jueves, 21 de julio de 2016

Amigos y animales

Me entero por la prensa que en la prisión de Almería, su centro penitenciario, denominado El Acebuche, buscan nuevos modos de terapia para subir la autoestima, a los internos de la cárcel, con arte (pintura y literatura) y a través de los perros. “Numerosas investigaciones demuestran que los animales nos proporcionan el don de sentirnos necesarios, nos dan un sentido de familia, de seguridad, de ánimo para hacer ejercicio, de sensibilidad hacia nuestro estado de humor”. Los animales son terapeutas natos. Por lo experimentado es un método eficaz para mejorar la autoestima de los internos, reducir la monotonía, favorecer la relación entre funcionarios y reclusos y disminuir la frustración, la conflictividad y la violencia : "Demuestran con los perros, que se consigue una reducción de la violencia,, suicidios y consumo de drogas”. Y es que los animales…nos HACEN SER MEJORES HUMANOS. 

Cuenta A. Gª Barbeito, en uno de sus bonitos artículos en ABC que HACÍA TIEMPO QUE NO LLAMABA A UNO DE SUS AMIGOS: “ Lo llamé. No me dio tiempo ni a decirle hola: Le echó la bronca. No hice lo que tendría que haber hecho, colgar. Opté por decirle unas palabras:”Iba a preguntarte que si estabas en tu casa, para ir a verte, pero no me das opción más que a callarme. Y por si no has caído, he sido yo el que ha llamado….”. A todos nos ha pasado. O hemos llamado y nos han echado la bronca, o nos han llamado y nos hemos puesto muy desagradables. Los humanos somos así, somos capaces de llevarnos media vida llenando sacos de quejas, en vez de ir acumulando cariño durante la ausencia. Benditos amigos, los amigos que sólo amontonan ganas de vernos y cariño. Por eso quiero tanto a estos amigos y a los animales, tan parecidos. Te llevas meses sin ver a animales a los que quieres, que se hicieron a ti como tú a ellos, y un día oyen tus pasos, tu voz, huelen tu presencia, y todo es fiesta, ojos que se les salen, saltos, gritos de alegría, y se revuelcan por el suelo para que los acaricies, se rozan por ti, necesitados de darse a quien quieren, te muerden sin fuerza para quererte sin hacerte daño, se abrazan a ti, y no hay en ese momento mejor alimento que un abrazo nuestro, unas  palabras que digan su nombre y, como a un niño, dedicarles mimos y caricias y darles el regalo del juego. Amigos que te ven y te abrazan reforzando el nudo de la amistad y el cariño; animales-gatos y perros- que ronronean o ladran para que te vuelques con ellos. Amigos que miden el cariño en vez del  tiempo, y no hablan más que para celebrarnos; animales que solo saben querernos, sin un mal gesto. Mis queridos amigos, mis queridos animales, tan parecidos…






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