LA CAMPANA
DE LA ALIANZA
ISRAELITA EN TETUÁN
Entre los
años de mi
infancia en Tetuán en
Marruecos recuerdo con
mucha nostalgia los
años vividos en
la calle Ahmed Gammia.
Era un
primer piso al final
de dicha calle que
tenía desde la
terraza una preciosa
vista al paseo
de las cornisas
desde donde se
divisaba un bonito
perfil de las
montañas que rodeaban
Tetuán, el Gorguez, el
yargui, y el
pico de las montas con
el valle al
fondo del rio Tamuda
o Martil
Muy
cerca , teníamos varios centros institucionales de
la vida judía o
sefardita en Tetuán
tales como el
casino israelita situado en unos
soportales cercanos , por
detrás una moderna
sinagoga y al
otro lado un vistoso
y también moderno
y soleado colegio
conocido como la
alianza israelita .
educación en lengua
francesa al que
acudían principalmente niños
hebreos que venían
desde todos los
puntos de la
ciudad esencialmente desde el lejano barrio judío
de la mel
lah situado casi
al otro lado de
la ciudad y
al que para
llegar a clase
tenían que atravesar un
largo recorrido por
entre las calles
Luneta, Mohamed Torres,
Barón de
Riperdá, y Muley Abbas
He
de reconocer que muchos años
después de salir
de Marruecos, desde Tetuan
a finales de
los años 60 , en
conversaciones familiares comentábamos
que aquel colegio
tan vital como
era la escuela
de la Alianza israelí
junto a nuestra casa
marcaba el reloj
de nuestras horas
y un tanto
nuestra vida familiar
en cuanto a
la hora de
levantarnos y las
comidas.
Recordamos con
nostalgia al principio
la campana de dicho
colegio y más
tarde su moderna
sirena marcaban también
la vida de
mi casa pues
sus horarios (que se
anticipaban en media
hora al de
nuestra escuela española)
nos prevenían y
nos ponían en
guardia para no
llegar tarde a nuestras
clases: Por la
mañana a las
ocho ya oíamos
el alboroto en
la puerta de
entrada y en
el patio del
colegio. Su entrada la
marcaba dicha campana
primero y más
tarde la sirena
a las ocho y
media de la mañana.
Por la
tarde cuando estábamos
comiendo sobre las
dos de la
tarde ya oíamos
de nuevo el
ruido y el
alboroto de los
primeros niños que se concentraban
y jugaban en la puerta
de la Alianza. La
entrada era a
las dos y media y
para nosotros no
llegar tarde a
las clases, a las tres
de la tarde,
procurábamos terminar de
comer con la
alarma de la
sirena que invitaba
a aquella multitud
de niños a
entrar.
Leo
en el libro “Tetuán
es mi ciudad “ el
relato de C. Ruiz Manzanero:
-
Gabriel, ayer
te vi con
tu hermano Salomón y con
Salange. Ibais muy chulitos,
por la Casa
España ¿Teniais boda?
-
No, era
sábado, el SABBAT, nuestro
día de la
semana dedicado a la
oración. Íbamos a la
sinagoga que estaba
cerca.
En aquel Tetuán del protectorado español y la post
Independencia de Marruecos, tuvimos la suerte los niños de la
época de convivir con otros niños hebreos en nuestros colegios y
escuelas y aprender a conocer su cultura y costumbres de las que
aprendimos muchas cosas. De mis compañeros hebreos de clase
aprendí el enorme respeto a sus creencias religiosas. La mayoría
de edad para a el rezo se alcanza al cumplir los 13 años. Ese año
se celebra entonces la ceremonia del Barnizva .En esa ceremonia le
colocaran el Tefilin , cintas de cuero alrededor de los brazos y de
la cabeza. Ya utilizaban la Kipa , como un casquete parecido a la
takia tetuaní para sus rezos devotos y con bastante seriedad y
constancia. Sus libros sagrados, todos ellos del Antiguo Testamento,
siendo el principal la ley de la Tora . No comían cerdo ni animales
del mar que no tengan escamas . No mezclan leche con carne. La
carne debía ser sacrificada por el rabino.
Y las fiestas que compartíamos en alguna ocasión con aquellos
niños y niñas compañeros del colegio eran principalmente las del
Yon Kipur o dia del perdón y el Pesah , el equivalente a
nuestra pascua cristiana la que celebraba Jesús de Nazaret, cuyo
significado es el Paso (hacia la libertad desde la esclavitud de los
egipcios ) . También recuerdo haber celebrado de pequeño (
También recuerdo haber celebrado de pequeño (la
primera vez que mi padre me permitió acampar fuera de casa) la
fiesta de las chozas , donde acampábamos en chozos que según mi
amigo Elías, recordaba (para que nunca se olvidara ) el origen
nómada del pueblo de Israel siempre en continuo peregrinar .
