“SI YO
CAMBIO, TODO CAMBIA: ¿me falta
tiempo o me
sobran cosas ? “
(VERONICA DIAZ
AUTORA DEL LIBRO “DIECISIETE“Editorial Amat, psicóloga)
Verónica Díaz
superó un cáncer siendo
aun adolescente, lo que la
llevó a estudiar Psicología
y a cambiar
de mentalidad ante
la vida. Son cosas
muy interesantes las
que encontramos en
sus reflexiones.
Que nadie
nos dirija la
vida. Nos encontramos
en la mejor época
para
votarnos como los únicos
gobernantes de nuestra
propia vida y
para buscar esos
silencios que oxigenan
nuestra a mente. Para romper
ese murmullo constante
que se repite
en nuestra cabeza
y mirar con
ojos nuevos a
nuestro alrededor. Y en
realidad no hay
que irse muy
lejos para escapar de
la parte menos
deseable de la rutina,
las investigaciones sobre
la felicidad ya
lo dicen: se puede
hacer mucho con
muy poco. Por ejemplo,
introduciendo pequeños cambios
en nuestra forma
de hacer las
cosas y poniendo
nuestra plena atención
en esas acciones.
A veces
observo como así, sin
más, se han ido
apropiando de mi vocabulario
los “ tengo que 2
y “ debería de “ .
y sin comerlo
ni beberlo yo
misma me he
encerrado en una cárcel de
obligaciones construidas por y para
mi, que me
atan a la esclavitud de
aquello que no deja
espacio para la
espontaneidad del momento.
No me refiero
a las responsabilidades básicas,
como la de
cuidar a mi
hijo, por ejemplo, sino de
todas aquellas a
las que uno se
apega de una forma
toxica. Esas que nos
hacen pensar “ me
falta tiempo “ cuando
en realidad es
que “ te
sobran cosas “
La gran mayoría
de
las veces no
existe nada que debamos de ser
o hacer, sino
que son elecciones personales,
y por tanto,
la única obligación de
que así sea es
la que nosotros
nos imponemos y
si entendemos eso, automáticamente
dejaremos de sentirnos víctimas
de las circunstancias y
pasaremos a ser los
directores de la película de
nuestra vida, aceptando
los papeles que en cada
momento decidimos representar.
Tiendo a ceñirme a esa inflexible agenda
mental llena de “ deberías de … “ cuando
me veo desbordada de
responsabilidades y me
toca hacer malabares
con el tiempo
para poder llegar
a todas. Y sé que
el problema no
reside en organizarme, lo c cual es de gran utilidad, sino en cerrarme en banda a
lo nuevo que
este por venir
con la excusa
de que “
no doy para
mas 2 porque entonces
lo que hago es
robarle a los días
la capacidad de s sorprenderme y
de escribir en
los márgenes del
calendario, que al
final es donde
reside su esencia.
Como si
nos diera miedo
estar parados, atiborramos nuestros
días y los
de nuestros hijos
de actividades que etiquetamos
de “ necesarias “ o “imprescindibles “, ya
sean lúdicas o
sean responsabilidades. Y cuando venimos
a darnos cuenta
hemos perdido la batuta
de la melodía de
nuestras vidas porque en
algún momento se la
cedimos “ a
las circunstancias “. Es importante
recuperar la batuta
y volver a
decir que “ si “
a esos momentos
inesperados que surgen en el día
a día.
Lo cierto es
que como dice Honoré
de Balzac “ AUNQUE NADA
CAMBIE, SI YO
CAMBIO, TODO CAMBIA “
Quiero recordarme
una vez más
que yo decido
como vivir cada día y
que en cualquier
momento puedo inyectarme
esa dosis de consciencia
que espanta a
esas obligaciones a
las que me ato cuando
realmente son prescindibles; que
estoy a tiempo de elegir
la música de
mi vida y de
respetar el silencio
entre cada canción; que
nunca e s tarde para
darle la vuelta
a una situación o
por lo menos
para vIvirla con otras gafas
nuevas que no
nos moleste tanto,
y que nadie
se vaya a
dormir sin al
menos intentarlo ,
que como dice
Machado, hoy es
siempre todavía.
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