ELOGIO DEL VIAJAR: PIDE QUE
EL CAMINO SEA
LARGO…
“Cuando emprendas
tu viaje a Ítaca pide
viajero que el
camino sea largo “ (Cavafis 1911)
Todo viaje
es una aventura
interior. Nos reconocemos
fuera de nuestro
paisaje y comprendemos
el gran valor
de nuestra ciudad
cuando la comparamos
con los lugares
hermosos y bellos
del mundo. Pero por
muy sedentarios que
nos vuelvan la
ciudad y sus
costumbres, cada uno lleva
un nómada en
la raíz antropológica del
origen. Necesitamos viajar para
reconciliarnos con el nómada interior
que cada uno
tiene en sí
y también para
romper eso que Popper
llamo la nostalgia
de la tribu
Alguien define a
los niños y jóvenes de
hoy en día como “náufragos enclaustrados
en su habitación con
su teléfono móvil. Aumento de problemas
mentales. Y recordaba un
amigo: “haciendo el cafre
de niño con
mis amigos, una
vez me cayó
una pedrada en
la nariz de un par
de puntos.” Hoy parapetados
los niños y jóvenes
tras sus
pantallas y con
padres hiper protectores ,
llevan vidas mucho más seguras ¿También para
sus mentes?
Recuerdo que
en mis años
docentes me vino
la idea de formar un
club de montaña en
el seno de
un colegio más
bien tradicional y conservador
en aquello entonces.
Una madre me
advirtió :”Antonio ¿te has
dado cuenta que
ya los niños
comienzan a hacer prácticas de
escalada, con el peligro
que eso conlleva ? “. Otra madre
me ayudó: “ ¿Os habéis dado
cuenta a la
salida del cole
los jóvenes que
intentan venderle droga
a nuestros hijos?
Eso sí es
un peligro”
Ponerse en
camino, salir de
nosotros mismos. Como el
mandato bíblico de Dios
a Abraham: “Ponte en
camino “ Porque algo
de peregrinos tenemos
todos. Pasamos por la
vida levemente
Viajar es
un modo bonito
y fascinante de
formarnos y adquirir
conocimiento y sabiduría. Salir de nosotros mismos. El
temor a veces a
lo desconocido puede
convertirse en una
fuerza que nos mantiene
en tensión y
mata el espíritu de
la rutina que
a veces es
el que acaba
destruyendo nuestros mejores
proyectos y viajes
al interior de
nuestra propia alma y
nuestro propio crecimiento
interior.
Decía Camus
que lo que da
precio al viaje
es el miedo,
nuestro miedo a
separarnos de los apegos, de
lo que queremos, miedo a que
el libro que
te acompaña o
el relato que
esbozas en tus
sueños, finalice sus páginas dejándote huérfano en
medio de un
desierto interminable. Pero sin
olvidar que viajamos
para llenar el
alma
Dicen que los
miedos que experimentamos en
nuestras pesadillas nocturnas,
cuando nos despertamos
bruscamente es ante la
inminencia de estar
cayendo en un
hondo y profundísimo pozo
en cuya caída nos
vamos a destrozar , esos miedos
proceden según los
expertos en psicología evolutiva
de nuestro frio
pasar desde “la
calidez del útero
materno a las frías manos
que nos acogen
al dar a
luz nuestras madres , descenso de
temperatura “bestial” pero también inmensidad
de un miedo
del sentirnos lanzado
a un tiempo
y viaje cuyo
contexto desconocemos. Nuestra
venida al mundo
es un frio
choque que nos
hace acelerar nuestro
aun tierno corazoncito.
Viajar es
una bella forma
de valorar el
mundo como algo
apegado a nosotros, como
parte de nuestro
propio ser. Como la poesía,
te educa la
forma de mirar la
vida. Hay viajes que
nos educan la
forma de mirar. Las
“ cosas esenciales
de la vida – como diría el
gran viajante Antoin
de Saint Exupery-
solo las podemos
ver desde los
ojos del corazón “ Pero
si los temores no los llevas
contigo mismo, jamás aparecerán ante
ti las dudas, de
si podrás respirar
con toda la
fuerza de tu corazón.
Nuestro destino
es vivir y esa es
en verdad nuestra verdadera patria nuestra
verdadera itaca. El solo deseo
de ser persona, de
existir, de llenar tu
propio relato es
el que nos
invita a tan maravilloso viaje
existencial. Es verdad, como diría
el
poeta, que “la
vida mancha “ , la
vida trae consigo
riesgos y miedos. Sin
estos miedos, sin
este hambre de vida
nunca hubiéramos emprendido algún viaje
a ninguna parte o ningún viaje
a nuestro crecimiento
personal , el viaje
que nuestra innata
curiosidad nos
invita a otear.
Al
atardecer de la
vida, en estos
momentos que uno
está mas de
vuelta de todo
y cerrando caminos abiertos
en sueños de
juventud de laberintos
que no conducían a nada .. cercano
a mi madurez
de vida, aun por escalar
mi gran montaña,
aun por conseguir
entablar nuestra lucha
con las tormentas perfectas, pero sin temor
a que la lluvia
del cielo o
la crudeza de
las olas azote
mi barca , la misma que
en el horizonte
ya otea la
verdadera patria , nuestra Ítaca , ya
sin temor a
lo que significan
las Itacas de
nuestra vida: “ Pide que
el camino sea
largo…”
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