“EL RECUERDO
DE UN AMIGO :
BARTOLOMÉ MARIN “ ( LA INOLVIDABLE
TERTULIA INDALIANA DE
NUESTROS AÑOS JOVENES ALMERIA 1969-1973 )
Llovía aquella
mañana intensamente en Almería, lo
cual en principio
es casi un
“fenómeno raro “ que
me obligaba a
buscar refugio techado . Por
casualidad me había
acercado a la Diputación con
algunos temas pendientes
de resolver. Y de
pronto me encontré
de frente en
el mismísimo patio cubierto del
vetusto edificio de
la calle Navarro
Rodrigo con un
nombre muy conocido
y amigo: BARTOLOME MARIN.
Tenía enfrente nada
menos que la
bonita exposición recordatorio
de alguno de
aquellos “carismas “ del
bueno de Bartolomé Marín
que tanto llegamos
a admirar todos.
Los
primeros años que
tuve contacto con Bartolomé
Marín fue hacia
finales de los
años 60 y comienzos
de los 70. Me
hallaba terminando Magisterio
en Almería y realizando en Granada
mis primeras aproximaciones hacia la
Historia. En concreto me
entusiasmaba la historia
local y el
pasado de Almería. Distintas excavaciones
arqueológicas en campos
de trabajo veraniegos
universitarios llevadas por la
Oje y
por algunos profesores
universitarios en distintas intervenciones
sobre la cultura
Argarica en distintos
puntos de la
geografía almeriense como en
Bedar, Los Millares, Cuevas de
Almanzora, Lubrin, la Rambla
Aljibe, El chuche…suscitaban mi
curiosidad.
Me aconsejaron acudir
a la tertulia
indaliana y exponer
junto a mi
grupo de magisterio nuestros
conocimientos arqueológicos. Bartolomé Marin nos
ayudó al grupo
de aquellos jovenes
arqueólogos estudiantes
almerienses que exponíamos
nuestras excavaciones en
los campos de
trabajo del verano . En Bartolomé
Marin encontramos la
persona cercana, el
amigo, el sabio
consejero, el sacerdote comprensivo
que supo aconsejarnos
y prevenirnos de las posibles
torpezas a que
la edad nos empujaba.
Bartolomé Marín, hombre
de una extraordinaria cultura
y un gran
interés por la
arqueología e historia
de Almería había
iniciado por aquellos
años su luego
famosa “Tertulia indaliana “, con carácter
mensual, en el
Hotel Indalico, propiedad del
pintor indaliano Capulino. A ella
comenzaron a venir
ilustres firmas del
arte, del cine,
de la arqueología, de la
historia, del periodismo...
Recuerdo que en
una de ellas
que me invitó
especialmente Bartolomé Marín
estaba el gran
periodista granadino Tico
Medina (creo que entonces
ejercía en el Diario
Pueblo de Madrid ) y
tocaba muchos temas
de interés del
entonces creciente mundo
artístico -cultural de
Almería. Por aquellos años
Tico Medina no
se perdía una. En
alguna que otra
ocasión venía acompañado
de un jovencísimo
e incipiente entonces fotógrafo joven, amigo
de la infancia
en Roquetas de Mar, mi amigo de adolescencia en Roquetas de Mar, el
jienense Cristóbal Molero. De aquellos
años guardo una
caricatura personal que Bartolomé
Marin, me hizo con
su típica paciencia mientras
exponía en una
de aquellas famosas
tertulias indalianas de
principios de los
70. Me la regaló al
marcharme a Sevilla
en 1973.
Existia en
aquella amena tertulia
indaliana una gran
variendad de temas de
fondo.
Multitud de
amenos temas de actualidad
cultural del mundo
almeriense que daban
que hablar para
hacer de la
tertulia indaliana de Bartolomé
Marín un encuentro
de lo más
deseado por los
que entonces aun éramos jóvenes
estudiantes : el mundo del
cine, la grandeza del movimiento
indaliano , la motivación indaliana de
los años 40 en la enorme pobreza
de Almeria en los años
de la postguerra,
la cultura Arqueologica de
los Millares y
el Argar, el desarrollo
urbanístico de la
ciudad de Almería, las lapidas funerarias árabes
de la alcazaba, los
hallazgos arqueológicos de
El Ejido y Almería, temas
de enorme interés
paa nuestros afanes
e ilusiones de
jovenes estudiantes que
descubrían la grandeza
de la provincia
de Almeria …
Sin
embargo, cuando Bartolomé
Marín me invitó
especialmente fue con
motivo de la
visita de prestigiosos
arqueólogos alemánes que nos
iba a hablar
del “mirhab árabe “
que sobrevivia
en medio de
las ruinas de
la Iglesia de San
Juan (antigua catedral
de Almería) junto
al patio de
los naranjos de
las instalaciones del
cuartel de la
Misericordia.
