ALMERIENSES EN
EL PROTECTORADO ESPAÑOL
DE MARRUECOS
Me
pide un buen
amigo historiador para
una charla que
en breve debe
impartir algún testimonio
breve de mi
familia y su emigración al
Protectorado Español en
Marruecos (1912-1956) .
Junto a
algunas fotografías que
pongo a disposición de
su proyección de
la colección familiar de mi
padre Antonio Marin
Muyor, que cuando fue
a Tetuán en
1921 tenia catorce
años y que
eran fotos un
tanto enviadas para
tranquilizar a la
familia y hacerle
ver que tanto física
como económicamente estaban
bien .
Ese
testimonio familiar parte
desde Roquetas de Mar,
en Almería , de
donde es natural
la mayor parte
de mi familia
y parte en
concreto en 1921 año en
que emprendieron aquella
aventura de la
emigración. Lo hago siguiendo
el relato o testimonio
que mi padre
Antonio Marín Muyor
dio en su día a
historiador Gabriel Cara e
Ignacio Jiménez y
publicado en el
libro “Roquetas de Mar
1875-1939. Historia viva “ Ediciones
Graficas Alpe Ayuntamiento
Roquetas de mar 2004
Paginas 203 a 306
“ 1920 fue
un año muy
duro y mi
familia lo estaba
pasando muy mal
económicamente. La situación
de mi
casa era desesperada ya
que estábamos perdiendo
las pocas tierras
que teníamos al
quedar estas improductivas por
la falta de
lluvia y las plagas
de langostas que
arruinaban el campo
y las cosechas.
Mi padre había
pedido, años anteriores, préstamos a
gabelas, y como
había pasado el tiempo
concertado y no se
pudo hacer la
devolución pues tuvimos que entregar
las tierras. Por aquel tiempo,
mi hermano mayor
(José Marín Mullor (Roquetas 1895- Tetuán
1944) estaba trabajando
en una panadería. Él
era trece años
mayor que yo y
la panadería donde
estaba trabajando era
la de D. José
Ojeda Martínez, que la tenía en
el puerto.
A mi
padre no le
quedó más bienes
que una yunta
de bueyes y
un carro, que
empleaba para dar
portes, atendiendo a las
poquillas cosas que
le iban saliendo. Entonces ocurrió
algo que yo
le llamo “providencial “ y
es que vino
al pueblo, procedente de Tetuán , un
pariente nuestro cuyo
apellido era “Moya “ .
Este
hombre estaba muy
bien colocado en aquella
ciudad, como aparejador. Entonces coincide
un día con
mi padre (Antonio
Marín García 1854 -1944) ,se saludan,
se cuentan su situación, y
este hombre anima
a mi padre
para que se vaya con
él a Tetuán. Mi padre
en casa lo
comenta, y mi
madre lo anima
para que se
marche y pruebe. No se decide de
momento, pero llegado el
comienzo del año 1921,
la situación se
hizo tan insostenible
que en marzo de
ese año, es cuando después de concertar con
su pariente “Moya “, toma
la decisión de irse,
pero poniendo mi
madre una condición , de que
nos fuésemos todos, y
así lo hicimos. Para
iniciar el viaje
tuvimos que vender
el carro y la
mula ,y con el dinero comprar
un gran baúl donde guardar todo
lo que nos
íbamos a llevar. Y
he dicho un
solo baúl, porque
el viaje parecía
de “guasa “ , de lo
que se tardaba
en llegar y de
lo pesado que
era, puesto que
nos tirábamos un día
de viaje hasta Granada, otro día desde
Granada a Algeciras y
un tercero desde
Algeciras hasta llegar
al mismo Tetuán.
