AQUEL DURO
VERANO DEL 76
Dios
mio, y ya
van para cuarenta
años. Ayer tarde, muy
al caer la
tarde , me bañé en
la playa cercana
a la que fue
casa de mis
padres en Almería ,
en Ciudad Jardín, la
conocida playa de San
Miguel. Compartí el
baño con dos
matrimonios vecinos amigos
de este entrañable barrio de ciudad
Jardín. Durante aquel rato comentamos todo
lo que había
cambiado en pocos
años aquel entorno ,
y como se había convertido
ahora en un
lugar de encuentro
de muchos jóvenes
de Almería, junto a una pizzería nueva y una buenísima
heladería italiana. Alguien nos
hizo recordar que
ahora estaba a
punto de cumplirse en
aquel mismo lugar
el cuarenta aniversario
de un trágico
suceso que entristeció
a toda una
ciudad y puso
de luto para
siempre a una
muy querida y
noble familia almeriense.
Recordábamos como
a todos los
jóvenes de entonces
en Almería muy
comprometidos de alguna
forma en la
inquietud social a
la que llevaba
el tiempo político
de aquella ultima
fase del tardo
franquismo y tras
la muerte de
Franco, con la
reforma política y
el inicio de
la transición. Unos
comprometidos desde el
punto de vista
religioso y evangelico
por la marginación,
los barrios mas
pobres, el paro,
etc y actuando
en equipo con
grupos de acción
católica o de
compromiso parroquial en
los suburbios almerienses.
Otros jóvenes comprometidos
en su perspectiva
de la lucha
política con el
mundo obrero y
con el incipiente
mundo de los
partidos de vanguardia
obrera que la
temperatura política de
una lenta reforma
política para ellos
ponía al rojo
vivo , cazsi a punto
de estallar cuando
ya al régimen
de Franco solo
sobrevivía en nombres
afines a la
Secretaria General del
Movimiento, aun sin
desmontar desde la
Monarquia. Para desmontar aquello
se habia penado
en un hombre. Adolfo Suarez. En
Almería, a muchos jóvenes
comprometidos de esta
o aquella otra
manera, nos había
pillado casi de
sorpresa aquel 3 de
Julio de 1976, el
nombramiento de Adolfo
Suarez como
presidente del gobierno por el
Rey Juan Carlos I, tras
la dimisión de Carlos Arias Navarro . Este hecho fue
saludado con optimismo
por la prensa
almeriense que recordaba
la enorme vinculación desde hacía
años de Adolfo Suarez con
la ciudad , ya
que Adolfo Suarez había venido veraneado
en Cabo de Gata,
en la conocida finca
de “Los Trancos” .Sabíamos muchos
en Almería que
desde hacía años
un sencillo hombre
del barrio de
pescadería, como era Juan “el
corto” de la
familia “ de
los cortos “, hombre de
mar, pero muy
servicial cuando llegaba
el verano preparaba con
esmero su barco
para que navegase
en Cabo de Gata la
familia , niños incluidos,
de don
Adolfo “el ministro” ( de ahí
que muchos conociesen
a Juan el
corto como “el ministro”,
pues incluso se decía que
él le había
buscado aquel puesto
de conserje y
vigilante en la
Delegación de Telefónica
en Almería .La amistad
y complicidad en el navegar entre
ambos era muy
grande. Además el
jefe del Gabinete de
prensa de Adolfo
Suarez era un
conocido almeriense como José María Martínez de
Haro nacido en Garrucha .
Aquel verano
del año 1976, se avecinaban
acontecimientos cruciales para
el país. Pero
a pesar del
nombramiento de Suarez
y al igual que
en años anteriores, el
viernes 6 de
Agosto llegaba a Almería con toda su
familia para descansar
unos días en la
finca “Las Norias “.
Las medidas de
vigilancia y precaución
se redoblaron. Había una
gran tensión política
en toda España, pues
se vivían momentos
políticos complicados. La policía
y la guardia
civil aun reflejaban
en sus acciones
ciertos tics de
prepotencia provenientes del
tardofranquismo. Se habían
extremado hasta el límite
las medidas de seguridad
en torno al
primer mandatario y
se dieron instrucciones
severísimas a las fuerzas
de Seguridad del Estado, como
lo prueba la
muerte de Carlos
Hernández Expósito por
disparos de la guardia
civil acaecida cerca del
Puente de Segovia de
Madrid en la
madrugada del día
18 de julio.
