La zooterapia : intervenciones asistidas con animales para mejorar el bienestar de niños con problemas de aprendizaje.
Hace un año
que el colegio
La Salle de Valladolid decidió
poner en marcha
un programa de terapia asistida
con perros para
mejorar el bienestar no
sólo de los niños
con problemas de aprendizaje
o interacción social,
sino también con fobias,
dificultades de autocontrol, autoestima,
impulsividad, ansiedad,
memoria o razonamiento. Diego Fernández
Requejo, director de dicho
colegio se le
ocurrió un día
meter “en nómina” a
Kiara: “un cachorro
de cocker spaniel
que me regalaron. Tuve que
pedir ayuda profesional
pues era ingobernable. En su
proceso de adiestramiento me
di cuenta de
que era yo
mismo quien tenía
que recibir educación. Aprendí a escuchar, a
interpretar y a
comunicarme de otra
manera. Fue un proceso
personal muy interesante
que vi que
era trasladable a
un entorno educativo
en la escuela” .
Y fue el
equipo directivo del Colegio La Salle el
que comenzó a trazar
su propia hoja de ruta, contando con profesionales
para la selección del
animal: “Había que encontrar
un perro tranquilo
y con mucha tolerancia
a la frustración. Así a
través del diseño minucioso de
las sesiones de intervención y
la guía experta
del equipo de adiestradores, atendimos
las necesidades físicas,
psicológicas, cognitivas,
educativas y socio afectivas de
nuestros alumnos. A los
autistas les costaba
centrar la atención. Hicimos paseos
con el perro,
les enseñamos donde
tienen las patas
o las orejas, para
que las toquen. Son
pequeños momentos en los
que atienden…y sonríen”. Fernando Vázquez, director del
Hospital Clínico Veterinario de
la Universidad Alfonso X
de Madrid, afirma que “cualquiera de
esas terapias crean
beneficios a nivel
cognitivo y de mejora de
calidad de vida porque
liberan sustancias hormonales
que generan bienestar.
El animal crea
lazos afectivos y de
relajación. Establece unas relaciones
diferentes porque el
crío no le
pide nada y
el animal tampoco. Te ve
como un igual. Se
produce un volcado de
emociones mucho más fácil
que con los humanos. Son
terapias muy complejas
que deben ser supervisadas
por un equipo
interdisciplinar de
entrenadores, psicólogos, fisioterapeutas. No se
trata de poner
a un perro
junto al niño
para que juegue
y ya está. Eso
no es. Pueden
parecer juegos , como
creen los niños,
pero son sesiones muy
trabajadas. Así un
niño, en caso real,
que no hablaba
a causa de una exagerada
timidez e inseguridad
se consiguió un auténtico milagro
tanto en su
relación con el
perro , como luego en
el ambiente familiar
y escolar casi
increíble”.
Entre los animales
utilizados últimamente en
zooterapia figuran los
caballos, las aves
rapaces, los delfines y
por supuesto los
perros. Con los caballos
se trabajan el lenguaje
corporal y la
postura. Se crea un
entorno de muchos estímulos
diferentes. Encima del caballo, a
los niños no
les queda más a remedio que centrarse
y sujetarse. Así gracias
al movimiento del animal, “salen”
de su mundo.
Las águilas y
los búhos son muy eficaces con los
adolescentes, con trastornos de
conducta porque estos
se ven reflejados en el
carácter de estas
aves independientes y
altivas. A los autistas
les fascina un
animal que permanece
inmóvil ante ellos
mirando fijamente con
sus enormes ojos. Con
los delfines impresiona los
ultrasonidos que emiten,
que generan impactos
positivos en sus sistema
nervioso. Pero sobre todo se trata
de una terapia de la
felicidad. También las ocas. Jugando con
los niños les
ayudan a abrirse más a
su entorno, a ser más
receptivos a los estímulos
que les rodean.
Y por último
los perros pueden
convertirse en auténticos
asistentes si viven
con la familia del
niño. Lo tranquilizan en las
rabietas o durante
baños y comidas. Si se levanta
por la noche, avisan a los
padres. Y en el
parque no se separan de él. Le dan
calidad de vida y
autonomía personal.
Por
tanto…
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