CUANDO EL
ROBLE ESTÁ LATENTE
EN EL FONDO
DE LA BELLOTA.
“Nadie puede
pretender descansar al
atardecer debajo de
la sombra de
un hermoso roble,
cuya semilla ha
sembrado al amanecer “
(Proverbio oriental )
La metáfora
tomada del psicólogo norteamericano de ascendencia
judía Ira Progoff,
trata de expresar que
el ser humano
posee una serie
de posibilidades humanas
y espirituales que
ya se encuentran
latentes en su corazón
y
que están llamadas
a actualizarse y a hacerse
realidad. Solo cuando ello
sucede, la persona
es realmente creadora
de vida. Y
la vida nos
enseña que hay
muchos modos de
cuidar, cultivar y hacer
palpables dichas posibilidades; la
vida nos enseña
también que pueden
permanecer latentes in aeternum.
Las enormes
mejoras que el
hombre ha introducido
en sus modos de
vida conllevan,
desgraciadamente , la posibilidad
de
monstruosas barbaridades que
el hombre es
capaz de perpetrar
para la destrucción de sus
hermanos o del
mismo mundo en el
que vive. Con ello
no estamos indicando
sino la capacidad
de creatividad en
el hombre que
ha de ir
pareja con su
conciencia de responsabilidad ética,
de aquella pregunta
que como metáfora aparece
en el Génesis,
en la biblia,
hecha al Cainismo : “¿Dónde está
tu hermano ? “ De lo
contrario , el
hombre, contra el
designio creyente de
que Dios lo “ha creado a
su imagen y
semejanza”, puede, convertirse
en destructor de sí
mismo y del
mundo en que
vive.
Marcel
Légaut reflexionó lucidamente s
obre lo
que implica ser imagen de
Dios cuando escribió: “ estructuralmente, el
hombre posee una
vocación creadora. No
llega a sí mismo
si no es creándose
.Cualquier otra
manera de realizarse le
atrofia y le
degrada. La pesadez le
arrastra para fijarse
en la inmovilidad de la
materia”
La perenne
tentación destructora del
hombre está en
pretender buscar en sí mismo
el sentido de su existencia. El hombre
querría ser autónomo
y autosuficiente. En vano,
porque e l hombre nunca
acabará de comprenderse-
y mucho menos
realizarse- solo a
partir de sí
mismo. “Ser a imagen de Dios2 significa
que el hombre
no es en sí
mismo la fuente
ultima de los
valores por los
que ha de
vivir. Su ser y
su bien están
esencialmente referidos a
Otro, de quien recibe
la existencia y
el sentido de esta. . De ahí que
el ser humano sea
esencialmente un ser
de responsabilidad ética.
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