IN
MEMORIAM: ROGELIO SOSA
Con mucha
pena recibía la
otra tarde la noticia
del fallecimiento de aquel
gran jugador de
futbol del Real Betis
Balompié , Rogelio Sosa. Un jugador
carismático que el beticismo
tardará en olvidar.
Con apenas
trece años llegué
a verle jugar
y conocerle en
el mismo día. Si
no recuerdo mal
era en primavera de
1963 cuando vista
la gran temporada
que el Betis
estaba haciendo en el campeonato
de liga español
alguien pensó en
programar un partido
amistoso en Tetuán, en
la antigua capital del
protectorado español de
Marruecos. En todo el
norte de Marruecos , en Tetuán, en
Ceuta, en Tánger, había mucha afición
e
ilusión por ver
aquel Betis que
maravillaba en la
liga española . El Betis había
conseguido ilusionar
con su juego. Entrenaba en aquellos meses
al equipo el
que fuera gran
entrenador catalán Balmanyá y
entre otros en las
filas del Betis
ya destacaban jugadores
de la talla
como el guardameta
Pepín que llegó
a ser internacional, el lateral
canario Colo, el
central internacional vasco Ríos, el
centrocampista Martínez, y adelante
los
inolvidables Ansola y Luis Aragonés.
Como el
Atlético de Tetuan había descendido
por su anterior
mala campaña a
la segunda división marroquí ,
se acordó que aquel amistoso
fuese con el
Rayah de Casablanca que
lideraba el campeonato
Marroquí pero se jugaría
en
el histórico Sania
Ramel de , el
conocido Estadio Varela de la Hípica
de Tetuán . En Tetuán los
chavales futboleros vivimos
aquel pre partido
con una enorme
ilusión. En los entonces
llamados Pabellones de Aviación, había una
gran afición por
el Betis y
de hecho existía una
peña Bética, que
a su vez mantenía
un
equipo cadete o infantil
que todos los domingos
jugaba partidos de
gran interés en
aquella categoría, con un
gran seguimiento de aficionados,
padres, familiares, amigos. El
equipo lo organizaba
el famoso aficionado
betico “ Poquillo “ , y entre
los jugadores que
recuerdo estaban los Raya, Bravo, Fombuena, Ramírez, Hidalgo, etc.
Fue
un partido vivido
con mucha ilusión durante
todo el mes
previo. El partido terminó
con un rotundo
0-3 a favor
del Betis Balompié. En las
gradas de Sania
Ramel vivimos un
ambientazo enorme coreando los
goles y merendando
en el descanso. Aunque
no recuerdo quien
anotó los goles,
sí que recuerdo
que uno de ellos ,
quizás el de más bella
factura, fue conseguido
por Rogelio, que fue
uno de los
jugadores más distinguidos de
aquel partido. Hizo tres
o cuatro jugadas
de auténtico figura. Tenía
en aquello entonces
Rogelio solo 18
años.
Aquella tarde
noche , mucha de la chavalería tetuaní aficionada
al futbol, y gran parte
seguidores del Betis, nos
agrupamos durante casi
dos horas en torno
a la puerta
principal del Hotel
nacional en la
calle Mohamed Torres. Tras
larga espera recuerdo
que conseguí los autógrafos
de
tres de ellos: Colo, Rogelio, y Martínez. Confieso
que tanto Luis Aragonés como Ansola,
consiguieron “zafarse “ por entre
aquellos países y
driblarnos con auténtica
astucia a toda
aquella enorme masa
de chavalería que pretendían
sus
autógrafos. Esos autógrafos
los
guardé “como oro
en paño “ durante
mucho tiempo , hasta que en ausencia
de la casa
de mis padres
años después, mi
madre en una
de sus limpiezas
de mis “cachivaches “ de
la mesita de
noche los debió
destruir. De aquellos tres
firmas de jugadores,
dos de ellos
fueron traspasados al curso siguiente
al Atlético de
Madrid : Colo y Martínez. Este segundo
jugador, que tenía
un gran miedo
a volar tuvo
un infarto el
verano de 1964,
y tras vivir
casi diez años
en coma falleció. El
tercer jugador del Betis
que pasó aquel año
al Atlético de
Madrid fue el mítico Luis Aragonés. Rogelio estuvo
a punto de ir al Madrid, pero
al final se quedó
en el Betis. Fue por
eso por lo
que la afición
le profesó todas
aquellas diez o
doce temporadas que
estuvo a un gran
nivel, incluso llegando a
ser internacional varias
veces, una gran admiración
que
se manifestaba en
grandes vítores al
jugador de Coria. Durante
los cursos 73
al 77 que
estuve en Sevilla tuve
la gran suerte
de que un
gran aficionado bético
como Jero Valpuesta
me prestase su
carnet de socio
en tribuna, para
verme la mayoría de
los partidos de
aquel Betis y
conocer a grandes
aficionados béticos que compartían
conmigo
aquellos asientos y
meriendas domingueras y
entre ellos familiares
y amigos del
gran Rogelio. Fui betico de adopción.
Fue
aquel Betis que
culminó sus grandes
campañas precisamente aquel
junio de 1977
con la consecución del título de campeón
de
copa frente al atlético
de Bilbao. De
aquel equipazo bético
formaba parte nuestro hoy llorado Rogelio.
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