CUANDO
VENCEJOS Y ABEJORROS
SON SIGNOS DE
VIDA
Si: Cuando continuamente telediarios , periódicos y
otros muchos medios
continuamente nos están
recordando cambios climáticos,
incendios forestales, tifones, huracanes,
riadas, vendavales y multitud de
catástrofes ecológicas y a nivel
demográfico, epidemias y
pandemias que al igual que en 1918 diezman
la población , nos amenazan
también las estadísticas inquietantes del brusco
descenso de la natalidad
en occidente , al igual
que al mismo tiempo
predominan en el
panorama postulados y slogans sobre
la filosofías “ de la
muerte” y se imponen
ideas meramente existencialistas o pesimistas, este
año en la
feria del libro
de Madrid, surge en
medio de la
curiosidad de todos un
curioso libro que
nos habla de
signos de esperanza y
de vida en
el sencillo icono
del vuelo de
los vencejos, cuyo
sentido suscita esperanza
en sus “trocitos
de cielo” en las
grandes ciudades, en
medio de rascacielos,
contaminación, suciedad, aire
irrespirable , ese volar con
desparpajo que atrae
y sobre todo
relaja la conciencia de
cientos y cientos
de ciudadanos que
van de un
lugar a otro, en
sus luchas diarias
por encontrar un
puesto de trabajo, vencer la
depresión, la soledad, la
angustia existencial .
Pio Baroja, ya
en 1950, en
su libro “Otoño” afirmaba :”Que los
vencejos de su
cielo significaban vida
y alegría para
la gran ciudad “. Curiosamente esa
es la admiración
igualmente en el protagonista
principal de este
libro de Fernando Aramburu que
en el otoño
de 2021 triunfa entre
los libros más
elegidos, Toni ,profesor de
filosofía que agotado y vencido por
el contexto incomprensible de
vida que le
rodea, anuncia su decisión
de suicidarse pasado
un año a
partir de su
anuncio. De fondo, como
a veces en
nuestro contexto actual,
el que rodea
especialmente a los jóvenes occidentales (cuyas estadísticas
de suicidio son enormemente alarmantes, desprotegidos totalmente por una carente
autoestima del sentido
de sus propias
vidas) no hay otro
fondo ni argumento
que el enorme
tedio y en
cierto modo la sinrazón que
alberga la vida
sin horizonte sin amor,
totalmente deshumanizada y sobre
todo carentes de
puntos de referencia moral, lideres o
héroes ejemplares éticos
.Por ello para
el protagonista Toni que
ya se le hacía inaguantable de un
sentirse mirado por
el escepticismo cuestionante,
y al que le
pesaba sobre su
vida la influencia
de las duras directrices
del existencialismo, aquel
que denunciaba ya
Saulo de Tarso en
su frase del nuevo
Testamento :” Si Cristo no
ha vencido a
la muerte…comamos y
bebamos que mañana
moriremos” (si es eso
lo que tenemos
por delante…¿Qué sentido
puede tener luchar en
la vida?) Toni contemplo
el vuelo de
los vencejos …y al
igual que en
el pensamiento de Baroja “los
vencejos de su trocito de
cielo le cambiaron
el dia y
la luz que
en ese momento
despejaba su camino dubitativo y
lleno de miedos e
incertidumbres, atravesando lóbregos
callejones, llenos de
suciedad y humos
industriales.
Me contaba
no hace mucho
un familiar, señalándome su pequeño
jardín, un naranjo que
desde 2009 no
había vuelto a
dar fruto. Que misterio
rodeaba aquello. El jardinero
profesional le recomendó
podar otros árboles
más fuertes y altos que
rodeaban aquel naranjito, y
que le quitaban
el sol , tan necesario
para la flor y
el fruto. Probó a
hacerlo. Pero no
acababa de ver
resultados. Hasta que este
año … si, este año
, me dijo “ Antonio, ya
se el misterio …¿te
acuerdas de aquel abejorro
que empezamos a
ver por aquí allá por
marzo y que
se hizo tan pesado? Ese ha
sido… el azahar, la
flor…y ahora cuando
llega septiembre las
ramas cargadas ya
de prontas y hermosas
naranjas tras 12
años sin dar
fruto alguno. Tremendo.
Atribuyen a
Einstein aquella famosa
frase que indicaba “ que si
un día desapareciesen las
abejas de nuestro
planeta, no tardarían
más de cuatro
años en cumplirse
la enorme sentencia
de muerte sobre
la humanidad “ De ahí
que en su pequeñez
y en su
sencillez se les considere
como uno de los
seres
vivos más importantes
sobre la tierra
por su función
transmisora de la
polinización de las
plantas.
Dice también Saulo de Tarso “Que
sencillamente somos instrumentos
del Señor, de su
creación “ Estamos invitados a una
“fiesta llamada vida “ , a
una creación armoniosa
y a veces
en configuración . Y
en nuestras promesas
del bautismo celebramos
que al igual
que Jesús “ Soy
el camino ,
la verdad y
la vida. Soy la luz del
mundo “ Que los hijos
de la luz puedan más
que los hijos
de las tinieblas
significa también para nosotros ser
transmisores de la
dignidad de nuestro
paso por la
historia de la
dignidad de nuestra
existencia. También en frase de Jesús :”No
me habéis elegido
vosotros a mí. Soy
yo el que
os ha elegido
y os he
elegido para que
deis fruto y
fruto abundante “ Se
supone que la
característica , como elabora
la miel la abeja,
la nuestra es
también la de
endulzar contextos, endulzar la
vida. No venimos
a amargar la
existencia …venimos a
iluminar , que es acallar
la duda, el miedo,
la tiniebla y gritar
que al final del
túnel esta la luz,
que la vida
merece la vida ,
como con
el sentido del
humor, y la poesía,
endulzando todo escepticismo
de tinieblas y
dudas con el
que hoy nos
llenan tantas y tantas
filosofías de la
duda.
Hace algunos
años, un jesuita
misionero en la China, y experto
psicólogo, el P. Iraola, aconsejaba a
personas con ansiedad
y deprimidas que
se relajasen simplemente
siguiendo con la
vista (y si fuese
posible dibujando en
una libreta) el recorrido
o la estela
en una pecera
de algunos peces
tropicales. Simplemente su contemplación , al
igual que cuando
in invierno lo hacemos
con la luz de la
fogata de varios
leños ardiendo en
una chimenea, nos
produce una sensación
de paz y
de serenidad e interioridad
inmensa que nos eleva. Como
tantos secretos que
encierran esa gran
sabiduría de la
madre naturaleza.
http://antoniomarincarablogsport