BUSCADORES DE
DIOS
Te busqué
Dios mio, te
busqué porque necesitaba
que fueras mi
fortaleza , mi roca,
mi salvación… en momentos
de apuro . Te busqué
pero te busqué
equivocadamente…
No estabas
en el viento
huracanado, ni en la tormenta
que las nubes
rasga, ni e n los rayos, relámpagos y
truenos, ni en
el ruido estruendoso de las
aguas.
Tampoco estabas
en el terremoto, que
quiebra y estremece
las montañas, ni en
el fuego que
abrasa el horizonte
y quema de
la tierra las
entrañas.
Estabas allí…
Si, allí estabas
en la brisa
y el susurro
que me avisaron
de que tu
pasabas; y al cruzar
por delante de
la roca, te vi
de espaldas cuando
te alejabas
Estabas en
la suavidad, en la caricia,
en la comprensión, estabas en
esa brisa que
esta tarde acariciaba
mi rostro y
me llenaba de
esperanza
( Cf. 1 R.,
19.9: Ex
33, 23)
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