miércoles, 12 de junio de 2019

EL PIANISTA QUE TOCABA CON LOS DEDOS DEL ALMA (LA SOLEDAD DEL PIANISTA)


ESTE AÑO SE CUMPLE EL SEGUNDO CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE UNO DE LOS INTERPRETES ESPAÑOLES MAS IMPORTANTES DE LA SEGUNDA MITAD DEL XIX
Juan María Guelbenzu, “el pianista que tocaba con los dedos del alma “ , hijo y alumno del organista José Ramón Guelbenzu, nació en diciembre de 1819 en Pamplona. Su personalidad junto con las del violinista santanderino Monasterio, el madrileño Barbieri y los navarros Eslava , Arrieta y Gaztambide , fueron clave en el desarrollo musical español hasta bien comenzado el siglo XX.

Se le consideró y se le conoció como “el pianista que tocaba con los dedos del alma” ya que su forma de tocar fiaba más el éxito al alma que a los dedos , era el pianista que quería conmover más que asombrar, el mismo se consideraba poeta del instrumento cuyas cuerdas hacían vibrar notas contenidas de la pasión. Entre sus mejores obras estaban su Misa a cuatro voces , Melodías para canto , Una Serenata andaluza, En la soledad y quizás también un homenaje a su origen . De él escribió la Revista Popular “Posea una aptitud singular para adaptarse a la sencillez y el encanto de Haydn, a la ternura y el profundo sentimiento de Mozart, a la magnificencia y, virilidad y pasión de Beethoven, a la elegancia y poesía de Chopin. Disponía de un sentimiento extraordinario del ritmo, obtenía del piano sonidos vigorosos , si dureza , o notas suavísimas ,gracias a la pulsación delicada; su manera de interpretar conmovía el ánimo, sin causar el menos desasosiego “

Nelson Freire se refería muy especialmente a la obra de Juan María Guelbenzu llamada “En la soledad “. Recomendaba escuchar esta pieza y reflexionar sobre la profundidad de ella y lo que significa la soledad en cada uno de nosotros en nuestras vidas. Y hablaba de la vida del pianista “ como una vida de soledad; su única alegría está en la música”. Y añade refiriéndose a aquella obra: ¿Qué es un pianista sin alegría ¿ Es ese que solo estudia , que no vive. No tenemos una vida fácil, pues es una vida de soledad. El pianista estudia solo en los recitales toca solo , viaja solo, ….La alegría está únicamente en la música, donde encontramos todos los estados de ánimo. No empiezo a tocar una obra concreta sin hablar con el piano. Necesito conocerlo bien. ¿Y se dejan cortejar? Los pianos son como las personas, algunas te responden inmediatamente, otros tienes que sudar para sacarle un monosílabo. La alegría está en la música, donde encontramos todos los estados de ánimo. Incluso poseído por la tristeza si dejas que la música te lleve, de repente, sales de la tristeza, es su magia , una magia impresionante. En ocasiones me asalta la pesadilla de salir al escenario y no saberme la pieza. Nos pasa a casi todos los pianistas.












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