un
campo de tierra que
se llamaba entonces Estadio 54
y que ahora
lleva su nombre. Luego
Sociedad Deportiva Ceuta. Y
por fin comenzó
a jugar en
los juveniles del Atlético Ceuta
y fue ya
convocado con la
selección norteafricana de
juveniles para el
campeonato de España. Finalizando la
temporada 62-63, comenzó
a jugar de
titular en segunda
división con el Atlético Ceuta.

Fue precisamente ese
año, en el verano
de 1963 cuando
Pirri aprobó en
el colegio de los Agustinos de Ceuta
el Preuniversitario y marchó
a Granada a estudiar
Arquitectura, casi olvidándose
del fútbol. Residió Pirri
en la residencia Cides, en
la calle Pintor
López Mezquita. El Granada
comenzó pagándole las
4.000 pesetas que
costaba su residencia
estudiantil. Pero ocurrió
que el entrenador
del Granada, Pepe Millán,
antiguo entrenador del Ceuta,
conocía perfectamente el
valor de este
jugador en ciernes
y le llamó
para entrenar. Al
lesionarse varios jugadores
del Granada, le hizo debutar
en Segunda. Jugaba entonces en
el Granada Arsenio
Iglesias. A Pirri lo
pusieron de delantero centro.
Punta o segundo punta.
Al entrenador Pepe Millán le sustituyó Ignacio
Eizaguirre, y jugó
con más constancia
de titular. Pero Pepe Pirri, quería
terminar arquitectura y tenía que
ser en Madrid
o en Barcelona, pues
en Granada entonces no existía el
ciclo superior. Firmó
como aficionado por el
Español de Barcelona. Pero
se enteró el
Madrid que ya
andaba tras sus
pasos y Antonio Calderón, gerente entonces
del Madrid lo
tanteó: “–Lo siento, pero acabo de
firmar con el Español
de Barcelona”. El Madrid
le subía su
ficha. Y entonces
el Español se echó
atrás. Acabó en la
plantilla del Real Madrid: “Entrenaba con
el primer equipo
pero la plantilla
era de 32. Iban 16
por un lado,
los que competían,
y 16 por
otro lado, para
jugar amistosos ¡Yo no
entraba en ninguno de
esos dos equipos! ¡Yo
era el jugador
33!. No jugaba ni
los partidillos de entrenamiento de
los jueves. Muñoz, el
entrenador de aquel Real
Madrid, me decía “pues
anda chaval, chútale
un poco a
los porteros” para no
desanimarme. Pensaban en
cederme al Córdoba. Moleiro el
entrenador del segundo
equipo le dijo
a Muñoz: “Tienes a
un chavalín que
corre y juega
mejor que ninguno”.
Y un día
que yo estaba
en el banquillo y
se lesionó Yanko Daucic, que
jugaba de delantero
centro, Muñoz no
tuvo más remedio
que ponerme de
titular. No lo
hice mal, y
terminando la temporada
63-64 empezó a
meterme en aquel
equipo sustituyendo ya al
“decadente” Puskas junto
a Grosso, Velázquez, Serena,
Amancio, Gento…Ganó la sexta
copa de Europa
con el Real Madrid, se
casó con Sonia
Bruno, y cambió
de carrera haciéndose
médico, decisión que tuvo
que afrontar aparcando
su “otra vocación” como
arquitecto aparejador.
Permaneció en el Madrid hasta 1980, año en el que emigró al
Puebla mexicano, donde se retiró en 1982. Posteriormente formó parte de los
servicios médicos del Madrid y luego pasó al organigrama técnico. En el año
2000 fue mánager general del conjunto blanco, acertando en
todas sus decisiones, puesto que dejó a la llegada de Valdano para
irse a entrenar al Córdoba. Trajo al
Real Madrid a
Etoo, aunque luego
por despiste de
los servicios técnicos
del Real Madrid,
se lo quitó
el Barcelona al Real
Madrid. Fue uno de los mejores
libres de la historia del fútbol español. Mezclaba su clase y calidad con una
entrega total.
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