ACABEMOS
CON ESE ORGULLOSO JINETE
…
Un jinete vio
que un escorpión venenoso
se introducía por la
garganta de
un hombre que dormía
tumbado en el
camino. El jinete bajó
de su cabalgadura y
con el látigo
despertó al hombre
dormido a la
vez que le
obligaba a comer unos excrementos que había
en el
suelo. Mientras el
hombre chillaba de
dolor y asco:
-
“¿Por
qué me
haces esto ? ¿Qué te
he hecho yo?”
El jinete continuaba
azotándolo y obligándole a
comer los excrementos. Instantes
después aquel hombre
vomitó arrojando el
contenido del estómago
con el escorpión incluido.
Comprendiendo lo sucedido agradeció al jinete
el haberle salvado
la vida, y después
de
besarle la mano,
insistió repetidamente en
entregarle su humilde
sortija como muestra
de gratitud, al despedirse
preguntó:
-
“Pero,
¿por qué sencillamente no
me despertastes ¿Por qué razón tuviste
que usar el látigo?”
-
“Había que
actuar rápidamente “ – respondió el
jinete-
“ Si
solo te hubiese
despertado, no me habrías creído,
te habrias paralizado
por el miedo,
o habrias escapado. Ademas, de modo
alguno, hubieses tomado
los excrementos, y
el dolor de
los azotes provocaba
que te convulsionases, evitando
que el escorpión te
picara “
Dicho lo
cual , partió al galope
hacia su destino.
No lejos
de allí, dos
hombres de una
aldea vecina habían sido
testigos del episodio
cuando regresaron juntos
a sus paisanos,
narraron lo siguiente:
“Amigos, hemos
sido testigos de
unos hechos muy
tristes que revelan
la maldad de
algunos hombres. Un
pobre labrador dormia
plácidamente la siesta
a la vera de un
camino, cuando un orgulloso
jinete entendió que
obstaculizaba su paso. Se
bajó de su caballo
y con el
latigo comenzó a
azotarlo por tan
minima falta. No contento
con eso, le
obligó a comer
excrementos hasta vomitar.
Le exigió que
le besara la
mano y además le
robó una sortija.
Pero no os preocupéis, a
la vuelta de
un recodo hemos
esperado al arrogante
jinete y le
hemos propinado tal
buena paliza por su
deplorable
acción “