LEVANTATE Y
MIRA LA MONTAÑA…
Confieso que más de
una vez recuerdo
con emoción esta
estrofa que juntos
tarareábamos algunos universitarios y
miembros del club
de montaña universitario
en aquella Granada
de inicios de los
años 70 ,
y especialmente recuerdo
una tarde en el mirador
de San Nicolás, mirador
incomparable del Albaicín
de toda la
Alhambra con el
fondo incomparable de las crestas
del Mulhacen totalmente
cubierto de nieves. Aquel
grupo cantaba y
tarareaba con la compañía
de
unas notas de
algunas guitarras jóvenes,
las entonces idolatradas
canciones de Víctor Jara,
que eran expresión de toda una
lucha revolucionaria contra la
dictadura de Pinochet, y también
un
anhelo político en
toda la universidad
con la difícil situación política en España.
Pero eso, todo
ello era una
catarsis de un
grupito de gente
joven . universitarios de
varios colegios mayores,
que compartíamos el
bocata de la
merienda, chistes, canciones,
dichos y poesías acompañadas
por las notas
de una guitarra,
jóvenes con un
ideal en la mente y
en el alma que compartían en
el hermoso mirador
de San Nicolás una esperanza mirando
los horizontes hermosos
de la mole
del Mulhasen, todo
nevado como símbolo junto
a aquel cielo
azul y los últimos
rayos
de sol cayendo
sobre aureado pico nevado del
veleta. Aquella canción era
un poema hermoso
pero no una poesía
para
simplemente la contemplación, sino
una bella canción que
nos invitaba al
compromiso , a la acción y a
la solidaridad con
las situaciones de injusticia
que cada dia veíamos
en
nuestras jovenes vidas. Decía
así la canción
“Levántate y
mira la montaña
De donde
viene el viento, el
sol y el a gua,
Tu que
manejas el curso de
los ríos,
Tú que
sembraste el vuelo de
tu alma.
Levántate uy mírate las
manos,
Para crecer,
estréchala a tu
hermano,
Juntos iremos,
unidos en la
sangre.
Hoy es
el tiempo que
puede ser mañana.
Líbranos de
aquel que nos
domina en la
miseria;
Tráenos tu
reino de justicia e
igualdad;
Sopla como
el viento la
flor de la
quebrada,
Limpia como
el fuego el cañón
de mi
fusil.
Hágase por fin
tu voluntad aquí, en
la tierra;
Danos tu
fuerza y tu valor
al combatir;
Sopla como
el viento la
flor de la
quebrada;
Limpia como el
fuego el
cañón de mi fusil.
Levántate y mírate
las
manos;
Para crecer,
estréchala a tu
hermano.
Juntos iremos,
unidos en la
sangre,
Ahora y
en la hora
de nuestra muerte. Amen
(Víctor Jara)
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