BUSCAR A DIOS
EN TODAS LAS COSAS
Al
celebrarse en 2003
el cincuenta aniversario de
la conquista del Everest
entrevistaron a Edmund
Hillary y manifestó
que al ser el
primer hombre en
pisar el Everest se
volvió loco y
no paraba de
hacer multitud de
fotos, con su
cámara de aquellos
paisajes, y que
de pronto se
dio cuenta de
que la mejor
instantánea la tenia
precisamente debajo de él. Su
sherpa Tenzing Norgay,
humildemente estaba
arrodillado, había enterrado
una pequeña ofrenda
a su dios,
consistente en enterrar
con la mano
unos diez o
doce caramelos, que llevaba
en su bolsillo para
combatir las agujetas,
y súper concentrado
rezaba profundamente. Edmund Hillary,
se quedó parado con
su máquina, y
no acertó a
sacar aquella instantánea. Afirmaba que
por respeto. Y por
respeto él también sacó
un pequeño crucifijo y se pusieron
los dos a
rezar como dos
niños. Al cumplirse las
bodas de oro de
aquella hazaña , Hillary
decía que la
mejor foto se
le escapó.
Era la
de Tenzing, rezando y
llorando mientras enterraba
aquellos sencillos caramelos
a su dios. Dice
Juan Luis Díaz
periodista al presentar
a Pedro Estaún, amigo sacerdote
montañero y autor
del libro “LOS
AVENTUREROS Y DIOS “
en el que
se esbozan las
inquietudes religiosas de hombres como
el doctor Livingstone ,
el misionero anglicano
que d descubrió las fuentes
del Nilo; Eadmund Hillary,
primero en pisar
el Everest, o Edxin
Aldrin , el astronauta
del Apolo XI que
después de pisar
la luna leyó
para todos los
técnicos de la
NASA , unos versículos
del Evangelio de San
Juan.
Y
es que toda
expedición aventurera
entraña una buena
parte de riesgo,
por lo que
“ muchos aventureros a recurren a
Dios en los
momentos de3 miedo
o de necesidad, en
especial cuando se
ven expuestos a
la muerte “.Al igual
que San Francisco
Javier, aventurero sin
mapas, con la
sola brújula de
su pasión por
llevar esperanza a
los parias de
la tierra, a
los sin esperanza
de todos los
continentes. Javier se pone a rezar
cuando descubre el
crucifijo perdido en
su naufragio, en la
orilla de la
playa, transportado por
un cancrejo que
juega con el
en medio de las piedras.
Y al recuperar
su crucifijo llora
emocionado porque piensa
que Dios va
con el “ CONTIGO
HASTA EL FIN
DEL MUNDO “ Otros,
dice Estaún con una
vida de fe mas afianzada
“ dan gracias a Dios por
sus aventuras y
elevan su corazón
hacia el Dios no tan desconocido”
Mas
o menos conscientemente, Dios de
alguna que otra
manera, siempre se ha colado en
las más conocidas
expediciones de aventureros y
exploradores ilustres, c como
en la de Roald
Amundsen, cuyo mayor
deseo en la
vida era ser el
primer hombre en
alcanzar el polo Norte. Al
conseguirlo Peary primero,
Admunsen se planteó
como objetivo el
Polo sur, el punto
mas diametralmente opuesto a
sus aspiraciones iníciales.
Lo consiguió el
14 de diciembre
de 1911, y
lo primero que
le salió fue decir
del alma :”Ahora debemos
dar gracias a D
ios “.
Ernest Shackleton, el
primer explorador en
alcanzar el Polo
Sur magnético y
atravesar la Antártida, se quedó
bloqueado durante 20
meses en el polo junto a
parte de su
expedición y tuvo
que realizar junto a
otros dos compañeros
una penosa marcha
a través del hielo. Al terminarla escribió: “La
Providencia nos ha
guiado. A menudo me
pareció que no éramos tres, sino
cuatro los que
caminábamos”. Esta sensación compartida
también por sus
colegas. Ya a salvo
exclamó : “Hemos visto a
Dios en
su esplendor, y
oído el texto que
ofrece la naturaleza.
Hemos alcanzado el
alma desnuda del
hombre”.
La
certeza de la
Providencia que alcanzó
Shackleton la descubrieron otros
muchos aventureros a
lo largo de la
historia “ aceptando que tiene que
haber algo que
nos dirige y
nos gobierna , y
reconociendo que los
acontecimientos no suceden de
manera espontanea ni
al azar y
sin control. En el
fondo es aceptar que Dios
está por encima de
nosotros y dirige la
historia” como afirma
el sacerdote Pedro Estaun
Pero
precisamente en esa historia que
es la historia de
la aventura espacio
para personajes de honda
raigambre religiosa, como
el beato Carlos
de Foucauld, el primer europeo en
explorar los entonces
inhóspitos territorios de
Argelia y marruecos. Disfrazado de rabino
judío para no
ser descubierto, tras convertirse
acabó sus días
como ermitaño en el desierto
del Sahara.
Menciona también
el sacerdote montañero
Estaun, a Guadalupe
Escudero, una escaladora
española acostumbrada a
subir la ruta e
los 7.000 del
Himalaya, la cual “ se
declaraba atea … pero reconocía
que la majestuosidad de
la naturaleza le hacía reflexionar.”
Y fue que
llegó a viajar a
una misión en
Ruanda para ayudar,
porque en definitiva muchos
aventureros son muy
altruistas y g generosos, y
allí tuvo una
conversión al cristianismo,
hasta el punto de
hacerse religiosa años
después. Era una aventurera
muy lanzada que
empezó a descubrir
a Dios en el
SILENCIO de la naturaleza.
Y así
ha pasado con tantos
y tantos que
se han encontrado a Dios en
la montaña, o en la
inmensidad de la
mar, o en
sus viajes por el mundo.
Pedro Estaun concluye
con un consejo
que daba San Agustín, uno
de los mayores
aventureros del espíritu,
cuando uno se
encuentra con la inmensidad y
belleza de la
naturaleza : “ ADMIRA LO CREADO
Y ALABA AL
CREADOR “
No hay comentarios:
Publicar un comentario