LA HORA
INCIERTA
“Desde
entonces a una hora
incierta
Aquella
pena regresa
Y si
no encuentra quien la escuche
Quema en su pecho el corazón”
(de
un poema de Primo
Levi. Turín 1919-1987)
Primo Levi,
que tanto supo del ser humano
que luchaba contra la desdicha,
ha narrado en sus libros de
modo estremecedor los años pasados en Auschwitz
junto a cientos de compañeros de infortunio, los años
vividos con el peor de los
castigos, aquel que se esfuerza en
convertir al hombre en animal (“el hombre
es lobo para el
hombre” )
Pero el poema de Primo
Levi , nos toca, porque toca el espíritu
de modo
especial. Me pensar en las
horas y las noches que siguen a
la perdida de algún ser querido, un
familiar, alguien muy amado ;alguien tan
absolutamente idolatrado, que su
ausencia trastrueca nuestra existencia.
Llegan las
noches en blanco, sin embargo
tan oscuras, los días inmensamente
largos que parecen negarse a
alcanzar su final. Nada consuela,
nada conduce a la paz. Hay
incluso agonísticos y también ateos que ante
aflicción tan firme y de
tanta magnitud se empeñan en creer en la otra vida para
que, de este modo, su querido muerto tenga
opciones “dignas “ en alguna parte. Y es que
no se puede admitir
que una persona esencial en
nuestra vida, haya desaparecido
para siempre, y que
nunca más la veamos.
Y
es en esa certeza cuando
intentamos que un sufrimiento que se ha aposentado
en nuestras entrañas, sin darnos tregua,
vaya aminorando para no
enloquecer. No se trata de
un milagro que logra el socorrido paso del tiempo al provocar un soplo de olvido que lleve a
la aceptación de la disolución de lo
insoportable.
J. Brel expresó como nadie ese extravío de la
memoria: “Nunca se olvida
nada, se acostumbra uno, eso es
todo”
Hoy
al leer el poema de Levi , la referencia a la “
hora incierta” me parecía
una forma hermosa de
describir el regreso de la
angustia primera, cualquier día, en
cualquier instante, con su carga emocional
y también atroz. Una palabra, un recuerdo que late en las sienes, bastan para
que el tormento resurja de nuevo
y nos comience
a torturar lentamente. Recuerde el
alma dormida…avive el seso y
despierte…contemplando como se
pasa la vida…
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