domingo, 16 de septiembre de 2018









LA  VIDA  ES  BELLA: MI  VENTANA  TAMBIEN…
Desde  que  hace  ya  muchos  años  vi  aquella  película  de  : La  Vida  es  bella “  me  impresiona  el  papel  enorme  de  aquel  padre  que  por  hacer  que  su  hijo  no  sufra  se  inventa  un  juego  imaginativo  en  la crueldad  de  todo  un  campo  de concentración  de  trabajos  forzados   nazi  en  donde  todos  están  condenados  a  morir   y  todo  ello  para  que  su  hijo  no  sufra  o  no  descubra  tan  pequeño  la  crueldad  de  la  vida. Al  final   sobrevive  aquel  niño.

Tantas  veces  me  ha  venido  a  la  mente  que  en  muchas  ocasiones  la  realidad  que  cae  sobre  nuestra  vida  cotidiana  es  dura  y  a  veces  muy  dura. Y  me  trae  al  recuerdo  aquellos  momentos  de  nuestra  juventud  en  que  salimos  de  nuestra  casa  familiar,  bien  a  un  internado,  bien  a  un  colegio  mayor,  bien  en  una  convivencia…  como  aquel  deseo  de  “hacernos  con  una  habitación  con  vistas  al  mar “  O  a  un  buen  espacio  abierto,  soleada  que  es  un decir,  o  sea  que  donde  vamos  a  pasar  unos  días,  unos  meses,  unos  años,  tenga  una  buena  ventana, con  unas  buenas  vistas  que  nos  alegren  la  vida  y  nos  hagan  más  “light”  o  llevadera  nuestra “ lucha  con  las  dificultades.  Y  todos  en  aquella  adjudicación  de  habitaciones  temiamos    una  ventana  a  ….un  patio  interior, triste,  sin  vida.   

La  verdad  es  que  una  buena  ventana con  vistas  al  horizonte  abierto …  buena  ayuda  es.  Pero  otras  ocasiones  … quizás  es  la  grandeza  del  que  contempla  el  que  “hace  maravilloso  el  paisaje “ . Recordaba  estos  días  los  relatos  en  la  oscura  celda  de  su   prisión  de  Nelson  Mandela  pues  para  él “ veía  desde  allí  a  los  componentes  de  su  tribu,  a  sus  familiares  queridos  y  oía  desde  allí  los  bonitos  relatos  familiares”  que  le  hicieron  más  agradable  sus  más  de  30  años  en  prisión. También  el  relato  durante  más  de  un  año  secuestrado   de  Emiliano  Revilla , el  industrial  "enterrado  en  vida "   por  la  organización  terrorista  de Eta  que  desde  su  zulo  se  hacía  imaginarios  recorridos  preciosos  por  la  grandeza  de  aquellos  bosques  de  su  pueblo  de Segovia,  saludando  a  las  personas  o  campesinos  que  se  tropezaban  imaginariamente  con  él  o  escuchando  los  grillos  o  los  pájaros  en  los  anocheceres  o  amaneceres  de  aquel  lóbrego  y  estrecho  zulo. Así  con  aquella  fuerza  de  su  imaginación  y  la  oración  logró  sobrevivir  a  una  situación  especialmente  preparada  para  que  muriera .Y  me  viene  a  la  mente  aquel  relato  de  los  dos  hombres  en  la  habitación,  triste  habitación  de  un  hospital :
Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde, durante una hora, para ayudarle a drenar el líquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación. El otro hombre tenía que estar todo el tiempo boca arriba. Los dos charlaban durante horas.
Hablaban de sus mujeres y sus familias, sus hogares, sus trabajos, su estancia en el servicio militar, donde habían estado de vacaciones. Y cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana. El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades, colores del mundo exterior.
La ventana daba a un parque con un precioso lago. Patos y cisnes jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano, entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad. El hombre de la ventana describía todo esto con un detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena.
Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando. Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo, con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras.
Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto plácidamente mientras dormía. Se llenó de pesar y llamó a los ayudantes del hospital, para llevarse el cuerpo. Tan pronto como lo consideró apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada y, tras asegurarse de que estaba cómodo, salió de la habitación.
Lentamente, y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo, para lanzar su primera mirada al mundo exterior; por fin tendría la alegría de verlo el mismo. Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama... y se encontró con una pared blanca.
El hombre preguntó a la enfermera que podría haber motivado a su compañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana. La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indico:
"Quizás sólo quería animarle a usted"
Epilogo: Es una tremenda felicidad el hacer felices a los demás, sea cual sea la propia situación. El dolor compartido es la mitad de pena, pero la felicidad, cuando se comparte, es doble. Si quiere sentirse rico, solo cuente todas las cosas que tiene y que el dinero no puede comprar.
"Hoy es un regalo, por eso se le llama el presente"
El origen de esta carta es desconocido, pero trae buena suerte a todo el que la transmite.Porque  no  hay  nada  tan  hermoso  como  transmitir  esperanza  y  ventanas  luminosas  allí  donde  a  veces  reina  una  dura  oscuridad.





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