Todos sobrevivimos a base de historias; son las balsas que nos mantienen a flote
En parte, la obsesión que
tiene por las
historias el escritor
Felipe R. Navarro viene
de las historias
de su familia
en Almería contadas alrededor
de la lumbre,
y de una
mesa de cocina. Autor
de libros de cuentos e
historias como Hombres felices;
“Me obsesionan muchas
cosas, pero, sobre
todo las historias.
Las historias se contienen unas
a otras hablan
entre sí de
diversos modos, y
esas relaciones también
me obsesionan, las
que son reales
y las que
son construidas, las
que construimos, que
son mayoría. Yo creo que
todos sobrevivimos a
base de historias, las historias
son como aquellas
balsas que nos
mantienen a flote
en los naufragios
de la vida,
historias que nos
contamos para resolver
esos interrogantes que
surgen en el camino
de la vida. La
escritura es una
necesidad, un intento de
compresión, y si
eso no está
presente resulta una escritura
fallida, invalidad, no
me interesa. No me
interesa hacerla, ni
tampoco leerla. Mi fascinación
por el cuento
nace de las
lecturas que prefiero,
de los autores
que amo, y
de una cuestión de
respiración, creo que
gano más aire
escribiendo cuentos, con toda
la libertad formal
que me permiten,
que escribiendo en
otros géneros. Yo creo
que todo puede
convertirse en un
cuento, y por
tanto no hay
material en la
vida, en la
vida diaria del
hombre contemporáneo, y
en la mía
misma, que no
me sirva para
el relato. Todo vale,
todo me vale,
vale coger y
vale mirar y vale escuchar
y vale imaginar
hasta rebuscar en
las basuras literarias. Todo vale
para generar preguntas,
que es lo que
interesa y que
es lo que
nos coloca en
la posición de salida
hacia la historia,
estar ante la
pregunta , como
formularla, con que lenguaje.
Más que las
respuestas son las
preguntas las que
nos mueven y
nos conmueven”.
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