El
viaje en tren desde Almería, tenía que
sufrir ese tortuoso
trayecto , puesto que Almería, si
hoy decimos todavía
que aún está
mal comunicado con
el resto de
las ciudades españolas
, podemos hacernos
una idea , en aquellos
momentos. Ahora bien, a
nosotros nos costó
cuatro días, por
culpa de una equivocación en uno
de los horarios(…) Salimos de Roquetas a
las seis de
la mañana, en una
de las
diligencias de líneas
que había ,
llegando a la estación del
ferrocarril de Almería a
las siete de
la mañana
(…)Llegamos tarde
y perdimos el
tren. Entonces pensó mi
padre que nos fuésemos a
la pensión del “Catalán “, ya
que él conocía
al dueño. Esta pensión
estaba situada en
la parte alta de
la calle Real de Almería,
casi enfrente de
la Iglesia de las
Claras(…)al día siguiente salimos
a las seis
de la mañana y
llegamos a las
diez de la
noche a Granada, en unos vagones
que parecían las
antiguas diligencias y en
donde el revisor
pedía los billetes
arriesgando la vida
de compartimento en
compartimento desde fuera para poder picar
los billetes. Llegamos a Granada
y allí dormimos
en una pensión
que había en Puerta Real. El viaje
desde Granada a
Algeciras era igual
de pesado , con
paradas, recambios de calentadores, subida y
bajada de pasajeros
etc…llegando a Algeciras sobre
las ocho de la
tarde. Allí dormimos y a
las siete de
la mañana siguiente
cogimos un barco para
Ceuta.
Ceuta
no tenía puerto de
atraque, por aquel
entonces y los
barcos estaban fondeados
a cierta distancia
de la orilla. Entonces lo que s e
hacia es que
se alquilaba una
barcaza, como si fuese
un taxi, que te trasladaba hasta
la orilla, con los
equipajes y todo lo
que llevabas para el
viaje, y allí,
por medio de una escalerilla te
bajaban del barco. El viaje en
barco fue regular, ya que había temporal en e l estrecho, pero
como solamente duraba
el trayecto dos
horas, pues se soportaba. En Ceuta se cogía
un tren hasta Tetuán, llegando
al oscurecer de
ese día.
Al llegar
a Tetuán teníamos que ir
a un almacén
donde estaba un
señor que, por
indicación de mi pariente Moya, se encargaría de recibirnos y
atendernos, hasta que
él pudiese llegar. Cuando llegó, recuerdo que
nos llevó a una
nave corrida, donde las
habitaciones estaban separadas
por unas cortinas.
Mi madre, en principio,
no lo vio mal,
y allí estuvimos
hasta que pudimos
encontrar algo mejor .Pronto
mi padre empezó
a trabajar en
un almacén que
este señor Moya tenía
con material de albañilería. Sabía leer
y eso era
una ventaja. Ganaba unas diez
pesetas A los pocos meses
nos mudamos y
nos fuimos a vivir
a un barrio
, donde compartíamos la calle con
judíos , árabes y españoles (la Suiqua) .
Una vez establecido,
tenía que ir al colegio,
y por ello mi madre
por medio de las vecinas
españolas que vivían
en nuestra calle, se
informó de un colegio
a donde llevaban
a sus hijos. Era
un colegio español
regido por frailes, que era muy
grande y que estaba algo cerca de donde vivíamos. En un
principio no pude
entrar porque estaba
en obras de
ampliación, y por
ello no me pudieron admitir hasta
que no finalizaron
las obras. De momento
me matricularon de una
manera provisional , en
un Centro de Misión que
llevaban los franciscanos.
Estaba este
colegio instalado dentro de los
terrenos de Capitanía, y era
un gran colegio. En el
poco tiempo en que
estuve , ocurrió un suceso,
que como niño,
y venido de un país
donde, aunque con hambre,
había algo de seguridad y paz,
me llegó a
marcar un poco
de tiempo, hasta
que me fui acostumbrando a aquellos
sucesos. Consistió en que un Jueves
por la tarde, que
era el día que se tenía por costumbre
utilizar para pequeñas
excursiones, unos frailes
salieron con un grupo de
alumnos españoles por
los alrededores de Tetuán, fuera de
la muralla de
la ciudad, y
fueron atacados por un
grupo de rifeños, matando a uno de
los frailes y secuestrando al
otro y al grupo
de niños. Estuvieron
secuestrados durante cinco
años y aparecieron
sobre el año
1927. Cuando aparecieron, contaron
que los llevaron
al desierto y ejercieron
de pastores, para cuidar
los rebaños de
animales de los
jefes de las
tribus. El sacerdote franciscano
que quedó vivo,
cuando lo rescataron,
estaba como tocado
de la cabeza, por
las torturas que
había sufrido.
