MI PRIMERA
FERIA DE ALMERIA
Acostumbrabamos a veranear en Roquetas de Mar , el pueblo de mis padres. Y el final de este veraneo o descanso lo marcaba la feria de Almeria en la ultima semana del mes de Agosto.
No llega mi memoria a alcanzar cuál es la feria de verano que quedó por primera vez en mis retinas. Las fotos están ahí marcadas con fechas, y creo que fue cuando entre tres y cuatro años me llevaron a aquella feria de Almería, frente al puerto de la ciudad, junto al muelle de levante, y junto a aquella escalinata real que un día sirviera para desembarcar allí al rey Alfonso XIII y ahora servía para que le diéramos unos inmensos lametones a una masa enorme de algodón endulzado o comiéramos aquellas manzanas azucaradas o merendásemos aquellas medias lunas que se vendían en los puestos de aquella feria nocturna pero calurosa con los ruidos atroces de los cochecitos de choque o la noria dando sus inmensas vueltas con gritos de los críos que se divertían y mareaban dando vueltas y vueltas con el asombro de sus padres.
La primera
vez que mi
madre nos vistió
de feria, dispuestos
a pasar por
la caseta municipal
y extasiarnos con
aquellas canciones entonces
de moda :”a lo
loco se vive
mejor “ Se acababa el
verano, veníamos de haber
pasado horas y
horas junto a
la arena de las
inmensas playas de
Roquetas de mar,
y teníamos como
un presentimiento de que pronto
dejaríamos todo aquello
que suponía abuelos,
tíos, familia, el ambiente
tranquilo y rural
de cortijos, animales
de corral, vida sencilla
para volver de
nuevo a la
vida cotidiana, en
aquello entonces al
otro lado del
estrecho. Pero mientras había
feria, había una
vida inmensa de alegría,
de sonrisas, de
juegos, de niños
que nos dejaban
hasta altas horas
de la noche
mientras los adultos charlaban incansablemente de
sus cosas mientras tomaban
sus cervezas y
sus tapas, y
nosotros nos sorprendía
la madrugada casi
agotados, de cansancio,
de sueño…pero felices
. Jornadas inolvidables de
ambiente ferial que
permanecen toda la
vida en el corazón
de
un niño y
que luego traslada
a su mundo de
adulto.
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