QUIEN SIEMBRA FLORES ...RECOGE COLORES
(La fábula de
la vasija agrietada)
Un aguador
tenía dos grandes
vasijas que colgaban
en los extremos
del aparejo de su
borriquillo. Una de
las vasijas tenía
varias grietas, mientras
que la otra
era perfecta y
conservaba toda el agua
hasta el final
del largo camino, desde
el arroyo hasta
la casa de
su patrón; sin embargo
, la vasija rota
solo tenía la mitad
del agua. Durante dos
años completos esto fue
así diariamente.
La
vasija perfecta estaba
muy orgullosa de
sus logros, pues
se sabía perfecta
para los fines
para los que
fue creada. Sin embargo,
la pobre vasija
agrietada estaba muy
avergonzada de su
propia imperfección y
se sentía miserable
porque solo podía
hacer la mitad
de todo lo
que se suponía
que era su
obligación.
Después de dos
años, la vasija
agrietada le habló
al aguador diciéndole :”Estoy avergonzada
y me quiero
disculpar contigo porque, debido a mis
grietas, solo puedes
entregar la mitad
de mi carga
y solo obtienes
la mitad del valor
que deberías recibir “ El
aguador, apesadumbrado ,
le dijo compasivamente: “Cuando regresemos
a la casa,
quiero que notes
las bellísimas flores
que crecen a
lo largo del camino “. Así
lo hizo la
vasija agrietada. . y , en efecto
vio muchísimas flores
hermosas a lo largo
del trayecto, pero de todos
modos se sintió
apenada porque al
final, solo quedaba
dentro de sí la
mitad del a gua que
debía llevar. El aguador
le dijo: “ ¿Te has
dado cuenta de
que las flores
solo crecen en
tu lado del camino? Siempre he
sabido de tus grietas
y quise sacar
el lado positivo
de ello. Sembré semillas
de flores a
lo largo del camino
por donde vas
y todos los
días las has regado,
y durante dos
años yo he
podido recoger estas
flores para adornar
la tumba de
mi madre.
Si
no fueras exactamente
como eres, incluidos
tus defectos, no
hubiera sido posible
crear esta belleza”
Moraleja :
Todos somos vasijas
agrietadas, pero siempre existe la
posibilidad de aprovechar nuestros
propios límites para
obtener buenos resultados.
La llamada a
la santidad no
suprime nuestros defectos,
la aspiración a vivir
las bienaventuranzas no
elimina el que a
veces, nos sintamos
defraudados por nuestras
contradicciones. El Papa
Francisco señala las
grietas de nuestra
sociedad. Trabajando con ilusión
estas recomendaciones, a pesar de
nuestras grietas, crecerán
flores de santidad
en nuestros caminos
de la vida.