TRIGO DE LAS TUMBAS EGIPCIAS
En la tumba de uno de los antiguosFaraones de Egipto fue halladoUn puñado de granos de trigoAlguien tomó aquellos granos,Los plantó y los regó.Y para general asombro,Los granos tomaron vidaY retoñaron al cabo de cinco mil años
Dice Toni
de Mello: “Cuando alguien
ha alcanzado la luz,
sus palabras son como
semillas, llenas de vida
y de energía. Y
pueden conservar la
forma de semillas durante
siglos, hasta que son sembradas
en un corazón fértil y
receptivo”: “Yo solía pensar
que las palabras escritas estaban
muertas y secas. Ahora
sé que están
llenas de energía
y de vida. Era mi corazón el que estaba
frío y muerto,
así que ¿Cómo iba
a crecer nada
en él?”
DE UN RECORTE DE PRENSA
La investigadora
israelí Sarah Sallon
ha dado vida
a un sueño: la germinación de una semilla de
hace 2000 años. Ni
más ni menos. La
semilla , de palmera datilera, apareció en las
excavaciones que un equipo
israelí llevó a
cabo hace más de
30 años en
la bíblica y
aislada montaña de Masada, situada en el
desierto de Judea, al
lado del Mar Muerto.
“MASADA NO
SE RINDE, MASADA NO
CAERÁ DOS VECES”
El escenario de
Masada, es famoso
por la decisión de 960 judíos en el año 73 (D.C.) que tras
semanas de asedio
de las fuerzas romanas, prefirieron inmolarse
en masa antes
que rendirse. La semilla
acabó en un cajón
del director de arqueología botánica
de la
Universidad de Barllan, Morchedai
Kislef. Sallon explicó que
un día, por casualidad,
le pidió la
semilla a Kislef:
“Estas loca” -me dijo, pero
finalmente me dio
tres semillas”
Sallon, pediatra del University
Collage de Londres y especialista
en plantas medicinales de Oriente
Próximo, se las llevó
a su colega Elaine
Solowey, experta en el cultivo
de la
palmera y profesora
del Instituto Arava
de Estudios Ambientales.
Ninguna tenía
mucha fe, pero el experimento funcionó. Solowey había colocado la
semilla en a gua caliente
para ablandar la cubierta, después la sumergió
en un compuesto rico en
nutrientes, enzimas y
fertilizantes y la
puso a una maceta. Seis semanas después, Solowey vio
con sorpresa abrirse la tierra y
surgir un pequeño
tallo verde.
Los investigadores creen
que las semillas eran restos de las provisiones de los
inmolados en el fuerte de
Masada. Allí mismo, sufriendo
un calor infernal,
los expertos israelíes
afirman que “es la
semilla más antigua
que se ha germinado”. Como no podía
ser de
otra forma, los padres
del descubrimiento han
recurrido a la Biblia para
bautizar a la
afortunada semilla: Matusalén como
el famoso patriarca hebreo y
abuelo de Noé, que, según el Antiguo
Testamento, vivió 969 años.
La palmera
tiene ahora una
altura de 30 cms.
Y ha
producido siete hojas, una de
las cuales está siendo analizada concienzudamente en los
laboratorios. Las pruebas de ADN indican
que la semilla
tenía aproximadamente 1900
años por lo que, teniendo en cuenta, posibles errores de
cálculo (50 años más
o menos) la fecha de
la semilla data del periodo
que va del año
35 (a.C) al 65 (D.C) poco antes del
asedio final romano
a la fortificación
de Masada.
El arqueólogo israelí
Rudy Chaim explica
que la importancia radica en los
años: “No son muchos
los casos en
los que se logra
germinar una semilla
tan antigua. En Israel, las semillas que más abundan
en excavaciones arqueológicas son
de dátiles y
olivas. Además, no podemos obviar
el carácter antropológico debido
al estrato arqueológico del
que se trata”.
La palmera
del dátil simboliza
el antiguo Israel. Históricamente, se cree
que el dátil fue
cultivado por primera vez hace
3000 años en las tierras que
hoy pertenecen al actual
Irak. Para el
Antiguo Egipto significaba
la fertilidad, para los
hebreos y griegos,
la victoria, para los
fenicios, la santidad (la famosa
Diosa Palmera) y
para los árabes, el árbol de la
vida. Miles de años
después, el dátil sigue siendo
fundamental como fuente
de hidratos de
carbono para millones de
personas de todo el
mundo.
Solowey afirma
que “normalmente las
plantas que crecen de semillas
muy antiguas suelen morir
muy pronto”. Si Matusalén prospera con fuerza, esperamos que
esta palmera nos
revele los secretos
de su pasado (sueñan en
voz alta los científicos). Para
Sallon, no es
ningún sueño: “¿Quién iba a imaginar
que tras 2000
años brotara de la
tierra una semilla como
esta?”
DICE EL EVANGELIO:
“Cómo se le juntaba mucha gente y en cada pueblo se iban añadiendo más, les dijo esta parábola:
- Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrar algo cayó en la vereda, lo pisaron y los pájaros se lo comieron. Otra parte cayó en las rocas, y al brotar se secó por falta de humedad. Otra parte cayó entre zarzas, y las zarzas, brotando al mismo tiempo, lo ahogaron. Otra parte cayó en tierra buena, brotó y dio fruto al ciento por uno.
Dicho esto, exclamó Jesús:
-¡!Quien tenga oídos para oír, que oiga¡!”(Del evangelio de Lucas 8,4-8)
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