LA VOCACION
DE ESCRITOR
Me
invita mi amigo
Jorge Fernández Bustos
a la presentación
de su libro
“ SEPTIMIO DE ILIBERIS “
(Ediciones Circulo Rojo) el
viernes 23 de
septiembre , en Sevilla , en la Sala
El Cachorro, en la calle Procurador de
Triana a las ocho y media
de la tarde. Reconozco que me
ha hecho mucha
ilusión asistir a
la presentación de
su novela histórica , escrita con
pasión y generosidad.
Jorge es Vocación
pura de escritor,
creativo e imaginativo Decía Keret
que el día
que, a los
19 años ,le dio
por escribir descubrió
que la ficción
le permitía liberar
sus emociones sin
hacer daño a nadie.
Escribir
ficciones es una
operación extraña pero
apasionante e impagable
en la que uno
aprende mucho sobre
sí mismo y
a veces se asusta descubriendo
los fantasmas y
aparecidos de nuestra
vida de niño
y adolescente que
emergen de las catacumbas
de nuestra personalidad
para convertirse en
personajes. Dijo Flaubert que
<< Escribir es una
manera de vivir >> Y con
mucha razón. No se
escribe para vivir,
aunque uno se gane
la vida escribiendo. Se vive
para escribir, más
bien porque el escritor de vocación
seguirá escribiendo aunque
solo se lea
él.
La
escritura es una
ocupación ordinaria, y
aun así bellísima. Si
no existiera la escritura, que terribles depresiones
sufriríamos.
La
escritura y la caligrafía tuvo
un cierto sentido
terapéutico. Son pura terapia
que nos salva
a veces. Aquella caligrafía japonesa el
shodou (“camino de la escritura”)
vino a
ser una de
las artes tradicionales
más antiguas del Japón.
Utilizando un pincel,
un tintero los maestros ejercían
el elegantísimo teisho ,
modo de escribir
de autentico carácter
de artista, y con
sentido terapéutico tan
solo en plasmar
sus delicados trazos
con paciencia. igual
que las notas
de una partitura
o las pinceladas
de un oleo. Igual
que las sinuosas líneas
que en sus
desplazamientos emiten los
peces tropicales en las
peceras y en acuarios, que
dicen los psiquiatras
que fijando nuestra
vista tan solo
30 minutos, equivale
a una buena
sesión terapéutica .
Muchas veces
una vocación literaria no
sale a las
primeras de cambio,
y como algún
pintor tiene que ser
la obra póstuma
o pasar muchos
años para que
triunfe. La Pulitzer de
Maine Elizabeth Strout
no recuerda haber
querido ser otra
cosa que escritora. Pero a
nadie le interesaba
su trabajo y
como no triunfaba
y ella tenía cierta
conciencia social, le dio
por hacer derecho. Por las
noches, seguía escribiendo :”
Cada vez que pensaba en
rendirme me decía :<< si así
no funciona le
doy una vuelta ,
cambio algunas cosas
y paso a
reescribirlo de otra manera>>. Y a
base de reescribir
y reescribir cantó
línea a los
43 años cuando logró
publicar su primer
libro, y bingo
cuando conquisto el
Pulitzer, que le
abrió las puertas
de la fama. Para
ella “la literatura
debe hacer que
la gente no se
sienta sola “
Decía Millás que
con frecuencia le preguntan
a los escritores
por qué escribe,
pero casi nunca
le preguntan a
los lectores por
qué leen..La escritura
es un espejo de
dos caras. En una
de esas caras se
mira el escritor y en
la otra
el lector, ambos a
la búsqueda de una imagen
articulada de sí
mismos, del mundo. Saber
leer, pues, es saber
leer la realidad
y encontrarse en disposición de estar
o no de acuerdo con
ella. Saber leer es saber
leerse, construirse, cocinarse
uno mismo, en lugar de
tomar precocinados, precongelados que
ofrece el mercado
de la autoimagen. Aprender a
leer es la
premisa indispensable para
interpretar la realidad,
que es también
el único modo de modificarla.
