ANTONIO BURGOS BELINCHON: EL PROLOGO
QUE NO PUDO
DEDICAR A PORTACELI
A raíz
estos pasados días del
fallecimiento de nuestro
querido Antonio Burgos me
llega el recuerdo emocionado del momento que le conocí en aquel
lejano noviembre de
1984, nada más y nada menos que en
plena Sierra Norte, en Cazalla .
Resultó que por aquellos días un
nutrido grupo de alumnos de bachillerato del Colegio Portaceli, de Nervión, en
Sevilla, junto con algún que
otro profesor, habíamos
organizado a través de los Montañeros de
Santa María, ( Movimiento juvenil, formativo, espiritual y recreativo que funcionaba ya en el
Colegio Portaceli desde hacía años, por la iniciativa del P.
Ríos Lara y posteriormente Carlos Huelin , incluso con unos locales de
convivencia en plena calle Cuna,
precisamente en el piso
que había sido despacho durante la expo
del 29 del mismísimo Aníbal González ) una acampada en Cazalla ,permitiéndosenos acampar
y acantonar en unos terrenos o cortijada facilitándosenos su permiso a
través de la
entonces farmacéutica en dicho pueblo.
Finalmente aprovechando aquel puente otoñal de
todos los santos, y a través de
Carlos Huelan, mediante algún que otro contacto logramos los correspondientes permisos para acantonar
y acampar en alguno de aquellos privilegiados caseríos cortijos en las afueras de Cazalla.
Y
en uno de aquellos aprovisionamientos imprescindibles de pan y alguna que otra vianda o necesidad
urgente para el equipo de
cocina ( compuesto por algunos
padres de alumnos voluntarios) nos
acercamos a la tienda que había en el centro de Cazalla. Y fue
ya casi de regreso de nuevo al caserío acampada donde realizaban actividades de convivencia, aquel grupito de montañeros ,cuando
al pasar por la farmacia de
Cazalla, la farmacéutica y algunos amigos del pueblo presentaron en aquel
momento a Antonio Burgos, como persona cercana
y muy conocida en la historia de nuestro Colegio, al que conocía
toda Sevilla y “el
todo Portaceli “ menos yo,
que era nuevo “en
aquella plaza “
Y tras
los saludos correspondientes, siempre en
un plano de cordialidad
y cercanía, fuimos mencionando nombres, fechas, anécdotas…
Antonio Burgos, era todo un archivo de
datos y relatos, nombres y curiosidades que recorrían la
historia reciente de aquella institución llamada Portaceli : Que
si don Ángel Pérez Estudillo, que si Carrasquilla, que si Maruja, que la
zona prohibida de la Basílica, que
si “ el
reinado del P. José Antonio Sobrino
y sus dictatoriales “pèlaos al cero “ como
castigos de “ reconducción masiva
“ (del cual él había sido una de aquellas inocentes victimas del Herodes de
turno en la figura del Rector )
Luego, con el paso de
los años , en varias
ocasiones, coincidimos en
muchos eventos sociales y
educativos de aquellos finales de los años 80 en
Sevilla , Portaceli y en las
instalaciones de ABC y más
tarde también entre
los años 2008
y 2017,con la Asociación
de Antiguos Alumnos Pórtaceli.
Cuando muchos años después ,y
a instancias de muchos antiguos alumnos y gente del colegio, por
fin me decidí
a escribir parte de esa
bonita y atractiva memoria histórica educativa
de los jesuitas, en aquella Sevilla,
en los colegios de Villasis
y Portaceli a
lo largo del
siglo XX , alguien me insinuó
que le pidiera a
Antonio Burgos, unas líneas
a manera de
Prologo, para dicho libro .
Y
así lo hice, a
través de un
amigo común, que
se prestó a llevarle mi
petición para el libro que ya se pergeñaba
y casi
se anunciaba. Y fue también, a través
de este amigo común ,como me
llegó unos días después la respuesta
de Antonio: “ Dice que sí, pero
que le des tiempo, que
ahora está muy liao “.
