Caballeros andantes de nuestros días: caballeros legionarios
Cinco de
marzo, 2016. 8:00 de la
mañana, autovía A7. Autovía
del Mediterráneo, que une
Almería con los núcleos superpoblados
como ciudades dormitorio
de Aguadulce, Roquetas de
Mar, Vícar, El Ejido. Intensidad
de tráfico de
toda la gente
que se incorpora
en horas punta a sus
actividades laborales. De pronto
a la altura
del elevado puente
de Bayanna, un camión de
gran tonelaje al
intentar esquivar un vehículo kamikaze conducido por
un señor de 76 años con
sus facultades mermadas
acaba colisionando con
otro vehículo donde
viajan dos padres
jóvenes con su
hijo de 11 años, que
se dirigía a
su colegio en Almería y
que también habían
intentado esquivar el vehículo kamikaze.
No lejos de
allí, a unos
50 metros, el
siniestro ha sido
presenciado por un
legionario que se
dirigía a su
base de la
legión en Viator. El legionario
es Carlos Berbel y
está destinado en
esos momentos en el Tercio
Don Juan de Austria, III de
la Legión. Al percatarse
de la situación,
ha detenido su v vehículo
y ha avisado inmediatamente a
los servicios de emergencias del 112. Acto
seguido, se apea de su vehículo y
se dirige hacia
el camión. Viendo que
la situación del camionero
es leve y
está controlada, llega
a la altura
del automóvil, percibe
que dentro del habitáculo del
coche siniestrado (y empotrado
entre el
camión y el
quitamiedos) que hay un
menor inconsciente y
que los adultos,
sus padres que
le acompañan presentan
signos de gran nerviosismo.
Logra nuestro caballero
legionario introducirse por
una ventanilla, pues
el coche estaba
atrapado entre camión
y barrera quitamiedos. Tras diez minutos
de atenciones, el
menor reaccionó vomitando,
y el legionario
actuó impidiendo que se
atragantara. En ningún momento se
separó del chico
herido, tranquilizó a los
familiares hasta que
llegaron los servicios
de emergencias, que
evacuaron a los
heridos al Complejo Hospitalario de Torrecadenas en
Almería.
Acto seguido, cuando
ya se había
restablecido el tráfico,
algunos vieron al
caballero legionario Carlos
Berbel, sacudirse algo
del polvo y
de las manchas
de haber reptado
por el suelo
y entre el vehículo y
como cualquier día, arrancar
su vehículo para
dirigirse a su
destino en la Base
de la legión
en el cercano
pueblo de Viator:
“Mientras tanto, la Guardia Civil llegó a la zona del atestado. Al comprobar que Carlos estaba en el interior del maltrecho vehículo atendiendo al muchacho, un agente le preguntó si era sanitario, a lo cual Berbel respondió: “No soy médico, soy Legionario”. Entonces, y siempre en palabras de nuestro militar, al ver el control que Berbel tenía sobre la situación, la Benemérita se dedicó a asegurar los alrededores. Finalmente, tras la “impresionante” actuación de los bomberos que “abrieron el coche como si fuera mantequilla”, recuerda Berbel, el niño fue trasladado al hospital.El Legionario explica que su rápida actuación se debió a los “conocimientos adquiridos durante su instrucción militar”. Carlos, que además es socorrista titulado, recuerda que: “Sabía lo que tenía que hacer, en ningún momento dudé”; además cuenta que lo que más le preocupaba de toda la situación, por encima de su seguridad personal, era “perder al chico”. Reflexiona: “Nos enseñan a salvar una vida pero, ¿Cómo le dices a la familia que la has perdido?”. Pero esta dramática, y a la vez esperanzadora historia no concluye ahí. Días más tarde, y gracias a un comunicado difundido a través de las redes sociales en el que la madre del niño accidentado agradecía la atención del Legionario, tanto la familia como el militar pudieron ponerse en contacto. “Esperé a que el niño saliera de la UCI para ir a visitarle al hospital y llevarle un peluche de la cabra de la Legión”, explica Carlos y recuerda entre risas: “Él no se acordaba de mí, pero le hizo mucha ilusión, a él y a la familia, mi visita”. Fue en el hospital dónde un facultativo médico aseguró que, de no haber sido por la continua estimulación que el militar prestó al niño, posiblemente hubiera sufrido graves daños cerebrales."
Un héroe casi
anónimo, de esos
héroes que aparecen
en el sitio
oportuno y en
el momento oportuno
y que nos
hacen ver a
veces la vida
de otra manera,
con otra mirada,
con otro talento.
Pidamos a la
vida que siga
habiendo todavía personas
en los caminos
de la vida
y la historia que
casi olvidándose de
ellos, sepan ponerse al
servicio de una causa
noble.
No hay comentarios:
Publicar un comentario