Aquel mes
de Agosto de
1976 , recuerdo por
mi parte que nos encontrábamos un
grupo de jóvenes compañeros ayudando
en el almeriense
pueblecito de Lubrin,
a su párroco
,el conocidísimo y
activo sacerdote D. Andrés
Angulo, con respecto
a un plan
social de ayuda a
jóvenes del pueblo, y con
clases de refuerzo a
alumnos con dificultades,
acompañamiento, e incluso
trabajos de interés
social. Como en la
popular película de “Cuéntame” en
la distribución de
cargos, responsabilidades y empleos,
a Rafael Verdejo y
a mí nos había tocado
la parte “obrera “ del plan
concebido previamente por
Manolo Tejera y
en el que
participábamos entre otros,
además de Manuel
Hidalgo, Ramón Romero, José
Cabeza, José Vives,
Wenceslao Soto y
algún compañero mas. Rafa
Verdejo y yo
terminamos convertidos en
“fornidos albañiles” en un
trabajo algo forzado que nos
buscó
el párroco D. Andrés.
Quizás hicimos la parte más ingrata
de dicho plan
y mientras digeríamos
lentamente las “agujetas “ que nos salían por
todo el cuerpo
al no estar
acostumbrados a levantar sacos
de cemento de
60 kilos y preparar
rápidamente cubos de
arena y cemento
para hacer aquellas
mezclas . Muchas veces hemos
comentado que nunca
estuvimos con más
fuerza muscular que
en aquellos días
del verano del 76.
Adolfo Suarez ya solo pudo estar en Almería aquel
año tres días, hasta
el lunes día 9
de Agosto. Había muchos
temas pendientes en la
Moncloa , en esa “aceleración
“ que el
rey quería imprimirle
a la reforma
política en España,
cuyo brazo ejecutor visible
seria el mismo Suarez.
El día
12 de Agosto la prensa
de Almería daba la
noticia de que
su hija Marian Suarez
Iliana iba a ser proclamada “ Reina de
las fiestas patronales
en Cabo de Gata”. Eso motivó
que el 13 de
Agosto, Adolfo Suarez
tuviese de nuevo
que volver a Almería para
cumplir con aquella
deferencia del pueblecito
costero almeriense, en
un viaje no
previsto , y extraordinario por
este motivo. Mientras el
alcalde de Cabo de Gata,
Amos Jurado Albacete imponía
la diadema y
las bandas a la
Reina de
las fiestas dos
piquetes de militantes
de la Joven Guardia Roja de Almería
ultimaban los preparativos
para realizar las
típicas pintadas reivindicativas de
aquel tiempo convulso, en algunas zonas
de Almería. Siempre
siguiendo el relato
de J. Ruiz Fernández
( en su libro
: La transición política
a la Democracia
en Almería ) llegamos
a saber posteriormente que
conocíamos sobradamente a
los tres del
primer piquete , a Joaquín Bretones, Inocencio
Navarro y Salvador
Oyonarte, por haber
convivido durante mucho
tiempo con nosotros
en las instalaciones
de los jesuitas
en Almería, con
miembros de scouts
católicos y Comunidades
de Vida Cristiana
y que ahora
como jóvenes estudiantes
universitarios en Granada
habian adquirido una
nueva conciencia de compromiso
desde un partido
de lucha radical
y rompimiento con
la reforma política
a la que
consideraba una mera
continuidad del franquismo. A
este piquete conocido sobradamente
por nosotros supimos
también después que
le correspondió las
pintadas reivindicativas del casco
histórico de Almería; al segundo
piquete (menos conocido por nosotros) compuesto
por Pepe Tesoro,
Mateo Alfonso y
el propio Francisco
Javier Verdejo ,
le tocó la
zona del Zapillo y
Ciudad Jardín. Y
tras repartirse los
botes de “spray”
marcharon a sus
puntos de destino.
