ALCORRIN EN
EL REINO DE
TARTESSOS
Según Marco
Tulio Ciceron <<La
historia es testigo de
los tiempos, luz
de la verdad, vida de
la memoria, maestra
de la vida, testigo de la
antigüedad >> Hoy a
raíz de una
conversación con un
amigo historiador, ha
salido el nombre
de Alcorrin, pues
es un yacimiento
arqueológico , en
el municipio malagueño de
Manilva, de gran
importancia . Hace
ahora 50 años
comenzaron las primeras
excavaciones en dicho lugar. El trabajo arqueológico han terminado revelando la existencia
de una gran urbe que en su apogeo llegó a albergar a más de 3.000 personas y
que creció hasta rebasar, con mucho, los límites del delta del Guadalhorce.
Aunque la población era mayoritariamente fenicia, también convivían en ella
colonos griegos, egipcios e incluso indígenas íberos que terminaron asentándose
tras comerciar con los pobladores primigenios.
El asentamiento de Cerro
del Villar significó la puerta de entrada a la Península Ibérica de productos
como el hierro, la vid y el olivo. La expansión de la colonia vino acompañada
de deforestación masiva de la zona, que a su vez provocó numerosas inundaciones
y el hundimiento definitivo del delta en torno al año 570 a. C. Los colonos que
aún residían en sus dominios se trasladaron a la bahía cercana y fundaron allí
Malaka, la actual Málaga.
En 1965, y con toda la
fortuna de su parte, el arqueólogo Juan Manuel Muñoz Gambero descubrió junto a
a la desembocadura del Guadalhorce, a ocho kilómetros de la capital malagueña,
un yacimiento arqueológico que vinculó enseguida a la presencia fenicia en el
territorio.
.
Por su situación
estratégica el emplazamiento prometía apuntar a una población importante, y
tras las primeras excavaciones dirigidas por él mismo, Muñoz Gambero pudo
constatar que no se equivocaba: aquellos restos pertenecían a una ciudad
fundada en el siglo VIII a. C. por los fenicios sobre un delta formado en la
desembocadura del río, hoy inexistente, y que posteriormente se extendió y perduró
hasta el año 570 a.C.
.
Lo que Muñoz Gambero
había descubierto, en suma, era el yacimiento fenicio más importante de la
Europa occidental, correspondiente con lo que algunos geógrafos de la
Antigüedad habían situado en el sur de la Península Ibérica con el nombre de
Mainake. El descubrimiento puso patas arriba la historiografía fenicia y abrió
cauces insospechados para la investigación, un caudal que todavía, y a pesar de
que el yacimiento está cerrado a cal y canto a la espera de una inversión que permita
recuperar las excavaciones, sigue ganando la atención de varias universidades
en todo el mundo.
En este
espacio del litoral
malagueño como sostiene
Fernando Wulff, presenta una
gran concentración de yacimientos
fenicios del mediterráneo
Occidental y algunos
de los más importantes globalmente.
Se
sabe que Tartessos
fue el nombre
por el que los
griegos
conocían a la
primera civilización de Occidente
situada en el
suroeste de la Península Ibérica.
De hecho fue
el primer e estado organizado
que se formó
en la Península
Ibérica hacia finales
del segundo milenio antes
de Cristo. Por ello
y por su
riqueza minera, Tartessos alcanzó
un inmenso poderío. Tartessos fue
el producto de la
agregación de colectivos étnicos
y culturas diferentes
sobre un sustrato
propio que hunde
sus raíces en
los tiempos oscuros
del final de la
Edad del Bronce.
A
finales del siglo
IX a. de C. los
fenicios consolidaban sus
redes comerciales con Tartessos.
Atrás quedaba una
larga etapa de contactos previos
que tienen eco en
la legendaria fundación de Cádiz hacia
el 1100 a. de C.
y en las
empresas conjuntas de
Hiram I de Tiro
y Salomón d e Israel ( Siglo
X. a. de C.)
que aparecen referidas
en la biblia: el
rey Salomón tenía
en el mar
naves de Tarsis con
las de Hiram , y
cada tres años
aproximadamente llegaban las
naves de Tarsis , trayendo oro, plata,
marfil, monos y
pavones (ave rayiforme
tropical) . La costa actual de
Málaga, es muy
diferente de la
que describen los
derroteros antiguos. Los
dioses de los
Tartessos ,eran las
estrellas, respetaban mucho a
los ancianos y
eran hospitalarios .
Menciona Juan D. Romero
que se puede
mencionar una cita de
Posidonio, que afirma
que los tartesios
eran <ampulosos y de
genio alegre > algo que
curiosamente encaja perfectamente
con el carácter de
los habitantes actuales
de estas zonas.
Es a partir
de las excavaciones
arqueológicas cuando se
ha dividido la
cultura tartesica en dos
periodos: Uno llamado g geométrico, que coincide con el bronce
final y abarca
desde el 1200
al 750 a.
de C. y un segundo
periodo llamado orientalizante, que
es cuando la
cultura tartesica se empapa
de elementos orientales,
provenientes principalmente de los contactos
con f fenicios y griegos y que coincide con
la Edad del hierro
y abarca desde
el 750 al
550 a. de Cristo.
La
primera fuente histórica que
alude a Tartessos
es la historia
de Herodoto, del
siglo V a. de C.
que habla del rey
Argantonio ( su significado es :
hombre de plata ) del
cual se dice que
gobernó con sabiduría
y g generosidad. Una fuente
mas tardía data
del siglo IV ,
del escritor romano Rufo Festo Avieno,
que escribió una
obra titulada Ora
marítima, poema en el
que se describen las
costas mediterráneas.
Utilizó fuentes antiquísimas
de origen desconocido, realizado
por un marino griego. Como resultado de
aquel viaje se
narran los lugares
visitados por el desconocido marino
, que proporciona las
noticias más antiguas
sobre la Península
Ibérica.
Las
distintas versiones de su
enigmático nombre original Tarsis para
los fenicios, Tartessos para
los griegos, Turdetania para
los romanos son igualmente nomenclaturas
expresivas del devenir histórico de
esta tierra grandiosa
situada en los límites del
mundo antiguo.
Se
poseen citas sobre v arios
reyes míticos de Tartesos, como
Gerion, al que Heracles
le robó las grandes
manadas de bueyes que
pastoreaba a orillas
del Guadalquivir, Norax ,
nieto de Gerion que c conquistó el
sur de Cerdeña donde
fundó la ciudad
de Nora; Gargoris que
invento los utensilios
para la apicultura
y su comercio
y Habis que descubrió
la agricultura, atando dos
bueyes a un
arado, formulando así las
primeras leyes, dividió
la sociedad en
siete clases, el
reino en siete ciudades y
prohibió el trabajo a los
nobles. Pero solo
sobre un rey se
tienen fuentes históricas concretas,
como es con Argantonio, el último rey de
Tartessos . Las
referencias a esos tiempos, son
las Columnas de Hércules,
tal como se conocía
Gibraltar en la antigüedad; los
toros de Gerion o el de
las manzanas de las
hespérides. También la
Biblia mencionaba a Tarsis,
y también los
posteriores historiadores y
geógrafos grecolatinos.
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