Era el mes
de octubre de
2022. Y fue
en febrero, donde con
aviso de premura, a través me pedían
desde la Editorial Círculo Rojo, los
“detalles finales del libro “ . Y de
nuevo, llamadas telefónicas, insistentes, y
solo gracias a la amabilidad
de este amigo común, para sondearle como llevaba el tema, que nos “cogía el toro “
.
La respuesta ya vino con
un cierto matiz de imposibilidad: Que le
des un
poco de más
tiempo “ Que Antonio está ahora
viviendo momentos algo tensos y
particularmente se encuentra desbordado
“
Y
no pudo ser. Al
final el casi
prometido prólogo, se “rellenó“ e
improvisó con algunas
líneas referentes a las
variadas vicisitudes que los
jesuitas habían tenido y sufrido en su recorrido histórico por la
Sevilla del siglo XX y
primeros años del XXI
en aquella casi ascética y amplia labor
educativa. A finales de marzo de
2023 la Editorial me pre
anunciaba que el
libro estaba a punto de salir.
Eso
si en dicho
libro, como no podía ser de
otra manera, Antonio era parte también
de
aquella historia, desde sus
años de alumno , años 50 y 60,
del pasado siglo, y
Antonio Burgos Belinchon ,
como antiguo alumno
y años más
tarde como asiduo participante en
muchas actividades relativas a Portaceli,pues fue
un gran colaborador, incluso en
alguno de sus muchos
artículos publicados con ese su gracejo, el que le caracterizaba, el habitual
en las columnas del
sevillano diario ABC.
Quiero citar
aquí brevemente alguna
de sus líneas,
citadas en mi
libro “ DE VILLASIS A
PORTACELI: MEMORIA DE UN
COLEGIO DE SEVILLA
1905-2005 “ donde el
nombre de su
colegio Portaceli ,aparecía siempre con
un sabor a apasionados
recuerdos de toda
variedad, sus patios, sus recreos, sus
pasillos, sus profesores, anécdotas
y chascarrillos
Así nos lo
contaba en aquellas
líneas:
«En nuestro Portaceli no había patio. El patio era
el albero rectángulo de tierra de Alcalá que unía los cuatro pabellones en que
quedó el ambicioso proyecto de un Escorial docente. (…) Y Villasís, cerrado
como colegio quedó como dormitorio de internos, que iban y venían a Portaceli
en El Coco, el primer autobús escolar que hubo en Sevilla, un Pegaso azul y
niquelado matricula SE-21118. El patio del Villasís de Rafael Montesinos servía
como salón de actos, para los premios de final de curso, para cine los días sin
clase.”
Y refiriéndose a la novedosa llegada como P. Rector de José Antonio de Sobrino
Merello, aquel que les llegó a castigar con un
soberano pelado al cero , tanto a él
como a varios “rebeldes y contestatarios alumnos de la época, que les daba por escribir poemitas “ :
Así lo veía, así
lo describía , Antonio Burgos, y
como no, “su espinita clavada como colegial, la llegada como nuevo Rector al carismático y
«americanizado» P. José Antonio de Sobrino Merello:
«A aquel albero llegó un día como rector el Padre
José Antonio de Sobrino Merello, primo de Rafael Alberti Merello,
mediopensionista del colegio de los jesuitas del Puerto de Santa maría. El Pae
Sobrino venía de Estados unidos y en la revista ciclostilada “Bolheón” le
pusimos Johnny de mote, como el anterior rector había sido Tomatito (Julio
Martín), Johnny Sobrino cogió su fusil y castigó con pelado al cero a todos los
que habían robado cenicero en la visita del curso a algo tan americano como él:
la fábrica de Coca Cola. A los padres de medio curso, les dio a elegir: o
pelaba al niño al cero, o lo expulsaba del colegio. El Pae Sobrino dejó a medio
curso como si se hubieran lavado la cabeza con agua fuerte. Y pintó de colores
diversos las persianas de madera en los cuatro pabellones. Lo que me dio pie
para mi primer artículo: “Ventanas de colores”. Era una redacción de clase que
el
Pae Ortiz elogió mucho y publicó en la revista del
colegio. Aquel exquisito, elegante, ignaciano Padre Lorenzo Ortiz era para
todos El Mosquito, y a chufla se lo tomaban. Para Jacobo Cortines, para Alberto
Queraltó, para Miguel García Posadas y para mí era en cambio nuestro maestro,
el que alentaba nuestra vocación literaria. El refinado liberal que en un
ambiente inquisitorial nos hacía leer a Unamuno, a Lorca, a Juan Ramón, a
Miguel Hernández, oír a Debussy y a Falla.»
