¿NAUFRAGOS DE
NUESTRO TIEMPO?: “VAGABUNDOS
POR FUERA BIBLIOTECAS
POR DENTRO”.
Leía distraídamente el otro
día una
noticia de titular de periódico
guardado
desde hacía muchos
años que aludía a una
noticia : “Un hombre
ha vivido voluntariamente cobijado
en un olivo más
de siete
años”. Me dio por
pensar en esos
momentos la vida
de tantos y
tantos desengañados “de la
vida, del mundo, de
la vaciedad de
nuestras vidas a veces,
que indica el Eclesiastés; El
llamado tema del “Beatus
Ille “. la vida
de aquellos ermitaños
y eremitas que
voluntariamente se apartaban
del mundo, de
la superficialidad, de las
vanidades, de la hipocresía. Y
me preguntaba si en nuestro
mundo actual no son también
muchos
jóvenes y mayores los
que deciden abandonar
esta jungla del
asfalto, apartarse al
campo o al
mar como navegantes
solitarios, vivir como náufragos sin
pasar por el
excesivo protocolo de
reglas y absurdos a los que
esta sociedad competitiva
a veces nos
quiere someter. -...
De las
cosas que más
envidio estos días
es ver marchar
a los scouts
de mi barrio
de campamento. Saber que
durante unos días
dormirán al raso,
bajo las estrellas… No
hace mucho tiempo
un amigo gitano
del barrio de
los almendros de
Almería, que no
veía ya hace
tiempo porque al mejorar su
situación económica , dejó
el barrio para
irse a unos
pisos más lujosos , me
saludó en el
autobús del barrio
de los Almendros.
De nuevo tras
tres años ausente, había
vuelto al barrio. Se
sinceraba conmigo y
me decía : “Antonio, para
un gitano, es
esencial vivir a
pie de calle,
no en pisos
con escaleras o
ascensores, queremos estar
a pie de
calle, y sentarnos
en la puerta
a tomar el
fresquito o a
encender la candela
y contarnos nuestras
cosas de gitanos “ Había vuelto
a sus orígenes
en aquel barrio que
como gitanillo deambulaba
por las calles y
en donde se
había criado. Añoraba eso, encender
la lumbre en
la puerta de
su casa, y por la
noche quedarse mirando
las estrellas.
Estos días
añoré mucho mis
noches en las
acampadas scouts, o
cuando pequeño mi
abuelo me enseñaba
los nombres de
las constelaciones y a
orientarme por las
estrellas. Añoré vivaquear con
mi saco de
dormir mirando la
grandeza de la
noche estrellada, el
aire puro, el misterio
y la magia
de la noche
es grandioso para
mirar en tu
interioridad.
Creo que
hace ya muchos
años que vengo
diciéndome a mí
mismo que si
yo tuviera que
comenzar de nuevo a
vivir , y
me dejaran escoger
la manera de
hacerlo… elegiría ser
uno de esos vagabundos
que pintaba el
gran Mingote debajo de
los puentes ,
comiendo como Carpanta
una lata de sardinas
mientras compadecen a
los acomodados burgueses,
millonarios instalados en
sus egregias mansiones,
comiendo caviar, hartos de
mariscos y langostas,
o compadeciéndose debajo
del puente de los poderosos
banqueros que ayer
fueron víctimas de
otra terrible bajada
de la Bolsa.
Como diría
M.Descalzo “ querría ser uno de
esos vagabundos porque
dicen esas cosas
sin siquiera una
mínima ironía. Menos
aun con envidia
o amargura. Ellos son
libres. Se sienten seriamente
superiores a los
pobrecillos que están
encadenados al dinero.
Santa Teresa diría de
ellos que “lo
poseen todo porque
no desean nada “. Son
viejos, pero jovencísimos. Viven bajo
los puentes, puentes que
ya solo existen
en la imaginación
de dibujantes como
el desaparecido Mingote, pero están
en ellos mejor
que en un
palacio.
Visten sin
estar pendientes de las modas, de
harapos, pero con
la mente limpia… Quizás como el mismísimo
Juan
el Bautista, que vivía en
el desierto, vestía pobremente con
piel de camello
y se alimentaba
de langostas silvestres.
Me
gustaría ser un
vagabundo (vagamundo, que
diría Santa Teresa) No estar a encadenado a
horarios. Moverme libre
por las únicas
pasiones del a mor y de
la libertad. Saber más
de flores y de
pájaros que de
autopistas y automóviles. Saber más
de estrellas y
constelaciones que de
tarjetas visa . Saber de nubes,
y vientos de levante o
poniente, mareas altas
y mareas bajas, antes
que saber de cómo andan
los tipos de interés
en
las cuentas bancarias, saber coger
hierbas aromáticas del
campo, la mejorana,
la manzanilla, el
romero, la yerbabuena , la
yerbaluisa… que de
los grandes éxitos en
las casas de apuestas.
Saber más de flores, de
pájaros, de árboles y
gaviotas que de
noticias de mercados
internacionales .
Quizás también como
el escritor M. Descalzo
mi sueño seria
que un día
pudieran aplicarme aquella
bonita definición de
lo que ha
de ser la autenticidad de un ser
humano, y que Bradbury
dedica a los
mejores ciudadanos de
su mundo ,
diciendo que ojala
fueran “vagabundos por fuera,
bibliotecas por dentro
“
Sabiduría como
la del Eclesiastés,
“vaciedad, todo vaciedad “ ,sabiduría del
que se aparta
de las necias
cadenas que esta sociedad trata
de esclavizarnos o nos
impone con sus
reglas . Sabiduría quizás de
muchos de nuestros “sin techos “ marginales que duermen
en los cajeros automáticos o
en auto caravanas, aislados,
de contacto humano. Si
pensamos…Jesucristo , al igual
que Juan el Bautista,
se fue al
desierto a buscar
la SABIDURIA, de los
primeros filósofos presocráticos nos
hablan de que
la mayoría eran
pastores que vivían
mucho tiempo en
soledad con la
sola compañía del
ganado , apartados de núcleos de población, y allí mirando
el horizonte en
interminables horas de
silencio, buscaban en
el pozo de su
interioridad la sabiduría que
la vida a
veces nos ofrece
cuando desengañados de
tanta apariencia buscamos
la autenticidad. Reflexiones que
no se escribían a
veces, pero que
se anotaban en
el registro emocional
y en la
memoria del corazon : “ Feliz aquel
que apartado del
mundanal ruido…”
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