EL FATIDICO
DIA QUE DESCUBRIMOS
QUE LOS REYES
ERAN LOS PADRES
Seguramente
, cuando
ya te haces mayor
la infancia la
recuerdas con nostalgia
y la añoras. Estos días de
la navidad y
cercana ya la
festividad de los
reyes magos, recuerdas
la ilusión con
la que ponías los zapatos en
el balcón y
esperabas con los
ojos entre abiertos a
poder sentirlos cerca
hasta que te vencía el
sueño. Hasta aquel fatídico día
en que descubres
la “cruel realidad “. No
hace mucho me
lo recordaba un simpático articulo
de S. Roncagliolo: “ LA VIDA
ES UN LARGO
CAMINO HACIA EL
DESCREIMIENTO “
Al niño
le quedan por
delante décadas para decepcionarse de
muchas cosas de la
vida, tales como los amigos, los líderes políticos,
parejas sentimentales, ofertas
de telefonía, dietas milagrosas… Lo único que
pude hacer un
buen padre es retrasar
el FATIDICO MOMENTO,
unos minutos, con
algunas mentiras bonitas.
-
Papi,papi…
me han dicho en
el cole que
los reyes son
los padres
(Ya está. El
momento ha llegado.
Has conseguido proteger
a tu hijo
de la mediocridad de
lo real ocho
años más o
menos. Pero la
verdad lo espera
peligrosamente agazapada en el
calendario , lista para
saltarle a la yugular
en el momento
más insospechado, al
primer descuido) .
-
Bueno, es
que… veras hijo… Los
padres ayudamos a
los Reyes (o a
Papa Noel) para
que no hagan
todo el trabajo ellos
solos ¿comprendes hijo?
Y el “bienaventurado” papá
consigue que su hijo siga
creyendo aun en
la “magia de esa
noche “ diez
minutos mas . Pero…
ya es demasiado tarde. Una
vez que la
cruel realidad ha
puesto un pie
en tu vida ya no
te suelta.
-
Pero…
¿de dónde sacan los
reyes dinero para tantos
regalos papá? ¿Son ricos ¿ ¿Cómo pueden
estar en todas
las casas del
mundo la misma
noche a la
vez?
Cari acontecido, el
Padre admite la
cruel realidad.
-
Si
hijo mío, los
reyes somos los
padres.
Y ahí viene
el lio:
-
Papi no le
digas a la abuela que ya lo sé.
Seguro que a partir
de ese momento
me empezaría a
regalar ropa y
libros como a ti. Que
rollo
papi.
Derrotado y al
borde de las lagrimas,
el padre cae
sobre el sofá con
la culpabilidad de
haber asestado una
puñalada asesina sobre la ingenuidad
y las ilusiones
de su hijito.
Y yo estas
noches miro al
cielo, a las
estrellas como los antiguos
marineros para orientarse. Y
sigo esperando que
existan los reyes magos. .Como tantos
escribiremos esa carta
virtual a los reyes pidiéndole un
poco que ese fatídico
momento
en que nos
cae estrepitosamente el peso
de la cruel decepción de
la realidad se
retrase lo más
posible. Quizás como
en estas mañanas
de frio…donde retrasamos lo más posible el
momento cruel del
despertador y nos
agarramos a la
almohada y las
mantas calentitas de
la cama, antes
de dar el lúgubre
paso
de afrontar la
frialdad de la habitación
y
la cruel jornada
laboral. Bendita infancia, benditas
ilusiones infantiles,
bendita magia las
de nuestras noches
de infancia mirando
entreabierto el balcón y
los zapatos esperando
los juguetes
y aquellos maravillosos regalos.
http://antoniomarincara.blogspot.com.es/
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