El martes 10 de marzo de 2015
aparecía en el diario ABC en
la columna habitual de Antonio Burgos el siguiente artículo sobre Juan
Carrasquilla, uno de los grandes y míticos personajes y figuras del elenco de empleados
del Colegio Portaceli dotados de un carisma personal único:
Adiós
Carrasquilla:
“Era el hombre orquesta en Portaceli, que lo
mismo inflaba los balones del recreo que
arreglaba una cisterna rota en lugares mayores.(…) nuestro Carrasquilla. Que no era hombre de
mar. En todo caso, marinero del mar de la zozobrante quilla de la barquilla del
himno de
Portaceli. Porque al oír la historia del fantasioso Carrasquilla en Cartagena,
con su apellido yo siempre me he acordado de nuestro fiel, leal noble y más que
servicial Carrasquilla de Portaceli. Sí, Juan Carrasquilla, que alcanzó a conocer
los tiempos de los internos durmiendo en Villasís y yendo a clase a Portaceli
en el autobús que conducía Antonio el chófer. Con más utilidades que una navaja
suiza. Carrasquilla hacía de todo. Era un hombre-orquesta en Portaceli, que lo
mismo inflaba los balones del recreo que arreglaba una cisterna rota en lugares
mayores del Tercer Pabellón. Iba
de vigilante
en el autobús y ayudaba a Pepe el Gordo en la Administración o a los Jadraque
en Secretaría. O se ponía de portero y atendía el teléfono (…) Carrasquilla, el
leal Carrasquilla, tan fiel a la Compañía de Jesús como el marinero del Náutico
a su Rey, en aquel colegio de tanto estilo y elegancia, de tantos grandes
apellidos empezando por el Rector Alarcón de la Lastra, era como esos criados
de casa bien que lo mismo sirven la mesa que hacen de jardineros o de
mecánicos. Desde la Asociación de Antiguos Alumnos me dicen que ha muerto
nuestro Carrasquilla «Don Juan Carrasquilla y Machuca» como lo cito ahora en
este gorigori a modo de póstuma proclamación de dignidades de un colegio donde
era Príncipe del servicio a la Comunidad y a los alumnos. Carrasquilla ya
descansa bajo el manto sagrado de su tierra aljarafeña de Benacazón. Y esta mar
del mundo que surca mi barquilla, yo
ahora tomo la voz de agradecimiento de tantas promociones de antiguos alumnos,
y digo, como un rey desterrado de su adolescencia en aquel albero que nos separaba de Los Gratuitos
«¡Adiós, España de Portaceli! ¡Adiós, Carrasquilla!».
Y
también , hoy todos nosotros, lloramos,
porque con la marcha de Antonio,
nos sentimos “ familia Portaceli”
al igual que muchos sevillanos de bien, decimos
con tristeza : Adios Antonio, echaremos
mucho de menos tus
relatos, tus motivantes
artículos, tus llenas de vida líneas o
renglones, pero sobre todo tus enormes
y hermosas semblanzas alusivas a “ esa
patria de nuestra niñez, a ese sol de la
infancia, a esa puereta del cielo” que mencionaba también
tu gran compañero, Jacobo
Cortines , seguro que en ella,en esa
puerta del Cielo te recibe el mejor
abrazo del Dios Abba, el Dios de Jesus
de Nazaret, invitándote a que le relates
con pasión aquellos renglones que
con tanto apasionamiento escribiar desde
tu mas tierna infancia por aquello0s patios del recreo ,junto a
la basilica y a
la alberca de la Bujaira. Adiós Antonio…las
puertas del cielo, se han abierto hoy
muy especialmente para escuchar
tus relatos del “cielo de abajo, de tu Sevilla, de tu Portaceli, y de todo Nervión.”
Adiós Antonio.
http://antoniomarincarablogsport