EL
SILENCIO Y La
soledad
Estar solo es
muy distinto a sentirse
solo.
A veces buscamos
la intimidad. Son ganas
de estar tranquilo, encontrarse con
uno mismo. El desierto
como en la
biblia es profundizar
en la experiencia
de oración y
crecimiento interior . El desierto más
que un lugar
es un tiempo. Puede
ayudar a crecer
interiormente. Todos hemos pasado
por periodos de “ desierto” donde
hemos estado visiblemente
perdidos , pero del que
hemos salido fortalecidos.
Estar a
solas, es un viaje
que promueve recursos
que no se hubieran
puesto en juego
si no se vive
esa experiencia
Reflexión: Al
tomar distancia con las
personas con las que s
olemos convivir, podemos pensar e n
ellas de otra forma
y reflexionar sobre
nuestras relaciones. Unas
vacaciones en soledad pueden servir para
distribuir mejor nuestro mundo
interno.
Quedarse solo
si es la
primera vez, es lógico
que nos dé
un poco de miedo.
La inseguridad ante
una situación desconocida se
pasara cuando compruebas
que la experiencia t e hace
sentir mejor contigo
mismo.
Hay que
reflexionar sobre los
apegos afectivos que
pueden llegar a
infantilizarnos y provocarnos
el miedo a
la soledad. Las
vacaciones son un
punto de inflexión en
nuestro trabajo , necesario para
el equilibrio personal. Todos
necesitamos esa inflexión,
todos necesitamos tener
vacaciones. Desconectar, tomar
nuevos puntos de referencia.
A veces
el silencio, como diría
Antoin
de Saint Exupery , el
silencio nos hace
crecer. También Teresa de
Calcuta hablaba de
la importancia del
silencio en el
fortalecimiento de la
oración y el fortalecimiento interior. Decía Teresa
de Calcuta : “El fruto del
silencio es la oración, el fruto de
la oración es
la fe, el fruto de
la fe es
el amor, el fruto del
amor es el servicio,
el fruto del servicio es la paz
“
La palabra
soledad puede evocar
una carencia, pero también
que uno puede
contar consigo mismo. Desde
el punto de vista psicológico la
palabra soledad evoca
una falta una creencia de algo
que se ha ido y
nos ha dejado solos,
un abandono o una pérdida.
Pero también puede
implicar la idea de
que uno es
capaz de contar
consigo mismo , de
que ha realizado
un trabajo psíquico que
le ha constituido
como un ser íntegro
y único. La decisión de
vivir solos suele
provenir de saber que no
tenemos
miedo a la
soledad, porque nuestro
mundo interno esta ya amueblado con
adquisiciones personales que
queremos mantener y
que nos ha
costado construir. La sensación
de libertad es lo más
anhelado y el
temor a sentirnos
invadidos como cuando
otro comparte nuestra
casa puede estar
en e l origen de esta opción.
El proceso
de individuación es el
recorrido que realiza
una persona para
llegar a adquirir
una identidad separada
y discriminada de su entorno.
La dependencia extrema que
tenemos al nacer
genera una necesidad
vital del otro que
conlleva un terror
primario hacia la
idea de estar
solo. Nacer es la
primera experiencia de ruptura. El
amor ajeno es
un alimento esencial
para la vida.
Esa
dependencia originaria se
asienta sobre el gran
desvalimiento con el
que nacemos y condiciona
los cimientos del
psiquismo. En principio estamos pegados a
nuestros objetos de amor y no sabemos
quiénes somos. La sana evolución
de una
persona depende de que esa necesidad
afectiva se resuelva en una
evolución que lo
conduzca a reconocerse
separado.
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