AQUELLA EPOCA
DE PANTALON CORTO…
AQUELLOS AÑOS …donde por más duro e inclemente que fuera la climatología, raro era el niño en la España de aquellos años que vestía habitualmente pantalones largos. Lo normal era llevarlos cortos, de cualquiera de esos primeros tejidos que, por no necesitar plancha, protagonizaban la nueva confección para satisfacción de aquellas mamas. Acostumbrados a pasar frio en las piernas, - al igual que a llevar una pajarita anudada al cuello, a escuchar a los adultos llamarles “mocosos “ y a que los ordenaran guardar silencio si osaban entrar en alguna de sus conversaciones- aquellos chavales, en general, fueron tan felices como pueda ser lo el más dichoso de los niños actuales. Si acaso, al caerse en sus juegos y carreras, se desgarraban tremendamente las rodillas algo más. No por ello dejaban de hacerlo creyendo ser soldados o dando patadas a un balón. La marcomina sustituyó a alcohol, y también se imponían las tiritas que eran el bálsamo a esas heridas sin dolor. Entre sus sueños más inmediatos contaba cumplir los nueve años para que en el colegio les dejaran escribir con pluma o bolígrafo y olvidar el lápiz con el que se les obligaba a hacerlo a edades más tempranas
. Se nos
decía “ Pórtate como
un hombre “ , se
nos ordenaba cuando
se nos llamaba
al orden, a sabiendas
de que ser
hombre era el
mayor de sus
anhelos, porque los
hombres llevaban pantalones
largos, tenían novia
y podían fumar , tomarse una
cervecita y echar
el brazo por
encima de la
chica a la
que ya consideraba
su novia .
Solo
entre los trece
o quince años , dependiendo de
nuestro desarrollo fisiológico
se aprestaban raudo
nuestros padres a
comprarnos el pantalón
largo, que junto
al ritual de
entregarnos el llavín
de acceso a
nuestra casa independientemente eran
los “clásicos ceremoniales “ para
decir adiós a
la infancia y
entrar en el
mundo de los benditos
privilegios que creíamos
tenían los mayores
Creo recordar que en mi caso fue al terminar el verano de 1962 al reintegrarme de nuevo al colegio cuando ya mis padres me tenian preparado ese " ajjuar" de nueva ropa en la que ya , con gran alegria no veia los pantalones cortos, sino pantalones largos. Y al igual que cuando estrenabamos nuevos zapatos , me recuerdo presumiendo de aquellos pantalones largos que decian adios a toda una epoca de infancia.
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