jueves, 21 de julio de 2016

Ver y mirar

Aprender a ver la diferencia entre ver y mirar

Casi todos sabían que él era inefablemente un contrabandista. Se había hecho incluso entre las leyendas del territorio, muy célebre por sus hazañas en el mundo del contrabando. Pero nadie jamás había logrado descubrirlo y mucho menos demostrarlo. Con frecuencia cruzaba de la India a Pakistán a lomos de su burro y los guardias fronterizos, aún sospechando que contrabandeaba, no lograban obtener ninguna prueba de ello. Transcurrieron los años y el contrabandista ya de avanzada edad, se retiró a vivir plácidamente a un pueblo en la montaña. Cierto día, uno de los jefes de los guardias fronterizos, que acertó a pasar por allí y le reconoció, le dijo:

- He dejado de ser guardia, me he jubilado, y tú también de ser contrabandista. Quiero pedirte un favor. Dime ahora, amigo mío, una sutil confidencia, que me arde la curiosidad, ¿Qué era lo que contrabandeabas?

Y el hombre sonriendo dijo:

- ¡! Burros ¡!



Así como los guardias fronterizos jamás repararon en lo más evidente, muchas veces nosotros también cegados por nuestros apegos y aversiones, no nos percatamos de esa última realidad que nos puede proporcionar entendimiento correcto y modificar la mente y las actitudes. HAY QUE APRENDER A VER Y NO SOLO A MIRAR SUPERFICIALMENTE Y COMO DIRÍA IGNACIO DE LOYOLA: “ SABOREAR LAS MIRADAS…EN UNA SENCILLA CONTEMPLACIÓN PARA ALCANZAR AMOR”.









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