Sin
embargo, el piquete en
el que iba
Francisco Javier Verdejo
se dirigió a
la playa de San
Miguel en la
zona del Zapillo de Almería con
la misión de
realizar una pintada
bajo el lema
del Partido del Trabajo de España
: “Pan , trabajo y libertad “ . Llegados los
cuatro jóvenes al hoy desaparecido Balneario de San
Miguel, en pleno barrio
marítimo residencial, Javier
Verdejo se dispuso a realizar
la primera pintada
en la pared
del viejo balneario, mientras
que sus tres compañeros de aventura
vigilaban los callejones
adyacentes para alertar
de la presencia de
fuerzas de Seguridad. El joven
almeriense solo pudo escribir “Pan t…” De pronto
se vieron sorprendidos
por una pareja
de la guardia Civil
del puesto de Vigilancia
Fiscal Anticontrabando del Zapillo.Al notar
que le alumbraban
por la espalda
con una linterna,
intentó Javier correr
en dirección a
la playa , encontrándose con
un segundo guardia
civil que, cerrándole el
paso, simultaneó la
voz de “alto “
con un disparo
mortal
. Al
día siguiente, Sábado 14
de Agosto la triste
noticia se propagaba
con rapidez por
toda Almería. Y también, la
trágica noticia llegó
hasta nuestra improvisada “misión joven “ en
la escuela del pueblecito
de Lubrin. El amanecer
de aquel duro sábado
14 de Agosto la
noticia se filtró
por entre los
transistores que teníamos
encendidos mientras nos aseábamos, nos duchábamos
o desayunabamos. En principio,
Rafa Verdejo confundió
el nombre de
Javier con el
de su hermano. Era
sin embargo el
nombre de su
primo Javier Verdejo
Lucas, que estudiaba
farmacia en Granada,
hijo del antiguo y
querido alcalde de Almería , don
Guillermo Verdejo Vivas
el que había
perdido la vida
trágicamente alrededor de las doce
de la noche
del día anterior. El
mas tarde periodista
Manolo Hidalgo nos
acercó rápidamente en
un coche a
la casa familiar. Las
noticias y el desconsuelo se
apoderó de todos nosotros
en breves momentos
pues conocíamos ampliamente a toda la
familia. Era una trágica
realidad muy difícil
de asimilar en
aquellos instantes en un
país que casi
emprendía una nueva
revolución política. Pocos días antes
Adolfo Suarez había
dicho en declaraciones
especiales a la
prensa internacional : “SORPRENDEREMOS AL
MUNDO “.
La
misa de “corpore
insepulto “ se celebró
el sábado, día 14
a las 5
de la tarde. Al
terminar el funeral
en la Iglesia de
San Pedro , la
masa de gente
impidió que el
féretro fuese introducido
en el coche fúnebre
y entonces fue
portado a hombros de
sus compañeros de
partido por las principales
calles de Almería,
en medio de lágrimas
de dolor, puños
en alto, indignación
popular y rabia contenida . Ya
en la entrada del
cementerio las Fuerzas de Orden
publico impidió que
entrasen los manifestantes
al recinto, mientras
el cortejo f fúnebre se introducía
en el cementerio. Previamente la
familia Verdejo había
recibido el pésame por
parte del Gobernador
civil, y del
propio Adolfo Suarez al
que se le
veía consternado. Regresamos tristes
todos al pueblo
de Lubrin. Al poco
tiempo de nuevo allí
el impacto de
la muerte , en esta
ocasión de un
pobre pastor amigo
nuestro del pueblo, sorprendido por
un rayo en
medio de una
dura tormenta veraniega, en
medio del campo, rodeado de
sus cabras, nos acabó de
dejar fuertemente tocados.
En
la playa del balneario
de San Miguel, donde cayó
muerto Javier, quedaron depositados tres ramos
de claveles rojos,
así como un bote
de cristal en
cuyo interior había
una poesía del
profesor y poeta
almeriense Ángel Berenguer dedicada
a Javier Verdejo, colocándose una cruz
de caña de
medio metro de altura
rodeada de flores. Así nos
recordaba J. Ruiz aquellos
duros días de
Agosto del 76
en la conocida playa de
San Miguel en
Almería. ¿Muerte accidental o
asesinato frio? ¿ La
excesiva vigilancia y
precauciones ante el
nuevo Presidente visitando
Almería había puesto
nerviosos a unas
todavía instaladas en
el post franquismo
fuerzas de seguridad
hasta el punto
de primero disparar
y luego preguntar ?
¿ Un exceso de
celo profesional mas
propio del antiguo
régimen de disparar
a todo lo
que se moviese
sospechosamente ¿ Años
después con el
famoso “ Caso Almería “ se
demostraría que las
fuerzas de seguridad
mantuvieron aún muchos
años después por
negligencia de los
mandos en esta
ciudad mediterránea, métodos
y premisas propias
de un estado
dictatorial nada acorde
con el Estado
de Derecho .
Hoy
al salir de
la playa, he
recordado aquel punto, aquella esquina,
en la playa,
junto al
antiguo balneario, hoy
una heladería donde
se citan los
jóvenes, muy alejados
de motivaciones políticas ,
y quizás más
cercanos a un
consumo y caza
de pokemos . Ya no es tal
como estaba entonces. Han
pasado cuarenta años,
pero todavía las
cicatrices de aquel
hecho doloroso siguen
marcando nuestro recuerdo
el de montones
de personas que
entonces eramos jóvenes
y queríamos un
cambio que acabase
con tantas injusticias
en los mas
frágiles de la
sociedad.
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