QUIEN CANTA… SUS
MALES ESPANTA
Contaba Paulo
Coelho que cuando
la vida nos
obliga a enfrentar
situaciones difíciles, como puede
ser la pérdida de un
ser querido ,
es necesario entender
que de esta
manera la eternidad
está dando un paso más.
Era Borges
el que escribió algo
muy parecido al
respecto :
“ El reflejo
/ de tu
cara ya es
otro en el
espejo/ y el día
es un dudoso laberinto/Somos los
que se van . La numerosa
/ nueve que se
deshace en el
poniente /es nuestra imagen.
Incesantemente/ la rosa se
convierte en otra
rosa / Eres nube, eres mar,
eres olvido/ Eres también aquello
que has perdido “
Aunque rechacemos
el camino de la
perdida, pero en
ciertas ocasiones no
hay más remedio
que encararlo . Una puede
ser la siguiente
historia O parábola:
“ Un hombre
prometió cargar una
cruz hasta lo
alto de un monte
si se le concedía determinado
deseo.
Dicen que
Dios escuchó su petición
y
el hombre encargó
que le hicieran
una cruz. A continuación emprendió
el camino. Pasados
algunos días, le
pareció que la
cruz pesaba más
de lo que
el suponía o
esperaba . Y entonces con un
serrucho , que
le prestaron cortó
una buena parte
de la madera. Al
llegar a la
cima vio que, separada por
una quiebra en
la tierra, había otra
montaña.
De ese
lado todo era
paz y tranquilidad, pero
le hacía falta
un puente para
llegar allí.
Quiso servirse
de la cruz,
pero resultó corta.
Y entonces se
dio cuenta que
el pedazo que había
cortado
era precisamente lo
que le faltaba
para poder cruzar
aquel abismo y
que la cruz
le sirviera de
puente o de
travesaño de madera
para poder cruzar.
Cuentan también que
en cierto pueblecito
de la Umbría
italiana, un hombre se
quejaba de su
suerte. Era cristiano y
encontraba su cruz
demasiado pesada.
Una noche
antes de dormir , rezó para
que Dios le permitiese
cambiar de fardo.
Esta misma
noche tuvo un
sueño. El señor le conducía hasta
un deposito: “Puedes hacer
el cambio “ , le decía luego. El
hombre vio cruces
de todos los
tamaños y diferentes
pesos, con los nombres
de sus dueños. Escogió una
cruz de tamaño
medio, pero al ver
que tenía grabado
el nombre de
un amigo, desistió de ella.
Finalmente ,
y ya que
dios le permitía,
eligió la cruz más
pequeña de todas.
Para su
gran sorpresa en
esta estaba grabado
su propio nombre.
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