Aquellos arqueólogos
alemánes y entre
ellos Hermanfrid Schubart
nos hablaron del
fascinante mundo que
fue la cultura
del Argar y de
las excavaciones de Antas, tuvieron la
paciencia de escucharnos
atentamente a nosotros
aun imberbes jovenes
estudiantes aficionados a
la arqueología exponer
nuestros incipientes hallazgos
y también otro arqueólogo
alemán nos habló
de que sus
visitas a Almería,
que eran sobre
todo por el
estudio del mirhab
árabe pues era
único en su género en
cuanto a pertenecer
a la época
almohade.
Era el mihrab
por supuesto la
reliquia mas importnate
de la antigua
mezquita mayor de Almeria
, aljama
junto con el tramo d el
muro de la qibla. Torres
Balbas lo describia diciendo
que su traza
era idéntica a
la de las
que decoran algunos
plementos de las
bóvedas construidas al
ampliar al Hakam
II la mezquita
mayor de cordoba en la segunda
mitad d el siglo X. . Había tenido
yo personalmente la
ocasión de visitarlo con
un grupo de
personas que lamentaban
entonces la ruina
y el deterioro
tras la guerra
civil del templo
de San Juan, al
final de la
calle de la Almedina. Su estado
de ruina era
lamentable. Se comentó en algún
momento de que
ante el avanzado
abandono trasladar el
mirhab árabe a
la alcazaba almeriense.
Y recuerdo las
sentenciosas palabras de
aquel arqueólogo alemán
especializado en arte
religioso musulmán : “ Si eso
ocurre, ya interrumpiría
yo mis estudios
y mis visitas
a Almería, pues
con ese traslado
perdería todo el
interés que ahora
mismo en su
lugar original y en su
contexto de ubicación
tiene “.
Nos dejó a
todos impresionados. Luego supe
que había iniciado
también amplios estudios sobre
el mirab árabe
que se halla
en Santa María
la Mayor de Ronda, la
pseudo catedral de
la población rondeña , aunque este
en mejores condiciones
de conservación, pero
no tenía las
particularidades de su
“original orientación hacia
la Meca “ , ambos conservados
estupendamente gracias a
la protección de
los edificios de
la iglesia , aunque
en el caso
almeriense en ruina
desde la quema
y arrasamiento de la guerra
civil.
Al
abandonar personalmente Almería,
en 1973 perdí
el contacto con Bartolomé y
solo logré recuperar
de nuevo su
amistad y el
contacto a mediados
de los años
90. Aún continuaba su
“Tertulia indaliana” Sin
embargo el paso
de los años,
su salud y
otros muchos elementos
más habían hecho
pasar a dicha
Tertulia cultural a
un muy segundo
plano en la
vida cultural de
la ciudad. En aquellos
años aun sobrevivía
casi con carácter
semestral en las
instalaciones culturales del BBVA
en el Paseo
de Almería.
Y allí estuve
siguiéndole algunos años y
cada vez que venía de
visita a Almería. En
algún momento que
me informaron las
posibles dificultades de
poder utilizar dicho
local en un
futuro próximo me
adelanté a ofrecerle
la utilización de
los locales del
CENTRO INDALO LOYOLA, junto
a las instalaciones
de COPE , en la
segunda planta de
la calle P.
Luque. Me lo agradeció
infinitamente aunque me
pareció leer en
su mente que
ya pensaba “ cerrar
definitivamente “ la
tertulia, pues había
cumplido con
creces la misión
para la que
había nacido como era
despertar el apagado
momento cultural de
la población en
aquellos años del
tardo franquismo de finales
de los años
60 del siglo
pasado y el
desarrollo bestial urbanístico
de Almería.
Coincidimos después
en varias ocasiones
en otra tertulia
cultural almeriense que
el de alguna
forma había apadrinado
como era la
“Tertulia Celia Viñas”
e incluso coincidimos
en varios aniversarios
en su querido
y amado santuario
del saliente en Albox
, con alguna
acción de gracias
ante “la pequeñica “ con su
consabido comentario desde
la humildad y
el agradecimiento: “ No lo
olvides Antonio, tenemos muchos
motivos para darle
gracias a ella,
que fue humilde
entre los humildes “ Persona
afable, cercana, amigo y
humilde observador, admiraba
la espiritualidad ignaciana
de los jesuitas.
Pude disfrutar de
su amistad de
nuevo desde mediados
de los 90
y hasta aquellos
años en la
tertulian Celia Viñas,
donde el continuaba
dándonos su consejo
desde la poesía , el
relato, la pintura
y en general
el mundo artístico
almerinese. Al llegar
de unas vacaciones
a Almeria, desde
Sevilla en
el año 2010 me confirmaron
su fallecimiento. Hoy , en esta
mañana lluviosa , frente a los expositores
del patio de
luces de la Diputacion
Provincial de Almeria me
he sentido cercano a
su espíritu en
esa contemplación y
admiración frente a la enormidad
de su obra
artística e intelectual , sus
dibujos, composiciones, caricaturas, recuerdos …los lugares a transitados por
Bartolome desde su
infancia, las ramblas de
Albox, los paisajes
cercanos a su
querido Santuario del Saliente, en
ese contexto le
veía ahora siempre
cercano a su entrega generosa
a todos los que
tuvimos la suerte
de identificarnos como amigos
de Bartolomé Marín.