Pero
es verdad que
somos parte de
los relatos que
nos han contado,
los cuentos de
la abuela, los
cuentos que nuestra
madre nos contaba
para dormirnos: El hombre
nace pero también
se hace. Y
nos hacen los
relatos de nuestra
vida. Keret que empezó
a escribir a
los 19 años decía:
<< El día
en que mi
mejor amigo, se
suicidó y murió
en mis brazos , me
hundí. Dos semanas después
del suicidio escribí
mi primera historia,
Pipes, Creo que una
buena historia es
la que es
mas inteligente que
quien la escribe.
Y Pipes estaba
diciéndome << eres infeliz, matarte no es
el camino, piensa
qué hacer>>
Escribiendo podía declarar
mis emociones. Tenía la
libertad que no tenía como
soldado. Lo mío son
la ficción y
los cuentos cortos.
Lo que escribo
me viene de las tripas. Siempre digo
que la diferencia
entre la novela
y los cuentos se puede
equiparar a conducir y
surfear. Para escribir
novelas tienes que saber
a dónde vas;
cuando surfeas ,
solo tratas de
no caer. Keret escribió
fundamentalmente cuentos cortos
sobre la vida cotidiana, a
veces crudos y
oscuros y a
veces luminosos y
compasivos. Decía que
<< un escritor
puede hacer ver
el mundo desde un
prisma diferente. Porque leer
ejercita el musculo
más débil, del ser humano,
el de la empatía”
Afirma
Natalia Ginzburg que los escritores son como los ríos, reflejan lo que pasa cerca de ellos: los arboles, las casas, los puentes. .Y los libros son fragmentos de cuanto vivimos y oímos. Si el sabor de la magdalena y el té es lo que llevaron a Proust a evocar ese pasado que << no solo es fugaz sino que no se mueve de sitio>> tal cual dice en el primer tomo de En busca del tiempo perdido.
Hace
algún tiempo contaba
Gustavo Martin Garzo como
en una entrevista
a Juan Marsé
este recordaba uno de
los momentos que
decidieron su vocación de
escritor << Tenia 14 años
y una chica
algo mayor le
abordó en la
calle frente al
conservatorio, y le dijo
que entrara en
clase con ella
y le dijera
al profesor “ he
sido yo “, y
se fuera. Hizo lo
que le pidió
la chica y la esperó luego
a la puerta,
pero la chica
no volvió a
aparecer. No sabía de
qué se había
acusado ni qué
pretendía ella al
pedírselo y sintió
surgir en él
la necesidad de dar forma a
una historia donde
proteger lo que
le acababa de
pasar. Una historia donde
esa muchacha pudiera
volver a pedirle
lo mismo. Y es
que tenemos necesidad
de historias, de
relatos, de relatar
nuestra propia historia. Contar , en suma,
no tanto para
explicar las cosas
que pasan , pues ¿acaso
eso es posible?, sino
para que vuelvan a
suceder otra vez; para
regresar, en palabras
del propio Marsé,
al lugar de
los primeros deslumbramientos.
Mathias
Enard habla sobre
sus escritos << Normalmente
empiezo
varias cosas a la vez
y de repente
una funciona. Voy escribiendo en papelitos
frases que me
surgen. Esas fichas van
sumando y luego
basta con continuar
una línea imaginaria >> y como
el parto de
una mujer la
historia ya ve
la luz.
Juan
Marsé afirma que
la escritura es
una tarea desesperante,
porque , al contrario de lo
que te
sucede cuando trabajas en
cualquier otro oficio,
nada de lo
que aprendes un día escribiendo
te sirve para enfrentarte a
las tareas del siguiente, de forma
que cada libro te
obliga a empezar de cero
otra vez. Y afirma
entonces por eso
que lo más
probable es que
no vuelva a
escribir ninguna novela
más. Pero ¿Cómo podría vivir
si cumple esa
promesa? La realidad solo
existe si la soñamos.
El escritor (y
previamente el lector)
han fortalecido durante
todo un largo
periodo el sistema
inmunológico de tener
una gran creatividad
e imaginación que le sirve
para sanar su
propia historia.
Os
invito a la
presentación el próximo
viernes de “ SEPTIMIO
DE ILIBERIS” , DE JORGE
FERNANDEZ BUSTOS, EL VIERNES
EN TRIANA. MIRAREIS DE
FRENTE A UN
GRAN ESCRITOR Y ESCUCHAREIS
SU RELATO APASIONADO
DE ESTA HERMOSA
HISTORIA NOVELADA
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