Cuando ya
cumplí los catorce
años, edad mínima obligatoria
y exigida para trabajar hablé
con un amigo que me
había referido anteriormente, que
había encontrado trabajo de peón
en una imprenta. Y
allí me coloqué
en mi primer trabajo serio
y de responsabilidad. Al cabo
de tres meses
vi que no
nos pagaba, y
abandonamos. Y así
fui probando cosas
durante una temporada, hasta que un día
decidí exponerlo en
mi casa, puesto que
yo quería ponerme a trabajar en f irme. Entonces mi hermano me posibilitó el
poder trabajar en la
panadería con él, y
de esta
forma c comencé a trabajar
Un año
después de haber
llegado a Tetuán.En
1922 tras el
desastre de Annual en el Rif,
la situación se hizo
insegura. La situación
se hizo muy
insegura y las
bombas caían muy
cerca , en los barrios
cercanos a donde
estaban acuarteladas las
tropas españolas. La situación
en aquellos años de
rebelión de Abd el
Krim era de
enorme inseguridad “Mi
madre por salud tenía
que venirse a España, pero
con aquella condición de que teníamos
que regresar todos
juntos , o no
se marchaba. Y nos
vinimos todos sobre
el final del año
1926 Después de más de
cinco años, regresamos, pero por
poco tiempo .
No olvido que en
aquellos cinco años
vimos de cerca por
las calles de Tetuán a personajes
como D. Miguel
Primo de Rivera, Millán Astray. Cada vez que
venían por Tetuán se
dignaban hacer una
visita a los colegios que
dependían de los militares, como el mío, que
se encontraba dentro de
la demarcación de Capitanía.
Más
tarde también vi de
cerca al General Valera, a Franco y
a otros muchos(…) Otra vez
en Roquetas y otra
vez decepcionados por
la dura situación
de pobreza y
paro como cuando
la dejamos en
1921. “Pero a principios
de 1927 nos llegó
la gran noticia
de que Tetuán había podido
hacerse con el monte
donde estaba emplazada la
batería que nos tenía
inseguros (por los bombardeos
de las huestes
de Abd el
Krim ) Según pudimos enterarnos
al llegar a Tetuán ,
la toma de aquel monte fue
heroica, costando muchos
muertos y bastantes heridos
su liberación. Mi hermano
se c asa y decide
volver. Le apoyé y decidí irme
con él. Mis
padres nos dejan
volver, pero ellos
están decididos a quedarse
y así lo hicieron.
Mi hermano se
pudo colocar en
la misma panadería
donde estuvo antes de regresar
a Roquetas y
yo igual, hasta que un
año más
tarde pudimos establecernos
por nuestra cuenta
, y con el
tiempo llegamos a tener varias
panaderías, regentadas entre la familia, que
desde Roquetas, vinieron a trabajar a
Tetuán con nosotros. Las
panaderías tenían su
nombre, y así las más famosas
eran “La ideal “, “La Gloria “ y
la Onubense “ .
Tetuán era entonces un fortín de Generales. Allí había
unos siete u ocho
generales, siempre. Era una ciudad
más importante que Melilla
y Ceuta, porque
estaba allí instalada
la Alta Comisaria y vivía allí el Alto Comisario y
sus ayudantes. Tenía dos
grandes periódicos como eran
“el Eco de Tetuán “ y
“el Norte de África “
Allí pude ver
y hablar, más de
una vez con Goded,
sobre el año 1927, ya
que yo llevaba
los bollitos de
pan para el desayuno, desde la
panadería donde me
pude colocar, y más
de una vez
se lo llevaba al General
personalmente, pues este hombre se
levantaba muy temprano y
esperaba sentado en el comedor
la llegada del pan. Otro
general que pude
ver muy a menudo, era
Varela, que vivió y
murió allí. Este hombre
era bilaureado y muy apreciado
en Tetuán.
