“HIJOS DE
NADIE “: (INFANCIAS ROBADAS)
Tengo
que reconocer que
me indignó la
primera vez que leí la expresión
<<hijos no deseados >> y quien
algo profundo se rompió
en mi alma.
Nunca había conocido
un eufemismo más
miserable para disimular
la dolorosa situación de
un embarazo involuntario.
Hijos no deseados,
o quizás, no
hijos , aunque se
les dé a
luz, pero en definitiva
hijos de nadie.
Porque o se
nace del amor, que ese
es el modo
humano, o no
se nace… pero de
nadie. ¿Qué importancia puede
tener el proceso
biológico si no
está a la
altura del ser
humano?
Y
los telediarios y
los medios continuamente
martilleando esas noticias
que hablan de centenares
de niños maltratados, torturados
hasta la muerte
por sus propios
progenitores, que no
padres. Son también hijos
de nadie. Las estadísticas
cuentan
por millares los
niños abandonados, utilizados, vendidos, o
alquilados, objeto de abuso
y de tráfico.
La
prensa denuncia que
la edad de inicio
en el consumo de
alcohol ha bajado de
los 15 a los
13 años, que
uno de cada
tres niños es víctima de
insultos por sus
compañeros y que la
tasa de suicidios de
los jóvenes se
ha multiplicado por
cinco en esta g generación. Y se
habla de que
la obesidad afecta
en nuestro “primer
mundo “ a más de
un dieciséis por
ciento de los
niños entre ocho y
doce años, con grave quebranto
para su personalidad
y autoestima en
la adolescencia. . Como siempre
se llama la
atención de los
padres a los
que se responsabiliza de
no educar convenientemente a
sus hijos en hábitos saludables
de alimentación, permitiendo
por comodidad que
sus hijos consuman lo que les
apetezca y así
no tener que c implicarse mas
la vida , y de
aparcar a sus hijos
frente a intenet
o la televisión para
que les dejen
en paz o
les permitan atender
las necesidades del
hogar después de un
horario de trabajo inhumano.
Más
hijos no deseados. Cada día
nacen más de
doscientos millares de niños
e n el
mundo, de los que el
setenta por ciento
nace en el
suelo o en la calle. Se
dice que hay más de
setenta millones de
niños en el
tercer mundo (en nuestro
mundo, aunque lo
hayamos degradado hasta
el tercer puesto)
que encuentran en
la calle su
hogar, su familia y
su medio de vida. Son
hijos no deseados, son hijos
de nadie.
Dice
así la conocida
canción de M. Sosa:
“A esta hora
exactamente hay un
niño en la
calle. Es honra de
los hombres proteger
lo que nace
cuidar que no
haya infancia dispersa
por las calles, evitar que
naufrague su corazón de
barco, su increíble aventura de
pan y chocolate poniéndole la
estrella en el
sitio del hambre “
Y
al final, uno,
si tenemos una
respetable edad superando
los sesenta acabamos
dando gracias a Dios ,
si somos creyentes,
por la suerte
que tuvimos en
aquella sociedad que
nos correspondió vivir
donde “todavía “ los
padres eran vocacionables, y
muchas cosas estaban
de otra forma
mas humana, gracias
por haber venido a
esta aventura que
llamamos vida en una época en
donde los padres
todavía eran “vocacionales “ , como nos
decía aquel personaje
llamado Mafalda, y atendían
casi
a un setenta
por ciento nuestras
necesidades físicas (
deporte y actividad ) y emocionales
de amor y
estima. Recomiendo estos días
la película “ Regreso a
mi pasado “ Un análisis
a
un tiempo en
donde “todavía había valores
humanizantes y de
sensiblidad emocional “
O también
tengamos
la edad que
tengamos y a
la vista de la que “está cayendo “ acaba
casi por convencerse
de que en
el fondo todos
los hombres somos
hijos de nadie
en un mundo
sin amor, sin ternura y s in cariño. Alguien pretende
encerrar todo eso
entre las cuatro
paredes de la
casa, bien cerradas a l
exterior por miedo.
La deshumanización, consiguiente
al progreso materialista,
está llegando a estigmatizar
a los hombres
como hijos no
deseados. No se pone
en duda el
amor de muchos
padres. De ninguno, en
realidad. Lo que sí
está en cuestión es
la buena voluntad del hombre, de
todos. Porque todos
somos hijos de nadie
en un mundo
sin amor.