En el Yon Kipur que se celebra en familia es costumbre que se
cocine el día anterior, , un pollo por cada miembro de la familia.
Se preparan también abundancia de dulces , donde predomina la
almendra ( la fúguela, tortas finas) con café , mosto de membrillo.
En la fiesta del Pesah , ahora tan cercana , se conmemora el paso
hacia la libertad de los hebreos de Egipto en tiempos de Moises.
Dura ocho días en los que no se puede comer pan ni nada que
tenga haría . Y el día octavo de la fiesta “La noche de Mimona “
se prepara la mesa con la c omida en la que no puede faltar
pescado crudo, miel con dátiles y lechuga. . Y es muy bonito el
rito de leer el libro “ Hagadà” que se ameniza con anécdotas que
se cuentan historias de superación familiar que se van
transmitiendo oralmente a través de la tradición de los años.
Curiosamente se contaban en la lengua “Haquetía “ , el ladino de
los judíos que vinieron de Sefarad, de nuestra Castilla antigua y
que a nosotros niños españoles nos divertía o nos sorprendía la
musicalidad de sus frases, todas ellas pronunciadas con cierta
poesía y mucha pasión. Apellidos de nuestros compañeros de
enorme raíz andalusí o sefardita como los Bendaham , los
Bentolila, los Benoliel, los Levy , los Israel, los Bibas, Bem Dodo,
De mi amigo Benahim recuerdo su énfasis en que la tarde
del Viernes pedir permiso para salir antes de clase y poder
bañarse y cambiarse para ir a los rezos en su sinagoga no muy
lejos de su casa y de la mía. No se nos olvidaran nunca aquellas
bonitas fiestas hebreas incluidas las bodas de hermanos o primos
de nuestros compañeros de clase hebreos a las que nos invitaban
bien en el cercano casino israelita del paseo de las cornisas o en
sus viviendas con toda familiaridad y en donde los ritos y los
trajes que nos permitían ver en ocasiones eran de una gran
vistosidad.
No sabemos con exactitud la fecha de la llegada de los
primeros judíos No sabemos con exactitud la fecha de la llegada de los
primeros judíos al reino de marruecos. Hay noticias de la llegada
de los judíos sefarditas (Sefarad significa España en hebreo) en
1492 junto a los granadinos musulmanes con el decreto de
expulsión dictado por los Reyes Católicos Los primeros judíos
tetuaníes se establecieron en el Mel lah el Bali. Está en pleno
corazón de la Medina Antigua, muy cerca de Yamma el Quebir.
Tenía solamente una calle. Este barrio se incendió en el año 1800
y de ahí la mitad de ellos pasaron a ocupar el actual Mal lah ,
junto al Feddan. La otra mitad marchó a Chauen. el Mal lah es
como una ciudad aparte, distinta de las construcciones musulmanas
En los años del protectorado, la población hebrea llegó a
alcanzar la cifra d e 14.000 habitantes los cuales fueron ocupando
casi la totalidad de las casas del ensanche español y abandonando
las viejas casas de la judería o el Mel lah muy estrechas y poco
soleadas .La primera sinagoga en Tetuán se abrió en e l mel lah
el jdid en 1809 y la ultima después de cambiar de sitio , se cerro
en el mismo Mel lah el año 1983 . Actualmente utilizan como
sinagoga un local de la calle Mulay Abbas . La sinagoga se utiliza
también para actos sociales (bodas y fiestas )
Hoy en dia después de una fuerte emigración a distintos paises desde
mediados de los años 60 y muy especialmente a raíz de la
guerra de los seis dias, a Estados ...
Unidos, Canada, España, Venezuela e Israel
no superan las cien personas. Afortunadamente son muchas veces
en nuestros viajes a Marruecos que encontramos algún
“superviviente “ que nos para y conversa con nosotros recordando
aquella riqueza de costumbres y la bondad y sonoridad de sus
cariñosas frases en “haquetia” , las cuales me transoportaban con
prontitud a aquel inolvidable libro de Vazquez M. “La perra vida
de Juanita Narboni “ , precioso monologo de una anciana judía
que llora y añora aquellos años de plenitud sefardita y del auge
de ciudades como Tetuán, Tánger, Larache o Chauen , en donde se
vivía una riqueza intercultural y de apertura o respeto a las
costumbres religiosas y sociales de quienes convivíamos felizmente
en el día a día en aquel Marruecos de nuestra infancia y
adolescencia.
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