Era sencillo, y su
trato con la g ente
y con la tropa
fue siempre exquisito, sin muchos
2humos “, pero sabiendo estar en su sitio.
Varela fue e l creador de las “jarkas “tropas indígenas del
ejercito español, compuesta por
moros al servicio de España. Los
jefes eran solo
españoles y la
fundo en el año 1921 recién llegado
yo a Tetuán. Vestían con chilaba
de monte y con
una bolsa al
costado, que se cruzaba
en bandolera , llevando
en ella los víveres
y otra
que se cruzaba al
revés que era
donde se llevaba la munición.
Conocí también allí
a Berenguel que
creo en Tetuán las fuerzas Regulares en
el año 1917 .
También estuvo por allí el General Capaz que
en el año
1934 tomo Sidi
ifni. Era sordo, pero
un buen militar. Murió fusilado en Barcelona por
las tropas republicanas
junto al General Goded.
También Yagüe que
fue Alto Comisario
en la misma
guerra civil, el general
Cabanellas, Alonso Vega y
Muñoz Grandes. Entre otros
recuerdo a todos aquellos
roqueteros de mi
pueblo en la Guerra de
Marruecos tales como
Lorenzo Estrella, hermano de
Paco Estrella, familias conocidísimas
en Roquetas, José Moreno García
, los hermanos
Juan y Rafael Ramírez Carretero ,carabineros que Vivian en
Los Parrales, Francisco Marín Martínez, pariente
mío, José Cara
Estrella del caserío de
las Salinas de poniente,
Luis Fuentes burgos, Manuel y Enrique Padilla
Jiménez, que Vivian en la
calle Real, Francisco Tortosa
Ojeda, Francisco Estrella
Pomares, hermano de
Lorenzo y que estuvo
en la zona de Larache.
Francisco
Gómez Amat, hermano de
Alfredo que vivía
en la calle
Aparecidas, Miguel Zamora
Villanueva Federico Zapata
Morales de cortijos
de Marín, Juan
Manuel Martínez Bonachera,
que vivía en la calle Sol,
Antonio Jiménez Marín .Aunque
no estuvo en
la guerra, recuerdo
como de los
primeros roqueteros que
yo vi en Tetuán fue mi pariente
Jesús Marín Amat “era
en 1921 estábamos
casi recién llegados,
y él estaba sirviendo
en oficinas. Se enteró de que tenía
familia allí y vino
a vernos. Mi
madre se ofreció para
lavarle la ropa
y planchársela.
Recuerdo que cuando venía a
casa pues comentaba
que le iba
bastante bien en Tetuán, ya que
se había adaptado e
iba aprendiendo algo
en árabe. Desde entonces
venía con frecuencia a casa. Lo
trasladaron a Melilla al año siguiente, es decir e n e l 1922
y fue cuando dejamos de
verle. Le volví a
ver e n Roquetas una de
las veces que
yo vine a
Roquetas a ver a mi
madre en los
años 40 y
el me reconoció
Foto en el año 1924 de izquierda a derecha eduardo , natural de Madrid, Diego Martin Rueda de Roquetas, Antonio Marin, Francisco de Fuengirola, . Todos ellos del gremio de panaderos vinieron a Tetuan a resolver su vida economica y se hicieron esta tipica foto.
Mi padre Antonio Marin Muyor en 1927 en Tetuan con 21 años , foto de las llamadas "para tranquilizar a las familias " que denotasen ya un bienestar economico.
Soldados de la epoca , alguno de ellos almerienses movilizados
Otro combatiente roquetero y almerinse don Francisco Mullor Garcia, tio de mi padre Antonio Marin Mullor ,hermano de su madre Luisa Mullor Garcia con el uniforme de Artilleria.
Mi padre Antonio Marin Muyor ya con cincuenta años y empresario con la panaderia la Onubense situada en la calle General Prim en Tetuan (Marruecos )