CARPEM DIEM:AQUEL
SEVERO
OCHOA NIÑO, EN LAS PLAYAS
DEL PALO
De las cosas
que mas me
impresionaron al llegar
al histórico colegio
del Palo en
aquel lejano 1989
fue la galería de
fotos, que con
motivo del 125
aniversario del colegio
se había instalado
en aquellas salas.
Miles de fotos, orlas,
cuyos rostros te
miraban desde la ilusión
de
sus recién logrados
títulos de bachiller.
Como en
la película de “el
club de los
poetas muertos “ aquellos rostros
parecían gritarme desde
sus casi centenarios
rostros, aquella máxima de “ tempus
fugit… carpem diem “ y otros
gritos vitales salidos de
entre aquellos recios
muros y patios
de recreo junto
a las playas
de Echeverria, hasta donde llegaban
los patios de
recreo del colegio la
primera vez que
visite y goce aquel
histórico e impresionante colegio a a
finales de los
años 60, con
los alumnos internos
procedentes de Almeria.En
aquellas galerías, y
pabellones del internado
donde habían estudiado
figuras egregias como Ortega
y Gasset y Muñoz
Seca, o Felix Revello
de Toro y tantos
otros ilustres alumnos.
La foto
es histórica y se
llegó a publicar
en el diario
Sur de Málaga
el 5 de
febrero de 1990 y
exactamente cumpliría dicha
foto ahora 101
años. Si , nos traslada al
lejano curso docente
de 1917-1918, en
plena efervescencia ya
de la primera
guerra mundial . Foto que ha dormido
larguísimos años de a archivo, del colegio
de los jesuitas
de El Palo, uno de
los más famosos
de la España de
entonces y a l que enviaban sus
hijos oligarcas andaluces,
intelectuales madrileños, banqueros bilbaínos e
industriales catalanes, que
entonces quizás por
la no intromisión de
España en la
gran guerra europea
se gozaba de un momento
económico privilegiado.
El “rancio “ cliché fue
reproducido en la revista
mensual que entonces
existía en el
colegio y que editada por la
Congregación de San Estanislao de Kostka
, era distribuida entre
los cientos de
alumnos, todos ellos
congregantes , que por
aquellos años se
formaban en el prestigioso
centro docente que la
Compañía de Jesús
tenia establecido como
oferta educativa estelar
para quienes podían costearlo.
¿Quiénes son
los encantadores chavales
que lucen
su palmito en
el documento gráfico? Pues
de izquierda a
derecha , Juan Jáuregui,
Ricardo Ansaldo, Severo Ochoa y José
García Valdecasas. Contaba el
periodista que presentaba
esta foto, que
conoció de a todos ellos más a
los tres primeros,
pero sobre todo
a Ansaldo, excelente
caricaturista , siempre
con su corbata de
pajarita, luciendo en
un cuello colorado
como su misma
cara, y siempre
o casi siempre
de tertulia en
la cafetería Cosmopolita o en la
Gran Peña, entonces
en la mismísima calle
Larios.
La foto hecha
en los jardines en
la mismísima entrada
del Colegio por
la antigua carretera
de Malaga -Almeria, se
prestaba a preguntarse
si el niño
Severo Ochoa había sido
alguna vez alumno de los
jesuitas, alumno del
colegio del Palo. No .No
lo fue y así lo
aclaraba el catedrático Juan del
Pino Artacho, de
que Severo Ochoa
en su estancia
malagueña había estudiado en e l Instituto
de Gaona. El P. Pascual
Lupiañez que ante
aquella duda consultó
arduamente en los
archivos colegiales con la ayuda
del Hermano Emilio
Castillo. En efecto, ni
antes ni después del
curso 1917-18 aparece
el niño severo Ochoa
como alumno de bachillerato del célebre colegio de El
Palo. Confirmado esto había que
buscar una explicación al hecho de
que nuestro Premio
Nobel apareciera con
otros niños de su
edad como Juan Jáuregui,
Ricardo Ansaldo y José
García Valdecasas, que
con el padre
Salvador Ponce, festejaban
haber conseguido matrículas
de honor en cada
una de las asignaturas
del curso académico mencionado de
hace 100 años.
La foto, fue
a manera de
premio del P.
Ponce a sus congregantes
como
premio a sus
estudiantes al mostrarlos
para ejemplo a los demás. Y aquí
es
donde interviene decididamente
Juan del Pino Artacho,
al aclarar que existían
d os ramas de la
misma Congregación de San
Estanislao de Kostka, una en el colegio
de el Palo, Colegio San Estanislao,
a la que
se vinculaban los
alumnos internos y
otra, la que
el propio P.
Ponce creó como
grupo matriz de
la primera, para
que los niños
de Málaga centro ,
residentes en el centro,
entorno calle Larios
y calle Compañía, alumnos o no
del colegio de El
Palo, pudieran pertenecer
a la misma
sin necesidad de desplazarse
a la
lejana barriada de
El Palo para
participar en cultos
y actividades lúdicas.
. La
vinculación que
Severo Ochoa tuvo con
la histórica institución fue a través
de
la Congregación de San Estanislao
de Kostka y
no por haber
sido alumno , aquel año
malagueño de Severo Ochoa
al estar su
padre destinado en
la población malagueña. Si
es verdad que
luego en Madrid,
coincidió y fueron
grandes amigos Severo
Ochoa , y Pedro
Arrupe que luego sería el P.
General de los
jesuitas, ambos en la facultad de
medicina de San
Carlos en Madrid
en la mismísima calle Atocha, amistad que
cultivaron muchos años. Se
vieron muchas veces en
los Estados Unidos. Y
Severo Ochoa alabó
y elogió lo idóneo
de aquellas primeras curas
de las heridas radioactivas
que el P.
Arrupe con sus
novicios y las
sabanas y vendas
que pudieron coger
del noviciado urgentemente
aplicaron en aquellas
primeras curas de
emergencia como testigos
que habían sido “casi cercanos “
de la bomba atómica
de
Hiroshima donde Pedro
Arrupe ejercía de
maestro de los novicios
japoneses jesuitas y a donde
fueron de los
primeros grupos de
socorro que asistieron
aquella histórica y criminal explosión (está ampliamente
detallado en las memorias
de Pedro Arrupe
en el libro “Este
Japón increíble “)
Cuatro niños,
cuatro personajes de una época
de
la vida malagueña,
nombres que dejaron
estelas personales y
familiares, un poco
anticipadas cuando todavía siendo
tiernos adolescentes estudiantes ya
eran capaces de obtener
matrículas de honor
en todas las
asignaturas del cuarto
año de sus estudios
como bachilleres.
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