Buscamos tesoros muy lejos cuando tenemos otros muchos muy cerca y no sabemos percibirlos
Lo cuenta el
jesuita Toni de
Mello en su
libro segundo La oración de
la rana: Una
noche, le fue
ordenado en sueños al rabino
Isaac que acudiera
a la lejana
Praga y que,
una vez allí
desenterrara un tesoro
escondido debajo de un puente que
conducía al palacio
real. Isaac no se
tomó el sueño
en serio; pero, al
repetirse este cuatro
o cinco veces, acabó decidiéndose a
ir en busca del
tesoro.
Cuando llegó al
puente, descubrió consternado
que estaba día
y noche fuertemente
vigilado por los
soldados. Todo lo que
podía hacer era contemplar el
puente a una
cierta distancia y esperar
algún descuido. Pero,
como acudía allá
todas las mañanas,
el capitán de la
guardia se le
acercó un día
para averiguar el porqué. El rabino
Isaac, a pesar
de lo violento
que le resultaba
confiar su sueño
a otra persona,
le dijo al
capitán toda la
verdad, porque le
agradó el buen
carácter de aquel
cristiano. El capitán soltó
una enorme carcajada
y le dijo: ¡Cielos! ¿Es usted
un rabino y
se toma los
sueños tan en serio? ¡Si
yo fuera tan
estúpido como para
hacer caso a
mis sueños, ahora
estaría dando vueltas
por Polonia! Le contaré
un sueño que
tuve hace varias
noches y que se
ha repetido unas
cuantas veces: una voz
me dijo que
fuera a Cracovia y
buscara un tesoro
en el rincón de la
cocina de un
tal Isaac, hijo
de Ezequiel ¿No cree usted
que sería la
mayor estupidez del
mundo buscar en Cracovia
a un hombre
llamado Isaac y
a otro llamado
Ezequiel, cuando probablemente
la mitad de
la población masculina
de Cracovia responde al
nombre de Isaac,
y la otra
mitad al de Ezequiel?
El rabino estaba
atónito. Le dio
las gracias al
capitán por su
consejo, regresó apresuradamente a su
casa, cavó en
el rincón de su
cocina y encontró
un enorme tesoro,
tan abundante que
le permitió vivir
espléndidamente el resto de
sus días.
A raíz de
esta parábola cuenta
el jesuita Toni de Mello que: La búsqueda espiritual es un
viaje en el
que no hay distancias.
De donde
estas en este
momento, vas adonde
has estado siempre.
Pasas de la
ignorancia al reconocimiento, porque
lo único que
haces es ver
por primera vez lo
que siempre has
estado mirando.
¿Quién ha oído
hablar de un camino que
te lleve a ti
mismo, o de un
método que te convierta
en lo que
siempre has sido?
A fin de
cuentas, la espiritualidad es
cuestión únicamente de ser
lo que realmente
eres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario