LA CRÍTICA
DESTRUCTIVA
La crítica
destructiva nos puede
hacer mucho daño. Es
también muy intensa
emocionalmente. No nos
deja indiferentes o
“ligeramente molestos” sino que nos revuelve, nos
toca muy dentro
, hace que
nos sintamos muy mal
y que por
ello, nos cueste
salir de este
estado de malestar. Las
personas que llevan
mucho tiempo viviendo
con este tipo de
críticas intensas relatan que
tardan también mucho
tiempo en volver
a recomponer su vida. Por
mucho que lo
intentan, olvidándose,
distrayéndose o desahogándose con
amigos, siempre tienen
por detrás esa
voz crítica ( a veces
la de un
padre, una madre,
un familiar cercano)
que continuamente le
dice que “ eso “
que hicieron es
imperdonable .
Otra característica muy
importante de la crítica es
que no para.
No le basta
con reprocharnos el
error que puntualmente
acabamos de cometer,
sino que encadena
hechos y acusaciones.
Si hemos hecho
algo mal, la
critica tiene muy
rápidamente a mano
las palabras “siempre “ “nunca “
,”todos “ “nadie”, Se acuerda con gran
facilidad de otras
ocasiones en las
que cometimos errores
parecidos y nos
hace llegar a la
conclusión de que,
puesto que no
aprendemos de los errores,
somos unos inútiles. A
veces, incluso nos
remite al pasado
más remoto, hace
un rápido balance de
nuestra vida, en la
que por supuesto
todo ha sido desastroso.
El resultado es
un encadenamiento de situaciones
a reprochar y un
consiguiente malestar multiplicado
por el número
de situaciones que
se nos ocurren. La
critica nos pone
un listón, que
la mayoría de las
veces es objetivamente
inalcanzable y perfeccionista, y
como nunca podemos
alcanzar este listón ,nos
azuza con el “ debería”.
Es como
un padre autoritario
que nos dice: “sabes
lo que tienes
que hacer y
si no lo
haces, es tu
culpa”. Como lo vivimos
como algo tan
nuestro, nos resistimos
vehementemente a cuestionarla
y eliminarla, siempre e encontramos razones
por las que
la critica nos
es útil y
necesaria. A la vez,
nos sentimos totalmente
indefensos ante ella
y no nos
atrevemos a rebelarnos,
porque le tenemos
miedo. Solo cuando logremos
contemplarla como una “ voz”
que puede ser
separada de nuestra
vida, de nuestro ser,
lograremos vencerla
http://antoniomarincara.blogspot.com.es/
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