SABER RELATIVIZAR: SI NADIE
ES CONSCIENTE DE
TU EXISTENCIA EN
EL MUNDO, !TÚ TRANQUILO!
Recuerdo estos días, aquel
compañero, que un día en Granada estaba indignado
y se lo
llevaban los demonios,
y lo expresaba
ante todos nosotros
con rabia, porque en
el diario local (el
Ideal de Granada )
no aparecía ni
el resultado ni
la más mínima
y remota crónica
de aquel "heroico" partido de rugbi
que habían ganado
a los de
Ciencias en la
liga universitaria de
rugbi, tras un
partido épico con
barro hasta las
encías, y con golpes
y puñetazos en
las más profundas
de sus hendiduras. Otro compañero
que escuchaba atónito la
escena, le contestó con
cierta ironía que igual
venía en el
Marca o en
la página de
deportes del diario
el País. Saber relativizar
que lo que es grande
para nosotros, es muy minúsculo
en la global
historia del mundo
mundial y que aprender a relativizar es importante y
a colación de ello
traigo aquí esta
pequeña historia de las
muchas que solía
contar el jesuita
hindú Toni de
Mello.
Una
pulga decidió trasladarse
con su familia
a la oreja
de un elefante. De
modo que le
dijo a este: "Señor Elefante,
mi familia y
yo pensamos mudarnos
a vivir a
su oreja, y he pensado
que debía decírselo a
usted y darle
una semana para
que lo piense
y me haga
saber si tiene
alguna objeción que
poner"
El
elefante, que ni
siquiera era consciente
de la existencia de
la pulga, no se
dio por enterado; y
la pulga, después de
observar escrupulosamente el
plazo establecido de una
semana, dio por
supuesto el consentimiento del elefante
y se trasladó.
Un
mes más tarde,
la señora pulga
decidió que la oreja del elefante
no era un
lugar saludable para
vivir e hizo ver
a su marido
la conveniencia de
una nueva mudanza. El
señor pulga le
pidió a su
mujer, discreción, y
que aguantara al
menos otro mes
para no herir
la susceptibilidad y
los sentimientos del
señor Elefante.
Finalmente, y tras
varios borradores rotos,
y varias escrupulosas
elaboraciones de su
carta, se lo
comunicó con toda
la diplomacia posible de
que fue capaz: "Señor Elefante, hemos pensado
cambiar de vivienda. Naturalmente, no tenemos ninguna
queja de usted, porque
su oreja es
espaciosa y confortable. Lo único
que ocurre es
que mi esposa, la
señora Pulga, preferiría estar
al lado de sus
amigas, que viven en la
pata del Sr. Búfalo. Si
tiene usted alguna
objeción que hacer
a nuestro traslado, le
ruego por favor,
me lo haga
saber a lo largo
de esta
semana".
El
Sr. Elefante no dijo ni palabra,
y la pulga
cambió de residencia con la
conciencia tranquila.
Ø LO
DICHO: SI EL UNIVERSO
NO ES CONSCIENTE DE TU
EXISTENCIA,
¡!TÚ, TRANQUILO¡!
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