A VECES
PEDIRIAMOS EL LIBRO
DE RECLAMACIONES A
DIOS
CANTA
UNA POPULAR SEVILLANA
DE LAS QUE
SE BAILAN EN
EL MES DE
ABRIL EN LA
FERIA ALGO ASI
“NACIO DAVID
PARA REY
PARA
SABIO SALOMON,
PARA
LLORAR JEREMIAS
… Y
POR LA GRASIA
DE DIOS
NACISTE TU
VIDA MIA “+
Dicen
muchos teólogos que el profeta
Jeremías era el “llorón” ,
el del “libro
de reclamaciones a Dios
a todas horas “.
Cuentan sin embargo
que Isaías era
el profeta de
la alegría, el
preferido por María
de Nazaret .
Hoy en las
lecturas de este
domingo tercero de
tiempo ordinario el mismísimo
Isaías
nos invita a
buscar lo que
de “alegría puede
tener la vida “
porque alguien vio que la
humanidad caminaba en
tinieblas, y a
los que habitaban
en tierra de
penumbras y sombras
de muerte , una luz
les brilló.
A
todos nos gusta
la luz. Un día de sol
parece un día mejor, una sala
bien iluminada nos
hace pensar en
fiestas… parece incluso que
sea una sala más alegre. Pero
hay otra luz
que también valoramos.
Nos gusta encontrarla
y nos da
paz. Es la luz
interior de las
personas, la luz
que podemos tener
nosotros mismos. Una mirada
luminosa de una
persona puede transmitirnos paz,
serenidad interior, alegría,
gozo…
La
luz tiene finalmente otra dimensión: es frecuente
en nuestros comentarios
el hablar de “ la
luz de la fe “
. O
la capacidad de iluminación interior, de
gracia que nos
lleva a reconocer
a Jesús como
luz de la
historia, luz que viene
a darle sentido
a la misión de
la humanidad sobre
la tierra y
sobre la historia. Por
el contrario podemos
constatar todos el fenómeno
de las
tinieblas. Es algo más
que no tener
luz, es “
no ver nada
claro “ no encontrarle sentido
a nuestras vidas. Es
no tener paz
interior, es andar
perdidos sin rumbo
claro, es vivir
desorientados, haber perdido
la alegría.
La
prensa nos decía últimamente
que
en España ya
el número de suicidios
superaba al de
accidentes de tráfico. Hoy
mucha gente camina
“en tinieblas de
noche” sin encontrarle
sentido a sus
vidas, y a
veces calificando esta
vida como el más “ terrible
de los absurdos”
Podemos hoy,
fortaleciendo las lecturas
de este domingo,
aportar el salmo
que tanto recitaron
nuestros antepasados, el
salmo 22,4 “
Y aunque camine
por cañadas oscuras
nada temo porque
tú vas conmigo” .
Quizás como decía
Gandhi
los cristianos no
manifestamos exteriormente ante
el mundo y
la sociedad actual esa alegría
de
vivenciar y experimentar
el Cristo pascual
que vence y
nos invita a
vencer los miedos
y las tinieblas
de nuestros caminos
de la historia .Aquel
triple grito de Jesús resucitado
en sus primeras
apariciones tras la
pascua de resurrección : “Paz a vosotros,
no temáis, estad
alegres “ Debemos intentar
sol que sale
para todos y
que calienta para
todos “los corazones
gélidos fríos y
de piedra “ que a
veces transmite nuestra sociedad
del consumo y
competitiva . ¿Por qué no hacemos
un esfuerzo por
comprometernos a aportar un
poco más de
luz en medio de
tanta tiniebla y desorientación
con
que nos intenta
envolver esta sociedad deshumanizada
que entre todos
hemos creado? . Hoy podemos
empezar
http://antoniomarincara.blogspot.com.es
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