CONGRESO INTERNACIONAL
SOBRE EL 250
ANIVERSARIO DE LA
EXPULSION DE LA COMPAÑÍA
DE
JESUS POR CARLOS III
EL PUERTO
DE SANTAMARIA (CADIZ) DEL
3-6 ABRIL 2017
La Compañía de Jesús fue
expulsada de los
dominios de Carlos
III a principios
de Abril de 1767 , entre
la noche del
31 de Marzo
y la mañana
del 2 de Abril.
Fue una operación llevada
con sigilo y enormemente secreta, rápida y arrolladora.
La práctica totalidad
de los historiadores
están de acuerdo en
afirmar el carácter sorpresivo de
la expulsión. Pese
a que corrían
malos tiempos para
la Compañía ( recordamos
todos que los
jesuitas fueron acusados
de instigar la
oleada de motines del
año anterior) nadie
en su seno
pudo imaginar que
se iba a producir
tamaña persecución.
Seguramente los
jesuitas de la época
eran
conscientes del enorme
acoso que venían sufriendo,
pero no tuvieron
noticia alguna de
la medida que Carlos
III
se disponía a
tomar hasta que
llegó el momento
mismo de su aplicación.
Aunque a lo
largo del año el
gobierno realizó una
Pesquisa reservada entre
gran parte de
los obispos españoles,
no hubo filtraciones
sobre su contenido. Tampoco tuvieron
ninguna noticia los
jesuitas del decreto de expulsión, dictaminado por
el fiscal Campomanes
y aprobado por
una sala reunidisima
y previamente muy
seleccionada de consejeros
el 129 de enero de
1767 . Ni tampoco
de la ratificación real de
dicho decreto el 20 de febrero
siguiente. Es muy
curioso que no se
filtrase ni un
solo rumor de
las altas jerarquías
al pueblo. Tampoco trascendió
el contenido de un pliego
cerrado ( impreso
en la imprenta
Real, perfectamente incomunicada)
que el Conde
de Aranda remitió a
los jueces ordinarios
y tribunales superiores de todas
las poblaciones en
las que había
establecimientos jesuitas (más
de 120) en el
que se hallaban
las instrucciones reservadas para
la expulsión y,
y que no podía
ser abierto hasta
la misma noche
del primero de abril
de 1767.
El secreto
venia motivado por
la intención de
paralizar cualquier maniobra de
protesta por parte
de los numerosos
simpatizantes de la Compañía
de
Jesús, sobre todo, dentro del estamento nobiliario
y de las clases
populares. También se quería evitar
que los jesuitas
pudiesen huir , enajenar sus
bienes, deshacerse de sus archivos
y de sus papeles comprometedores puesto
que las órdenes
reales incluían la confiscación de los
bienes, lo que
se conoce como
las “ temporalidades “ de
la Compañía de Jesús.
Por
tanto la
noche del 31 de marzo
en Madrid, y al
amanecer del 2 de abril
en el resto de España, todas
las casas jesuitas
fueron clausuradas y
sus miembros incomunicados. Según relatan
las crónicas de
la época, la operación
fue
perfecta. Ello explica la
sorpresa y el
miedo que sintieron
muchos jesuitas (
como manifestaba en
sus diarios y
en sus escritos
el padre isla) en
especial un enorme
miedo para los más jóvenes,
los jesuitas novicios.
Se siguieron instrucciones
minuciosamente precisas. Los comisarios, asistidos por notarios y testigos
ordenaron reunir a todos
los miembros de
las comunidades en
las salas capitulares. Allí procedieron a
pasar rigurosamente lista
de los concurrentes,
y tras comprobar la
presencia de los censados, mandaron a
los notarios que
procediesen a la lectura
del real decreto de expulsión o
extrañamiento.
El contenido
de la
Pragmática no aclaraba
los motivos por
los cuales Carlos
III había decidido decretar la expulsión. El texto es
premeditamente poco aclaratorio
o preciso. El monarca
justificaba la medida
afirmando que la
adoptaba “ por gravísimas causas
relativas a la obligación en
que me hallo
constituido de mantener
en subordinación, tranquilidad y
justicia mis pueblos,
y otras urgentes, justas
y necesarias que
reservo en mi
real ánimo, usando
de la suprema
autoridad económica que el
todopoderoso ha depositado en mis
manos para la protección
de mis
vasallos y respeto de mi corona “
Aun así,
y pese a
la imprecisión, el decreto quiere
pretende acusar a los jesuitas
de perturbar el
orden público ,de manera que
aparecen condenados como enemigos
políticos en todos
sus dominios. Fueron embarcados
jesuitas en Méjico, Paraguay , Colombia, Portugal, Puerto de Santa María
para ser conducidos
a Italia, aunque
luego fueron desembarcados
por la fuerza
en Córcega.
Con motivo
de este aniversario varias instituciones convocan
este Congreso Internacional
de investigadores históricos en
el Puerto de Santa
María. Intentando recordar
ese episodio dramático de
la Historia de la Compañía
de
Jesús. La Pragmática sanción de Carlos III
y el breve Dominus ac Redemptor, del
Papa Clemente XIV
manifestaban el concepto
que la Compañía y
sus miembros merecieron a
las instancias supremas
de la Iglesia
y del Estado , justificando
las graves y extremas
medidas tomadas al
respecto. No se trata de
dilucidar su razón o
sin razón, sino de analizar
el juicio sobre los
jesuitas que reflejan
aquellos documentos que
procuraron y justificaron
la catástrofe de la Compañía .
para el Rey,
el jesuita era un “proscrito,
reo de lesa majestad”, merecedor de
la pena de expulsión y
extrañamiento; para el Pontífice,
un “ perturbador de
la paz de la Iglesia” ,
miembro de un cuerpo
inútil y nocivo
al Estado y a
la misma Iglesia
, que debían extirparse.
Ciertamente el
sufrimiento y exilio
doloroso de mas
de tres mil
jesuitas obligados a ese destierro
y extrañamiento fue
enorme llegando incluso
a ocasionar muertes
atroces, algún suicidio y
situaciones limite de
insoportable sufrimiento. En algún caso
hubo algún jesuita
que escapó y
sobrevivió en situaciones
de supervivencia perdidos
en montañas y
bosques. Todos estos
temas han sido
intensamente estudiados por
multitud de investigadores, con
alguna interesante publicación sobre
sus diarios y
sus anotaciones en situación
tan
extremadamente dolorosa.
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