“VUELTA AL
DIA “O EL
VALOR TERAPEUTICO DE
LA ESCRITURA
( <<
APRENDEMOS LAS LECCIONES
DE LA VIDA
CUANDO YA NO
NOS SIRVEN >> OSCAR WILDE )
Tendríamos que
vivir dos veces. Y
la sabiduría acumulada
de una vida,
esa sabiduría que
a veces la
dan los golpes, sirviese acumulada
como en una
mochila para la
siguiente. Indudablemente esas lecciones
aprendidas que no
supimos aplicar a
tiempo las hubiéramos echado
de menos con
haberlas aplicado ante
seres queridos que
ya no están con
nosotros. Especialmente con nuestros
padres o amigos
que ya se fueron.
Nos quedan a
veces heridas que
tenemos que cicatrizar
y nada mejor
que la expresión
de ellas . Los relatos
de nuestra infancia
ayudan.
Expresar a veces
las duras lecciones
aprendidas bien sea
desde la dureza
del castigo o bien
desde el
amor incomprendido en el mundo
del padre, son experiencias dolorosas. La
literatura ha servido
en muchas ocasiones,
con tinte autobiográfico, como
puerta de escape,
o como valor terapéutico
para
que afloren muchos
de esos sentimientos
o heridas que
hemos vivido y
que de alguna
forma es necesario
realizar la catarsis.
He leído estos días “LA
VUELTA AL DIA “ páginas de
Espuma, un libro
que reúne alguno de
esos relatos con cierto
sentido de autobiografía del
escritor onubense Hipólito G.
Navarro. Heredero de la experimentación lúdica de
Julio Cortázar publicó numerosos títulos en
los años 90. Hipólito empezó
a escribir cuentos
por la fascinación que
le resulto leer
de muchacho los
cuentos de Cortázar, se
quedó enganchado en
su adolescencia con
este autor. Atraído tanto
por el relato de
“ Rayuela “ como por todos
sus cuentos.
Recordaba
Hipólito el volumen
llamado “ Ceremonias, en una
entrevista realizada por
J. Morillo (ABC 5-10.16) “
: <<
Ese libro fue
mi camino de Damasco como
autor. Yo por mi
parte había editado
cuatro libritos. Después de
aquello, que creo
que le pasa
a todos los
autores cuando llevas
una trayectoria de quince
o v ente años, te
encuentras con un
material disperso y Cortázar
hizo esos dos
libros que son “
La vuelta al día en
ochenta mundos” y también
“ El
último round” . Por eso
publiqué “Vuelta al día
“ Ya
mis textos no
tienen tanto que v ver
con la ficción como
con rememorar hechos
personales.
Me
daba apuro hacer
un libro misceláneo ¿voy a
estar copiando la trayectoria del
autor que yo
admiro profundamente sin
conseguir una obra
tan prodigiosa como
la suya? Un texto
no está terminado
nunca, porque siempre
hay un fallo
en algún sitio, una coma
que está mal
puesta. NO quería publicar
pero surgió la presión
de los
amigos Me costaba ya
escribir, porque si
no tengo el empuje de
un encargo, o de
alguna cosa me decía
a
mí mismo :no voy
a escribir. Los textos que
me salen últimamente no
tienen tanto que
ver con la ficción
como con
la rememoración de hechos
personales, de la infancia, de
la adolescencia… algunos son
un poco dolorosos. Los tres últimos
textos
que van en este
libro apuntan a una
puerta abierta en
ese sentido.
Evoco
a mi padre porque
a veces la
literatura e s un oficio d
oloroso. Eso me pareció
a raíz de la antología
“El pez
volador”. Fue Saiz de
Ibarra el culpable de
ello. Publicamos una
entrevista en ese libro y
tiramos por los
vericuetos de la biografía y
empezamos a descubrir
cosas que a tenia como
muy enquistadas dentro.
Mi padre se suicidó
cuando tenía 16 años.
Fue un
suicidio lento, porque
fue un alcoholismo, pero brutal.
Me había sentido
huérfano mucho tiempo
porque él era
emigrante y nosotros
vivíamos en un pueblecito
en la sierra de
Huelva en el
mundo gris de los
años sesenta. Había pasado
por momentos muy
jodidos , pero me había burlado de
todo eso y me había
reído,
por eso mis cuentos
son muy
humorísticos, porque estaba
tapando cosas que
a mí me
estaban doliendo. Esa
entrevista me lo levantó
todo y a
partir de ahí me
di cuenta que no
era tan trágico. Pero escribir
de todo eso
ahora sin la ficción,
sin la
protección del humor ,
duele. Por eso
me cuesta mucho más escribir >>
http://antoniomarincara.blogspot.com.es
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