LA FUERZA
DEL DESEO : VALORAR LO
ESENCIAL EN LA
VIDA
Con motivo de una hernia de hiato, hace unos años el médico me mandó en el hospital de Torrecardenas en Almería una endoscopia. Alguna enfermera me miró con cara de pena y me dijo que si me “ anestesiaban “ mientras se hacia la prueba. Acordándome de aquellas dinámicas respiratorias aprendidas en Salamanca del mismísimo jesuita hindú Toni de Mello, el famoso SADHANA. Al final de la prueba el médico y las enfermeras sonrientes, me felicitaron diciéndome que había estado muy tranquilo, lo que no suele pasar con muchos enfermos que se someten a esta prueba.
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Cuando trates de
tener en cuenta
tu respiración, no
tenses los músculos.
No hay que
confundir decisión c con tensión nerviosa. Debes pensar
que al principio
es normal tener bastantes distracciones. Por mas distraído
que
puedas estar, el
simple hecho de volver
una y otra
vez a tener en cuenta
tu respiración- el esfuerzo que
supone hacer esto-
te reportará grandes beneficios
que advertirás gradualmente >>
El famoso
yoga Ramakrishna cuenta,
mediante una parábola,
la intensidad del
deseo que debemos
poseer aun en
los momentos más difíciles
de
nuestra vida.
<<
El maestro llevó
un día al discípulo
a
las proximidades del
gran lago:
-
Hoy
voy
a enseñarte, querido
discípulo, qué significa
la verdadera devoción
Le pidió al discípulo
que
entrase con él
en el lago
y, sujetándole la
cabeza, se la empujó
bajo el agua .
Transcurrido todo un
minuto, y, a
mitad del segundo, el discípulo
comenzó a
debatirse con todas
sus fuerzas para
librarse de la
mano del maestro
y poder así
volver a la
superficie. Al final del
segundo minuto, el
maestro lo soltó. El discípulo,
con el corazón que
se le salía,
consiguió medio erguirse
y en un
tono semi- digno
, y jadeando
intensamente aseveró:
-
¡ Maestro,
lo que has
querido verdaderamente es
matarme¡
El maestro lo
miró intensamente a
los ojos y
esperó pacientemente a
que se serenara. Y
le dijo
-
Si
hubiera querido matarte,
lo habría he3cho. No. Tan solo quería
preguntarte qué sentías
mientras
estabas debatiendo bajo
el agua.
-
- ¡ Yo sentía que
me moría, maestro ¡ 1 Todo lo
que deseaba en
esta vida era
respirar un poquitín de
aire, tan solo
un poquito¡
-
Pues se
trataba de eso,
querido discípulo. La verdadera
devoción sólo aparece
cuando t cenemos un único deseo
y llegaremos a
morir si no
conseguimos realizarlo.
http://antoniomarincara.blogspot.com.es/
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