LA
FAMILIA, LA PRIMERA
TIERRA DE ACOGIDA
ALLI DONDE UN DIA EL
SEMBRADOR NOS SIEMBRÓ
EN LA HISTORIA
Aun
mi memoria recuerda
como en 1996 hallándome en Almería
y metido en
la enorme y
bonita tarea con
un grupo de
personas comprometidas aquellos de
iniciar la fundación
del Teléfono de la Esperanza
en Almería, me vino a
las manos una
publicación de un r
congreso que la
Organización Mundial de la
Salud, había tenido en
Madrid , hacia unos meses, en
Agosto de aquel
año 96 , con más de
diez mil psiquiatras
procedentes de todo
el mundo. En el
discurso inaugural el
presidente de dicha
Organización Hiroshi
Nakajima, afirmaba que más de
mil quinientos millones
de personas (una
de cada cuatro) en
todo el mundo sufren
alguna clase de
trastorno neuro psiquiátrico o de
comportamiento. Y también
hizo otra afirmación,
que subrayó toda
la prensa internacional
:”SOLO LA VUELTA
A LA FAMILIA
REDUCIRÁ LA ENFERMEDAD
MENTAL” ,
Importante apuesta por
la familia en
aquellos momentos en
que, por muchas
causas se encuentra
ya desde hace
tiempo sumida en una profunda
crisis de valores,
en una profunda
crisis de identidad.
Hace
ya más de
cincuenta años que
se inició tímidamente
un paso importante
para a tender a los
enfermos mentales-“los locos “ – recluidos como
veíamos en las
películas que veíamos
de niños, entre
cuatro paredes de los manicomios. Se derribaron
muchos muros desde
entonces, y se
ha facilitado a
través de los
avances de la
medicina y la
psicología, los aspectos
de sociabilidad de
los enfermos mentales,
reforzando los marcos
sociales más cercanos,
como la familia,
los amigos y
vecinos. Solo así parece previsible
que disminuya en un
futuro próximo el
número de enfermos mentales,
y sobre todo , que
mejore el estado de salud
mental de todos.
Indudablemente la familia,
el clima familiar,
o sea, unas
relaciones humanas basadas
en el amor
reciproco y sustentadas
por un afecto
reciproco, es fundamental
para la vida
humana. Sobre todo en
unos tiempos como
los que corren
en que el
progreso se ha decantado
por unos derroteros de
crecimiento y competitividad a
toda prueba , que
nos han conducido a
un modelo de sociedad
inhumano.
El hacinamiento en los
bloques de viviendas, la prisa,
los accidentes, el tráfico,
las distancias, los
horarios incongruentes, la
competencia, el creciente
mundo laboral femenino,
cuando antes la
mujer dedicaba muchas
horas al hogar; el
paro, el miedo,
la violencia, los
riesgos, el estrés… son
como un cáncer
para la salud
mental. Por eso,
ya hace años
que los sociólogos
señalan como una
función que la
familia debería asumir
y reforzar, es
la de suavizar y neutralizar las
tensiones de la
vida moderna.
Pensé
en a aquellos momentos, que
desde el punto de
vista cristiano es
Dios quien nos
siembra en la
historia.
Aquella bonita historia
que narraba como
parábola Jesús de
Nazaret, nos marca un
determinismo histórico, genético,
geográfico, sociológico… que nos marcará
para siempre, en
ese “pasar efímero “ nuestro (
Y lo
nuestro es pasar,
que diría Machado) por
la historia: “Y salió
el sembrador a
sembrar…” Besó cada una
de las semillas
que somos nosotros. Y
las lanzó. Y
una cayó en
buena tierra… buena tierra
de acogida buena
familia donde crecer.
Pero otras cayeron … entre piedras,
en terreno impermeables,
en caminos muy
pisoteados … y no pudieron
crecer, ni dar
fruto… tal como debería
ser nuestra misión
en la vida ¿Acaso
no se está
refiriendo Jesús a
esas historias o
relatos de vidas
de personas que no tienen
una “adecuada “ primera tierra
de acogida, una
primera o adecuada
familia estabilizada emocionalmente, donde
la frágil semilla pueda
crecer sin ser
“dañada “ emocionalmente ? Son
reflexiones que aquellos
días en que
me hallaba comprometido
con aquel grupo
de personas constituido
como grupo fundador
del Teléfono de la
Esperanza en Almería, me
hicieron pensar en
la enorme labor
de acompañamiento a
personas perdidas en
los avatares del
estrés y la agresividad
de una sociedad
competitiva había por delante. Reto
importante. Hoy que han
pasado ya más
de veinte años
de aquella ilusionante
situación, aun me
sigo planteando que
la salud mental
en el mundo
, en nuestra sociedad
occidental, tan d añada depende muy
mucho de la familia. Por
eso habría que
seguir comprometido en
cuidar y sanear
la familia en
esa ética de
cuidados que como
deber ineludible todos
deberíamos tener. Incluso
a nivel creyente,
ya en la
Biblia se plantea
desde aquella ineludible
pregunta de Dios a Caín: ¿Caín,
donde está tu
hermano ? Y nuestra
respuesta no debe
ser la del
mismo Caín: ¿Acaso soy
yo el guardián
de mi hermano ?
No hay comentarios:
Publicar un comentario