LA CRUZ DE
MONTE ARRUIT Y EL CENTENARIO
DEL REGIMIENTO DE LA CORONA
Tuve la
oportunidad la semana
pasada de asistir
a una interesante
celebración y exposición
del IEA sobre
el centenario de
la intervención en
el conflicto de
la guerra del Rif
del Regimiento almeriense llamado
de la Corona. Fue una
interesante charla y
exposición de todos
los pormenores que
formaron parte de
aquel laureado cuerpo
que desde Almería logró
paliar alguno de
los catastróficos resultados
militares del llamado
desastre de Annual en
Agosto de 1921
.Considerados al
principio de llegar
a Melilla, por su
casi rostro infantil
en muchos de
ellos y por su
edad, como el “ regimiento
de niños
pijos “ según el catedrático
Martin García Valverde destinado
como profesor de
instituto varios años
en Melilla y
Nador, se convirtió
en todo un
Regimiento casi “heroico “ aunque
no intervino nunca
en labores de
ataque, sino meramente
en grupo de
coordinación de defensa
en líneas de
repliegue. Muy brillante y
amena las intervenciones de
los ponentes, y especialmente
aclaratoria las del
profesor y Doctor
José María Verdejo
Lucas, en cuanto
al Tratado de Algeciras y el
Protectorado Español en
Marruecos (1912- 1956) y
Martin García Valverde en
la historia del
centenario del Regimiento de
la Corona en Almería y sus
intervenciones en el
repliegue tras el
desastre de Annual, deteniéndose
extensamente en las
difíciles condiciones del
emplazamiento del mismo Annual
y luego más
tarde en las
duras condiciones de
Monte Arruit . La “Cruz “
de Monte Arruit es el
icono de
todo lo que
la masacre rifeña
convierte en cementerio
aquel emplazamiento.
Coincidía
que estos días caía en
mis manos dos interesantes libros: Uno de
ellos titulado “·Diario
de un almeriense
en la guerra
de Marruecos “ Memoria
de Antonio Lopez Castillo
y publicado por
el Instituto de
Estudios almerienses. Gran
libro con impresionantes relatos
de supervivencia y heroísmo
en
la guerra del Rif .
Y el segundo
de Enrique
Meneses Puertas titulado
“La cruz de
Monte Arruit” (memorias de un
voluntario de Regulares ediciones
del Viento La Coruña
2019 ) donde
dicho autor cuenta
sus peripecias personales
en la Guerra del Rif (1920-1926) entre
el ejército español
y las cabilas
lideradas por Abd el
Krim. El Desastre de
Annual había sido
una retirada totalmente
caótica de los
soldados hispanos en
la que fueron
perseguidos por tres
mil rifeños salvajes
que lograron asesinar
a cerca de
doce mil militares
españoles. Varios de los
soldados que huían de anual, al menos
tres mil, se atrincheraron
precariamente e n una posición ,
llamada Monte Arruit, que
resultó asediada . Los
mandos solicitaron al Alto
Comisario que les
socorriera. Meneses, un
“niño pijo “ heredero de
una fortuna, dedicado en
aquello entonces a
la “dolce vita “ parisina ante las noticias
escalofriantes de Annual, decide
repentinamente presentarse voluntario
como soldado raso en
marruecos.
El
acude a guerrear
y observa que
la mayor parte de
los soldados españoles
allí destinados escasamente o
muy pocos motivados
por guerrear en
condiciones infrahumanas y
con pertrechos militares miserables (algunos restos
de ropa son
todavía en aquel
momento restos del
equipaje de los
soldados de cuba y
filipinas adecuados a un
clima tropical de
humedad y lluvia) . Tan
poco motivados que
no combatían, sino
pensaban en huir
o escaquearse, cosa
que sin embargo según
el relato hacían los
Regulares y la Policía
indígena (cuerpos en su mayor parte
compuestos por moros
afines a España
y pagados con
sueldos del ejército
español ) luego más t arde
también por los
integrantes de la legión fundada
en 1920 por M.
Astray. Es por
lo que Meneses
se presenta voluntario, en los
Regulares, regimiento que
soportaba el mayor
peso de la guerra.
Así lo justifica
Meneses diciendo: “Eran los más
varoniles.” De hecho, cuando retrocedieron en Annual, estallo
la “cobardía general” , con abandono
de sus equipos
y armamento para
que los indígenas
que les perseguían se
entretuvieran en recogerlos,
y así ganar
unos minutos que
les podían permitir
agazaparse o refugiarse
entre las oquedades
de las rocas. de
aquellos reclutas, casi niños,
que sin preparación
alguna les habían
metido en una
trampa en territorio
hostil, mal pertrechados. No
olvidemos que el
contrabando de armamento
alemán por la
zona de Argelia,
les facilitaba mejor
armamento a las
jarkas rifeñas, movidas por Abd
el Krim y
asesoradas por algunos
espías alemanes enfadado
su país, del que
ellos consideraban un mal
reparto del Protectorado
español y francés
y les hubiesen ignorado en
el reparto a
la nación alemana.
Este libro
de memorias tiene
abundantes relatos. Algunos resultan
espeluznantes. Tendencias a amputar
miembros del cuerpo
como tortura, a cortar
las cabezas de
los enemigos, . Meneses sintetiza
en estas páginas los
defectos estructurales que
presentaba el Ejército
español de la
época en medio de
una gran corrupción. Herido en
la guerra, Meneses
fue trasladado a su
casa en Úbeda,
en la provincia
de Jaén donde
terminó de escribir
este terrible documento
literario. El rescate de
los sitiados en
Monte Arruit nunca se
produjo. Se rindieron. Y
las huestes salvajes
rifeñas , nada curtidos
en códigos éticos
de respetar las
vidas de los
prisioneros pasaron a cuchillo
a sus tres
mil refugiados en aquella
loma. .El libro termina
con esta frase “Tdosos somos
culpables de que España
no prospere “
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