LOS
PAJAROS DE AGADIR
Y LAS GOLONDRINAS
DE PALOMARES Y CHERNOBIL
De pequeño
me impresionaron muchísimo las noticias y
las fotos publicadas
en la prensa
de entonces del terrible terremoto
de Agadir al Sur
de Marruecos. Pero mucho más me
impresionó aquel artículo
de prensa publicado
en aquellos días por
su sentido de
como los animales
pueden tener un
sentido de premonición y
aviso de las
grandes catástrofes avisándonos horas
o días de
algo terrible que
está por suceder. Aquel artículo
venía a decir
algo así:
“Mohamed tenía una pajarería justo enfrente
de uno de los hoteles
de la zona más turística de Agadir.Alli
reproducía y vendía
todo tipo de pájaros
:jilgueros, canarios, gorriones, colibrís,
loros, cotorras… era lugar de peregrinación de
cientos de turistas de los países del
norte de Europa que venían
atraídos por
lo exótico de
la pajarería y
la gran simpatía de Mohamed.
Allí les
explicaba los secretos
del arte de
la crianza de
estos pájaros que
animaban continuamente con
sus cantos aquella
pajarería. Un buen día al
abrir su negocio , Mohamed descubrió
horrorizado y con
sorpresa que muchos
de sus pájaros
habían muerto en
sus respectivas jaulas
sin causa aparente
que externamente les
dejara señal. Tras lamentarse
en las misma
puerta del negocio
y frente a
las puertas del
hotel donde los
turistas le veían
hacer gestos de
dolor y le oían los
gritos y lamentos
que salían de
su enronquecida garganta. Una
catástrofe, una ruina
se lamentaba.
Alguien le
propuso que llamara
o fuera a ver
al veterinario para
indagar el origen de aquella
inmensa tragedia ornitológica . Y así
fue. Cogió varias jaulas
y varias muestras
de alguno de
los pájaros muertos. Cerró de
nuevo su negocio. Y
en la primera
camioneta que salió
para Casablanca con
intención de ver
a un viejo
y reconocido veterinario
de la capital
marroquí. El diagnóstico del
veterinario fue firme: los
pájaros han vivido
un peligro o
una amenaza desde
dentro de sus
respectivas jaulas y
han fallecido del
miedo sufrido durante las
horas de la
noche sin poder salir
de las mismas
jaulas. ¿Pero miedo a qué?
Se preguntaba continuamente Mohamed ante
el veterinario. Ningún animal
ni persona extraña
podía acceder a
la pajarería. No
lo comprendía. Derrotado y
desilusionado cogió el
primer coche de
vuelta que le
llevase de nuevo a
su bello y
atractivo pueblo, donde había
nacido
y vivido siempre
con su familia, en
la más pacifica
tranquilidad y en la enorme
bonanza de un
clima soleado y
benigno que atraía a
los habitantes de
los fríos países del
norte de Europa.
Durante el
viaje compartió los asientos
con ancianas vendedoras
del mercado, que vendían
en
el mercado verduras,
huevos, ajos, especias… y no paraba
de gesticular contando
y relatando a
los sorprendidos y
humildes oyentes trabajadores
del campo que
en el autocar
viajaban con él
y como él se dirigían
a
la cercana ya
Agadir. Pero… de pronto
vieron que el autobús
ralentizaba la
marcha, cientos de
coches y personas
se movían de una
forma extraña. El autobús
iba
cada vez más
lento por precaución
y por las
indicaciones de los
miembros de la gendarmería.
Oía las
ambulancias y veía los
camiones del ejército. Algo grande
había pasado. Preguntaron
al conductor del autobús
, que cada vez más sorprendido
y en actitud
de prevención conducía
lentamente el autobús, por
una carretera cada
vez más agrietada. El
Conductor les dijo: “No
sé lo que ha
pasado. Los Gendarmes dicen
que ha habido
un gran terremoto hace
tres horas y hay
muchas personas muertas”.
Todos quedaron
impresionados en el autobús,
y los
siguientes minutos fueron de
auténtico pánico de
cientos de edificios
derribados, de cientos
de personas moviéndose con prisa y
gritos de dolor
y consternación. Mohamed tardó
un buen rato
en salir del autobús,
y cuentan que
le vieron en
los últimos asientos, sentado, consternado, llorando,
aferrado a varias
de las jaulas
que portaba… ahora sí,
ahora comprendía todo y
miraba una y
otra vez triste
las jaulas de
sus queridos pájaros
que habían querido
avisarle .Ellos le habían salvado
a él la
vida . Y lloró
delante de todos
durante un buen
rato “.
Otra relato
que me impresionó
ya adulto hacía
referencia a otra catástrofe, en
donde también los pájaros venían a
hacernos reflexionar del
misterioso conocimiento intuitivo y premonición
de
los misterios que
nos pueden rodear. Pero
no hace mucho
tiempo leía una
noticia que también me
llevaba a reflexionar
.de lo que
la vida animal
nos puede enseñar en
cuanto a los
misterios de la
existencia.
El 26 de
Abril de 1986, tuvo lugar
la peor catástrofe
nuclear de la
historia en la
central situada en
la ciudad ucraniana
de Chernóbil. Las consecuencias
fueron de enorme calado
social, económico y político.
Pasados más de 33 años
, la contaminación
sigue siendo muy
elevada en determinadas
zonas alrededor de
la central nuclear
ucraniana. Un equipo internacional
con participación de la Estación Experimental , del centro del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC)
en Almería , ha comprobado a través de
estudios de campo
que ciertas poblaciones de golondrinas
que viven en las áreas de Chernóbil (Ucrania), que
aún hoy, más de
treinta y tres
años después del accidente
nuclear, mantienen altos
niveles de radiación, presentan
una mayor resistencia
ante distintas bacterias, en
comparación con otras
poblaciones de golondrinas
que habitan en
zonas menos contaminadas.
Explican que las
bacterias, debido a su corto
tiempo de generación,
tienen una gran
capacidad de adaptación
a los cambios
ambientales y una
rápida selección de las
más resistentes. Las golondrinas
que Vivian en
zonas de mayor
contaminación tenían una
mayor capacidad para
inhibir las bacterias. El
resultado del análisis
confirmo que aquellos
individuos que se
han criado en
zonas más contaminadas
tienen una mayor
capacidad de defensa
frente a las
bacterias. Todo indica que
por un proceso de
selección natural, los
individuos que tenían
más defensas han
sido los que
han sobrevivido y
han podido reproducirse
durante los últimos
33 años.
Esta mañana
en la antigua
peluquería donde desde
joven la estirpe
barbera de Cayetano, me
recortaba el pelo,
me quedé observando
un rato el
clima de tranquilidad de la misma barbería
desde
hace ya más
de cincuenta años. El
sol penetraba por
las cristaleras y
un grupo de c cantarines canarios
amenizaban aquel ambiente
de la barbería testigo
de tantos encuentros
de niños, jóvenes ,ancianos y
ahora también mujeres , confluían
en
interesantes relatos amenizados
eso si, por la melodía de
los canarios que
Cayetano, y su familia, cuidan con
cariño y esmero
desde tiempos muy atrás.
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