ROBOTS y
MAQUINAS : LIBERACION O ESCLAVITUD
Contaba
Leguina aquel mal chiste
que más o
menos decía así: “ En
el futuro, las
empresas tendrán solo
dos empleados; un hombre
y un perro. El hombre
estará allí para
alimentar al perro. El
perro estará allí para
impedir que el
hombre toque la
maquinaria “
Me ocurrió
el otro día
que con ganas
de guardar un
antiguo documento familiar de
unas viejas escrituras
de una casa en Roquetas
de Mar que
vendió mi abuela (murió
con 102 años) fui a hacer
varias fotocopias y el
señor de la
fotocopiadora se quedó
paralizado ante el
documento:”¿ha visto Vd. qué caligrafía? ¡! Que letra
tan bonita y clara ¡!
El documento debía de ser de
los años 20 del
mismo siglo y desprendía un
cierto aire a
documento de valor inédito, pero
con una caligrafía
deslumbrante. Y pensé en
aquellos funcionarios de notarías o
ayuntamientos que poseían
( en ausencia
de máquinas de
escribir, ordenadores , y archivos
digitales) una estupenda caligrafía
y se “jactaban
“ de ello
pues , precisamente ese había sido
el aspecto esencial
por el que habían
llegado a ocupar
aquel puesto, dejando para
siglos venideros su
huella palpable en aquellos documentos
de viejo papel
color sepia que
quedaban archivados en
ayuntamientos, notarias, registros etc.
El otro día al
pasar por la
estación de San Bernardo
un letrero me
invitaba a sacar
mi billete de
tren a través de
la máquina expendedora. También en
el Banco un
empleado de banco quería
convencerme de
lo “ fácil y
sencillo “ que es
sacar dinero del
cajero automático. La sonrisa
de la bella
azafata del banco
me apremiaba a
que “ es incomprensible que
a estas alturas
del siglo XXI todavía
guarde
yo una larga,
molesta y anti higiénica cola “ ¡! Por Dios… actualícese señor ¡!. Le
dije que si
el cajero tuviera
su sonrisa y
su voz, ya
lo habría hecho . Pero
no quedó muy
convencida. Debió pensar que
como podían todavía pasearse
por aquellos templos
del dinero llamados
bank , ciertos dinosaurios
como yo. Y en
la cola de Alsina de la
estación de Málaga, otra
bella azafata me
sacó el billete
para evitarme la “didáctica
“ cola ( educadora de humildad
y “mata- egos “ de
nuestro mundo loco
de prisas de hoy: Cuando
uno sale de
una cola, ya
no es el
mismo mundo que
dejaste al ponerte
el último en
ella. Por eso conecto
enseguida con mi
pequeña radio por
si algo ha
cambiado y a
lo mejor ya
el dinero en papel
o las viejas
monedas de 2
euros ya no tienen valor )
Decía William
Leadbeater que << La maquinaria
es un ladrón de
empleos y será
la causa de
la destrucción de este país>> Yo diría
que
de todo el
sistema. Cada día que
pasan se eliminan
más puestos de
trabajo, hay más
maquinas “expendedoras “ de
todo. Y llegué
a plantearme que no
sé, si mi querido
Teléfono de la Esperanza , se
planteará también poner
un “contestador “ automático,
para personas desesperadas
con contestaciones tipo
automatismos. Cuantas veces uno se desespera
con esos contestadores
automáticos de grandes
organismos e instituciones (No digamos
el de Hacienda:
no vayan a penalizarnos o
subirnos el iva ) que
te “entretienen” con
sus “lógicas” contestaciones, que
te suenan a “lo más inhumano
que pueda hacerse “
cuando estás en
un “agobio personal” .
Para llorar Creo
que era Konrad
Lorenz en aquel decálogo titulado
: los diez pecados
más graves de
nuestra humanidad civilizada.
Hablaba de habitantes
en Nueva York
que viven en
soledad y que
algunos lleguen a
no hablar ni
sentirse escuchados por
una persona muchos
días… eso sí, en su
barrio, en su calle, se
habrá servido varias
veces al día
de máquinas expendedoras
de café, refrescos, tabaco,
o en
su caso habrá
pedido que le
lleven a su
solitario domicilio un
menú señalado con
un número y
al menos tendrá
el premio de
un “ buenos días , señor “ del
repartidor de pizzas
o del supermercado
de turno.
Los avances
en inteligencia artificial
y en las habilidades
lingüísticas de los ordenadores
van a afectar a
un montón de empleos. Dice
Leguina que eso ya ocurre cuando se va a
una clínica u
hospital. En la mayoría de
los casos, el paciente se dedica a describir sus síntomas
a una
persona y esta, en base
a sus estudios
y su experiencia,
le da un diagnóstico y un
tratamiento. Una maquina
podrá en su día hacerlo…mejor. Y otro
tanto pasa ya en la educación: los programas
informáticos son cada v es
mejores en anticipar lo que
necesita un estudiante. No digamos
los administrativos, muy
vulnerables a la desaparición, y
numerosos empleos profesionales. Así por
ejemplo, en los despachos de
abogados donde hay
ya mucho trabajos PARA
LEGAL, realizado por
ordenadores a través de test
y demás. Se acabó aquella
maravillosísima letra de
caligrafia. Se acabó la
caligrafia en las
escuelas, aquella de nuestro
plumín y tintero, que
usábamos casi como
terapia, escribiendo a
mano, y deslizándonos por
aquellos renglones en
blanco de nuestros
cuadernos escolares.
La invasión
de la maquina. No
es nada nuevo.
En 1812 , cerca
de Manchester , un grupo de
activistas contera la mecanización
decidió pasar a
la “ acción directa”
y armados, arrasar Raawfords
Mill, una fábrica
que acababa de instalar un telar automático.
Ya un estudio
llevado a cabo en
1963 demostr4ó que
durante la década anterior
las nuevas tecnologías habían eliminado en Europa trece
millones de empleos,
pero también habían creado veinte
millones de puestos
de trabajo nuevos. . En
el fondo subyace
una lógica que
puede expresarse así: << Si los
robots permiten una
creciente productividad, lo
justo y racional seria que
los beneficios obtenidos
no queden solo en
manos del capital,
de los propietarios
de esas máquinas>> Pero
poner en practica este
razonamiento remite a
la fabulad del cascabel del gato, ya que
el país que se
atreva a poner en
marcha esos mecanismos
redistributivos lo primero
que va a sufrir es la deslocalización de
sus empresas. Dicho de otro
modo: o la globalización
se regula , eliminando , por ejemplo
, el dumping social,
o el cascabel se
quedará en manos de
los ratones.
Hoy por
hoy, prefiero mi
cola, mi “diario
marca o el as” que
me hace más
llevadero el tiempo,
y el premio
o la sonrisa
de la cajera,
cual azafata de
la vuelta ciclista
a España , que
te coloca la
medalla, y te
dice “buenos días campeón… a
ver si te
actualizas, ciudadanosaurio “ Y es
a lo que vamos, a
hablar con maquinas. Espero que
los teléfonos de
la esperanza de
todo el mundo
sean “teléfono saurios “
y no pongan
contestadores automáticos.
Si no, quizás algún dia ,
alguien desesperado, grite casi
rompiendo el teléfono : << ¿Hay alguien
ahí, por favor, hay alguien al
otro lado del teléfono…?
>> Lo que si tengo claro , es que nunca pondria a mi perro a cuidar la maquina. Le pondria su "comidita " y le pediria ... que me escuchase. Seguro que lo hace mejor que muchos humanos
http://antoniomarincara.blogspot.com.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario