sábado, 16 de julio de 2016

Saber escuchar

Saber escuchar empáticamente

Dicen que la empatía es "ponerse en la piel del otro"


A un joven que se preparaba para el sacerdocio le dijeron que lo que la gente espera de un sacerdote es que sepa escuchar sus penas. Simplemente escuchar, escuchar y escuchar. Tal vez no sea capaz en ocasiones de prestar una ayuda eficaz, pero siempre puede escuchar y comprender. De modo que el joven decidió que sería eso lo que iba a hacer cuando le destinaron a su primera parroquia.

Haciendo caso omiso de su personal repugnancia, se obligó a sí mismo a escuchar, escuchar y escuchar…y la gente se mostraba muy agradecida. Pero algo -no sabía qué– parecía fallar. Por ejemplo, solía acudir una anciana que se quejaba siempre de un dolor de cabeza, un terrible y espantoso dolor de cabeza: "Cuénteme que es lo que le preocupa", le invitaba amablemente el sacerdote joven. Y ella hablaba, hablaba y hablaba, mientras el sacerdote…el sacerdote, escuchaba, escuchaba y escuchaba…

Y siempre parecía funcionar, porque al cabo de un rato volvía la anciana y le decía : “estuve aquí hace una hora, Padre, con un tremendo dolor de cabeza, y ya no me duele, no me duele, no me duele”


- Lo sé, lo sé y lo sé. Porque…ahora, es a mí a quien le duele -pensaba compungido el sacerdote-.





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