MANANTIALES DE VIDA:
LANJARON EN EL
RECUERDO
Recuerdo que
apenas tendría ocho
años cuando mi
padre sufrió un día un
fuerte cólico nefrítico.
Y sin saberlo
aquello nos cambió
la vida pues
hubo un antes
un después. No
solo porque su
dieta a la
hora de las
comidas cambiase, sino
porque también al
llegar las navidades,
o el verano,
en periodo de
vacaciones nos trasladábamos la
familia a aquel
pueblecito perdido de
las alpujarras de Granada . Entre lo
extenso de las
vacaciones veraniegas había
que dejar un
tercio de días
para Lanjaron. Confieso que
al principio aquello
nos aburrió a mi
hermana y a mí. Paramos
al principio en
el Hotel España,
muy cercano al
balneario. Luego más
tarde ya mi
padre paraba en
una casa particular
del centro de
la bonita población alpujarreña
en donde convivimos
con aquella familia
muchos veranos especialmente . La carretera
al atardecer era
un autentico hormiguero de
personas con sus
cestitos de mimbre
que guardaban un enorme vaso,
para recrearse en
beber litros y
litros de aquellas milagrosas
aguas en las
terrazas del balneario: la
Pilarica, la salud, san
Vicente, la capuchina… Si
recuerdo que aquellas
aguas nos daban
un hambre atroz
y nos acercábamos al
puesto de patatas fritas que
una mujer llamada
Pastora tenía enfrente
del balneario. No teníamos amigos
de nuestras edades
en aquel pueblecito.
Las tardes mientras
se tomaban las
aguas los mayores
a nosotros se
nos hacían interminables
y aburridas. Pero
lo que es
el mundo de
los niños, pronto
nos hicimos mi
hermana y yo de
excelentes amigos y amigas
de nuestras edades
tanto de mismo pueblo
como venidos de
lejanas tierras también a
curar las dolencias
de riñón o
de hígado de
sus padres: los Aguirre
de Tánger, los
Parody de Casablanca,
los Vireux de
Montpellier, los Lumbiere
de Paris…muchos de
ellos descendientes de
familias exiliadas de
España durante la
republica y cuyos
hijos o nietos
venían ya a
tomar aquellas milagrosas aguas. Tardes de
interminables juegos, del
escondite, del pilla ,
de jugar hasta
la pelota vasca, juego
de frontón contra los
muros que separaban
el aterrazamiento del
balneario, lugar envidiable
para tomar el
fresquito y merendar. Tantos amigos
hicimos (¡lo que es
el mundo mágico de
los niños para
hacer amigos ¡) que
luego en años
posteriores el abandonar Lanjaron, era
un autentico drama
de gemidos y
lloros en las
despedidas de todos los
chavales y las
niñas que formábamos pandillas
en torno al
balneario. Quiero aportar
aquí alguno de
los bellos poemas
que nos dedicó en
una de aquellas
ocasiones el pastor
poeta Antonio Reyes
que al igual
que a Pastora
dejamos de ver
ya en los
años 80 :Recuerdos inolvidables
de nuestra infancia
calles, personas y
manantiales de Lanjaron
que deleitaron nuestros
juegos y nuestros
atardeceres.
Las
aguas medicinales
Son las
mejores de España.
El agua
de la salud
Para tomarla
en la mesa
Es la
cosa más hermosa
Para la
naturaleza
San Vicente
para curar el riñón
La capilla
para la diabetes,
Capuchina para
el hígado
En el
mundo todavía
No hay
medicina igual
Que la
Capuchina
Este manantial
Lo descubrió
un labrador
Sin saber
lo que se
hacia
Observando varias
veces
Que las
aves que
De este bebían,
No levantaban
el vuelo
Porque les
daba diarrea
Y muertas
al suelo caían.
Aquel hombre
Del hígado
padecía.
Y un día desesperado
Para ver de envenenarse,
De este
gua fue y tomó;
Y fue todo
lo contrario
Porque la
siguió tomando
Y el
hígado se curó.
Esto a
nadie se lo dijo
El secreto
lo guardó
Y un día como
confesión
A unos
Padres Capuchinos
Todo esto
les contó.
Para ver
si era verdad
Y en
virtud de aquellos
Padres
La Capuchina
se llama
Y todos
los demás manantiales
Que no
son medicinales
Todos son
aguas potables.
Muchas de
estas personas
Que visitan
Lanjaron
Algunas de
ellas
Recuperan la
salud
Con el
agua tan divina
Como es la
Capuchina
San Vicente
y la Capilla.
Y disfrutando
de este clima
Tan agradable
Y de
este agua potable
Y todas cuantas
personas
Que visitan Lanjaron
Que la Capuchina
Al empezar la
mañana
Y después en
todo el dia
Vino, carne, mariscos,
buena fruta
Y jamon de
la alpujarra.
Quien no pueda
comer mucho
Por tener la
tensión alta,
Que visite el
Pilarillo
Que este agua
la regula,
Ni la sube
ni la baja.
Al lado de
este manantial
Hay un lindo
merendero
La tarde se
pasa a gusto
Se gasta poco
dinero.
A esta hermosa
población
Y a este
hermoso balneario
Donde miles de
personas
Españolas y extranjeras
Donde mas se van
cruzando .
Lo bueno no
precisa propaganda
Porque solo se propaga ;
Esto lo dice
el pastor Poeta
De lanjaron,
Que en los
tres años de guerra
Anduvo por toda
la patria
Y la mejor
agua que bebió
Fue la de
Lanjaron
Y el pueblo
mas acogedor
De nuestra querida
España ( de Antonio
Reyes, el pastor poeta )
http://antoniomarincara.blogspot.com.es/
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